El expresidente de la Federación Salvadoreña de Fútbol, Reynaldo Vásquez, fue extraditado a Estados Unidos este viernes para ser juzgado en el marco del escándalo de corrupción en la FIFA, y se declaró no culpable ante una jueza federal de Nueva York.
Antilavadodedinero / DeportesCN
Vásquez fue acusado por la justicia estadounidense en diciembre de 2015 de violar la ley sobre organizaciones influidas por la extorsión y la corrupción (RICO por sus siglas en inglés), creada para combatir el crimen organizado, así como de varios delitos de fraude bancario y lavado de dinero.
Sin embargo, fue extraditado a Estados Unidos solo para ser juzgado por el primer delito de crimen organizado, precisó la fiscal Kristin Mace en la primera audiencia de Vásquez ante la jueza de Brooklyn Pamela Chen, a cargo del megaescándalo de corrupción en la FIFA.
En la audiencia virtual, Chen preguntó a Vásquez si se declaraba culpable o no. «El acusado se declara no culpable», respondió Gary Cutler, el abogado de Vásquez.
Cutler dijo que propondrá próximamente condiciones de fianza para que su cliente pueda esperar un juicio en libertad.
Pero la fiscal Mace pidió a la jueza que el acusado quede detenido al menos hasta entonces porque enfrenta un cargo «muy grave» que «conlleva una sentencia de hasta 20 años» y porque tiene lazos con un país extranjero.
La jueza Chen accedió al pedido al estimar que el acusado «presenta un riesgo de fuga», y fijó la próxima audiencia para el 7 de abril.
La justicia estadounidense asegura que Vásquez recibió sobornos a cambio de derechos televisivos y de marketing de partidos de la selección salvadoreña, y por facilitar la participación de la selección en partidos amistosos.
En marzo de 2017 el dirigente fue condenado a ocho años de prisión en El Salvador por otro delito: malversación de cotizaciones sociales de más de 200 empleados, por un monto cercano a 400.000 dólares.
El escándalo conocido como «Fifagate» destapado por Estados Unidos en mayo de 2015 dejó al descubierto una trama de sobornos millonarios pagados por empresas de márketing deportivo a dirigentes del fútbol de las Américas a cambio de derechos en las retransmisiones televisivas y promoción de torneos, entre ellos la Copa América y la Copa Libertadores.
En el marco del caso, que provocó la caída del jefe del organismo, Joseph Blatter, el gobierno estadounidense ha acusado a unas 45 personas y a varias empresas deportivas de más de 90 delitos y de pagar o aceptar más de 200 millones de dólares en sobornos.
De los cerca de 45 acusados, cinco han fallecido. Un total de 26 se declararon culpables, y de ellos al menos seis han sido sentenciados.
Tres se declararon inocentes y fueron a un histórico juicio en Nueva York a fines de 2017: el exjefe del fútbol brasileño José Marin y el expresidente del fútbol paraguayo y de la Conmebol Juan Ángel Napout fueron hallados culpables y encarcelados, mientras el exjefe del fútbol peruano Manuel Burga fue absuelto.
Una decena aún están en sus países, donde fueron procesados por la justicia local o están en libertad mientras combaten la extradición.