En la India realizarán un experimento con la renta básica universal

Sikkim, uno de los estados más pequeños de India, está a punto de emprender un experimento social de relevancia global: su partido gobernante ha anunciado que introducirá una renta básica universal para sus 610.577 habitantes.

Si ese territorio nororiental indio tiene éxito, esta medida representará la mayor prueba en el mundo para implantar un concepto destinado a aliviar la pobreza, informa el diario estadounidense The Washington Post.

Esa región ya fue una de las primeras en prohibir los sacos plásticos en 1998 y la primera en dejar de utilizar pesticidas y fertilizantes. Con un nivel de alfabetización del 98 %, Sikkim ha reducido al 8 % la proporción de habitantes que viven bajo el umbral de pobreza en comparación con el casi 30 % de India.

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«Con la agravación de la desigualdad global, queremos asegurar que cerramos esa brecha», ha asegurado Prem Das Rai, el único representante de Sikkim en el Parlamento de India, quien no ha revelado los costes potenciales de este programa anunciado de cara a las elecciones de la próxima primavera boreal.

Ese plan se apoyará en los ingresos del turismo —la mayor fuente de ganancias del lugar, con más de 2,5 millones de visitantes anuales— y la generación eléctrica: Sikkim vende el 90 % de su electricidad.

Por el momento, el Gobierno local consulta con expertos y accionistas el modo de llevar a cabo su plan y espera completar los preparativos para 2022, ha detallado Rai.

La renta básica universal es una forma de seguridad social, que supone que todos los ciudadanos reciban por parte del Gobierno un pago, regular y sin condiciones. La suma que recibirán los residentes del estado indio por el momento no se precisa.

La experiencia de otros países

Distintos países del mundo ya realizaron intentos de implementar esta medida. Por ejemplo, un proyecto piloto de la renta básica universal empezó en abril de 2017 en Ontario (Canadá), con participación de 4.000 personas, en el marco del cual recibían hasta 16.989 dólares canadienses al año. Sin embargo, terminó al cabo de un año con el cambio del Gobierno local: las nuevas autoridades estimaron que el programa era costoso y desalentaba a los participantes a buscar trabajo.

En Finlandia, un programa parecido ―con 560 euros mensuales― fue probado durante dos años y se completó el pasado mes de diciembre. Por el momento, las autoridades no planean continuarlo.

En 2016, en un referéndum en Suiza la mayoría de los ciudadanos rechazó la idea de implementar una renta básica universal de 2.300 euros al mes.

ALD/RT

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