Veinticuatro presuntos miembros de una red de tráfico sexual acusados de obligar a mujeres nigerianas a prostituirse en Francia van a juicio el miércoles, el último caso para resaltar el creciente uso de migrantes nigerianos como esclavos sexuales en Europa.
Nigeria fue el principal país de origen de los migrantes que llegaron a Italia a través del Mediterráneo en 2016 y 2017, aunque desde entonces su número ha disminuido.
Muchos de los recién llegados eran mujeres y niñas atraídas a Europa con falsas promesas de trabajo como peluqueras o costureras, solo para encontrarse vendiendo sexo a su llegada para pagar sus deudas.
Los nigerianos ahora superan en número a las trabajadoras sexuales chinas o de Europa del Este en las calles de Francia y otros países europeos.
El año pasado, 15 miembros de una red de proxenetas liderada por mujeres, con sede en París, conocidas como las «Hermanas Auténticas» fueron sentenciadas a hasta 11 años de prisión por obligar a las niñas a la esclavitud sexual en Francia.
Muchos eran ex víctimas de trata convertidos en perpetradores.
Pandillas similares también han sido desmanteladas en Italia y Gran Bretaña.
La investigación en Lyon, donde la policía estima que la mitad de las trabajadoras sexuales de la ciudad son nigerianas, comenzó después de que las autoridades recibieran una información sobre un pastor nigeriano acusado de explotar a varias trabajadoras sexuales que vivían en los apartamentos de su propiedad.
El pastor, Stanley Omoregie, ha negado los cargos, que incluyen proxenetismo agravado y esclavitud.
Pero en la transcripción de una conversación presentada ante el tribunal, se le escucha decir que quería «aquellos con cuerpos hermosos, que puedan ser controlados, no aquellos que causan problemas».
La fiscalía lo ha presentado como el eje de un sindicato familiar formado por 10 mujeres y 14 hombres, incluida una de las mujeres más buscadas de Europa, Jessica Edosomwan, acusada de reclutar mujeres indigentes en Nigeria para el comercio sexual en Lyon, Nimes y Montpellier
Edosomwan, que se cree está huyendo en los países del Benelux, Italia o Alemania, será juzgado en ausencia.
De la prostitución al proxenetismo
La ONU ha estimado que el 80% de las jóvenes nigerianas que llegan a Italia, su primer puerto de escala en Europa, ya están en las garras de las redes de prostitución o caen rápidamente bajo su control.
Los acusados en Lyon cubren toda la gama de actividades de tráfico sexual, desde «madams» con puño de hierro y proxenetas violentos, así como los conductores de las furgonetas en las que las mujeres realizan actos sexuales, y las encargadas de lavar el producto del tráfico.
Los fiscales estiman que 17 presuntas víctimas, de entre 17 y 38 años, ganaban hasta 150,000 euros (68,627.72 RM) por mes para el sindicato, vendiendo sexo por tan solo 10 euros (45.86 RM).
La mayoría de las mujeres provienen de la ciudad de Benin, capital del estado de Edo, en el sur de Nigeria, un semillero de trata de personas con una larga historia de enviar mujeres y hombres a Europa para ganar dinero para enviar a casa.
Muchos dijeron a los investigadores que habían participado en «juju» o rituales de magia negra antes de abandonar Nigeria, durante el cual prometieron devolver el dinero que debían por su paso a Europa.
Muchas de las mujeres tomaron el peligroso camino de los migrantes a través del desierto del Sahara hasta Libia y luego a través del Mediterráneo hasta Italia antes de terminar en Lyon.
Entre los acusados se encuentra una ex prostituta de 28 años que fue liberada de la esclavitud sexual después de pagar sus deudas y que a su vez trajo a otra joven de Nigeria.
Meses de escuchas telefónicas y vigilancia policiales llevaron al arresto de los sospechosos entre septiembre de 2017 y enero de 2018.
Corren el riesgo de 10 años en la cárcel si son declarados culpables.
ALD/AFP
