Durante los primeros meses de la pandemia del coronavirus en España, donde la escasez de productos sanitarios se convirtió en un verdadero problema, hubo quienes aprovecharon para tratar de sacar un beneficio económico en tiempos de necesidad estafando con la venta de mascarillas y guantes que nunca llegaban a su destino.
Antilavadodedinero/ Levante
La Guardia Civil de Llíria ha podido identificar a dos personas, vecinas de Huelva, por estos hechos, con víctimas en todo el país.
Las dos personas están investigadas por los delitos de estafa y falsificación de documento privado. Su ‘modus operandi’ consistía en la creación de anuncios en plataformas web de segunda mano, en las que ofrecían la venta productos sanitarios relacionados con la Covid-19. Para ello difundieron hasta 26 anuncios en plataformas de venta de productos a través de internet, utilizando hasta siete perfiles de vendedor distintos.
La llamada «Operación Macas», desarrollada por el equipo Editeco de Llíria de la Guardia Civil, comenzó el pasado mes de marzo, al de inicio de la pandemia. Los presuntos autores de esta estafa generaban anuncios en plataformas web de segunda mano ofreciendo productos sanitarios en diversas provincias de la geografía española, lo que aumentaba exponencialmente su radio de acción.
Alegaban problemas en los envíos
Una vez contactados con un potencial cliente, aprovechando la urgencia y necesidad existente en todo el país debido a la pandemia del coronavirus, el supuesto vendedor solicitaba una serie de transferencias en concepto de reserva del producto, adelantos de pagos a proveedores, supuestas incidencias por bloqueos del envío del producto, y por la urgencia del envío, a distintas cuentas bancarias.
Los ahora investigados se valían de engaños para la obtención de estas transferencias, remitiendo correos electrónicos simulando incidencias habidas en el transporte utilizando nomenclaturas similares a las supuestas empresas encargadas del reparto, o haciendo uso de logos, así como enviando facturas proforma con datos falsos de empresas, y proveedores, incluso falsificando extractos bancarios simulando devoluciones de transferencias.
Los perjudicados accedían debido a la necesidad de adquisición de estos productos, tanto para el inicio de sus actividades empresariales, como por la obligatoriedad de su uso para evitar la expansión de la pandemia.
Los investigados nunca llegaban a enviar el producto acordado (como mascarillas), y cesaban la comunicación con los perjudicados una vez estos se percataban de la estafa de la que habían sido victimas.