Luis Suárez hizo trampa. Pero eso ya se sabía. La novedad es que ahora ha quedado al descubierto todo el entramado que utilizó para lograr una ciudadanía italiana que nunca se cristalizó.
El Ministerio Público y la Unidad de Policía Económica rastrearon la manera como el uruguayo pretendió engañar al presentarse a un examen que era requisito para que pudiera fichar por Juventus, al confirmarse que no seguiría en el FC Barcelona, al comienzo de la actual temporada.
La Guardia di Finanza examinó en detalle los registros de la universidad donde el pasado 22 de septiembre se citó al jugador y encontró que las pruebas de conocimientos de italiano tipo B1 fueron «una farsa», pues el aspirante a ciudadano conocía todas las preguntar con anterioridad e inclusive sabía cuál sería la nota que recibiría y que, en teoría, le permitiría ser italiano.
La autoridad explicó que, además de Suárez, también está implicado Juventus, pues «incluso en los más altos niveles institucionales» se intentó acelerar el proceso para concretar el fichaje.
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La decisión de la justicia fue inhabilitar por ocho meses del ejercicio de cargo público a tres profesores y al Gerente de la institución. Giuliana Grego, Simone Olivieri, Stefania Spina y Lorenzo Rocca, por los delitos de divulgación del secreto oficial con fines de lucro indebido y múltiples falsedades en documentos públicos».
Total, Suárez no fue a Juventus sino a Atlético de Madrid, que tenía suficiente cupo para extranjeros, a diferencia del club italiano, y allí continúa su carrera tras la amarga salida del FC Barcelona. Pero a mancha de la trampa está ahí y se quedará ahí.
