Tras pagar $10,000 dólares de fianza, Anna Sorokin fue liberada ayer de la cárcel en el norte de Nueva York y regresó a Manhattan con un rastreador electrónico en el tobillo para comenzar un estricto arresto domiciliario y sin acceso a las redes sociales, mientras se resuelve su posible deportación.
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Un juez de inmigración de Nueva York decretó la excarcelación de la alemana de 31 años que estafó a muchas personas haciéndose pasar por una rica heredera rusa bajo el falso nombre “Anna Delvey”, mientras vivía violando las leyes migratorias de EE.UU. El insólito caso inspiró la serie “Inventing Anna” de Netflix.
Sorokin fue liberada de la prisión “Orange County Correctional Facility” en Goshen (NY), 67 millas al norte de la ciudad de Nueva York y trasladada en auto hasta la sede del FBI en el Bajo Manhattan, detalló New York Post. Anoche “Poco antes de las 11:30 p.m. llegó a su nuevo alojamiento en East Village y le dijo a The Post en el pasillo del edificio de apartamentos que estaba “simplemente feliz de estar de regreso” en NYC”.
La ex convicta europea guardó silencio sobre sus planes. “No sé. Tendremos que esperar y ver”, dijo cuando se le preguntó si planea vender el arte que hizo mientras estuvo detenida por el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de EE.UU. (ICE).
Sorokin primero cumplió cuatro años tras las rejas relacionados con su cadena de estafas: fue hallada culpable en mayo de 2019 y liberada por buen comportamiento en abril de 2021. Pero pronto fue arrestada nuevamente por agentes de ICE y estuvo detenida en la prisión del norte del estado más de un año. En marzo de este año logró detener temporalmente su deportación a Alemania.
Los fiscales dijeron que Sorokin “no tenía ni un centavo a su nombre cuando fue detenida” en 2017. Pero un juez le ordenó entonces pagar una restitución de casi $200 mil dólares luego de su condena, incluido un préstamo de $100 mil que no pudo honrar al City National Bank.
Sorokin cayó en desgracia en octubre de 2017 cuando fue arrestada por primera vez tras haber dejado sin pagar una factura de $11,518 dólares en un hotel de lujo en Nueva York.
Fue acusada de defraudar a hoteles, de engañar a un banco para que le diese una línea de crédito y de mentir para tratar de lograr un préstamo millonario. En total, se calcula que con sus triquiñuelas robó más de $200 mil dólares en bienes y servicios, según las autoridades.
El gran proyecto de Sorokin era abrir en Manhattan un espectacular club privado, una inversión de más de $40 millones de dólares y que iba a diseñar Gabriel Calatrava -hijo del famoso arquitecto español-, a quien conoció en octubre de 2015 y que terminó por testificar en el juicio en contra de la joven.
La supuesta fortuna familiar de Sorokin nunca apareció por ningún sitio, porque no existía. Según varios medios, su padre es un antiguo camionero ruso que emigró a Alemania con su familia y que tiene un pequeño negocio de calefacción y aire acondicionado.
Durante el juicio sus abogados trataron de presentarla como una emprendedora que buscaba triunfar en Nueva York, pero el jurado terminó por declararla culpable de varios delitos, aunque la eximió del más grave, el de falsificar documentos para tratar de lograr un gran préstamo bancario.
Russian-born, German-raised convict Anna Sorokin, better known as "Anna Delvey," the true story behind Netflix's hit show "Inventing Anna," is being released from prison. pic.twitter.com/uUrBDKWhlS
— Access Hollywood (@accesshollywood) October 6, 2022