En el juicio por fraude que enfrenta al gobierno de los EEUU con Sam Bankman-Fried, fundador de FTX, una testigo destaca entre las voces que escuchará el jurado a lo largo de las próximas semanas. Se trata de Caroline Ellison, ex pareja del que fuera considerado como el «rey de las criptomonedas» y directora ejecutiva de la firma de inversión Alameda Research, también fundada por Bankman-Fried y cuyas arriesgadas operaciones terminaron por hundir la segunda mayor plataforma de intercambio de criptomonedas.
Ayer, en su primera comparecencia ante el juez del caso, Ellison declaró que el responsable último de todas sus acciones al frente de Alameda fue el propio Bankman-Fried, conocido como SBF por sus siglas. «Bajo las órdenes de Sam, envié a los clientes balances que hacían parecer menos arriesgadas las operaciones de Alameda», confesó Ellison.
La «traición» de la que fuera su pareja sentimental no sorprendió ni a SBF ni a sus abogados. Ellison, de 28 años, se declaró culpable en diciembre de los cargos de estafa que pesaban sobre ella como máxima responsable legal de Alameda y se mostró dispuesta a colaborar con las autoridades para destapar el papel que Bankman-Fried jugó en la caída de FTX, que quebró en febrero de este año.
El propio SBF trató este verano de anticiparse y desacreditar su testimonio filtrando a la prensa partes del diario personal de Ellison, una decisión que le costó el cese de su libertad condicional. Desde agosto, el joven empresario, que llegó a tener una fortuna estimada en 25.000 millones de dólares, resida en el Centro Penitenciario Metropolitano de Brooklyn, en Nueva York. Bankman-Fried, de 31 años, está acusado de estafar casi 9.000 millones de dólares a los clientes de FTX, una plataforma que fundó en 2021 y que se convirtió rápidamente en el segundo mayor mercado de venta de criptomonedas.
La empresa llegó a estar valorada en más de 35.000 millones de dólares, pero una la caída del bitcoin y otros criptoactivos en primavera de 2022 inició una cadena de sucesos que acabó desembocando en la quiebra de la entidad.
Durante los primeros meses del derrumbe de los mercados, SBF acudió al rescate de varios competidores y pequeños proyectos de criptomonedas con problemas de liquidez. Acuerdos promocionales millonarios con personalidades del mundo del entretenimiento y el deporte contribuyeron a crear la imagen de una entidad sólida y solvente.
Pero al mismo tiempo, y sin declararlo públicamente, utilizó Alameda Research, una compañía de inversión en criptodivisas creada por él mismo y dirigida por Caroline Ellison, para realizar arriesgadas operaciones en criptomoendas que resultaron ruinosas. Para tratar de cubrir estas pérdidas, FTX desvió 10.000 millones de dólares de los fondos de los clientes a la entidad.
Tras conocerse la existencia de estos préstamos irregulares entre ambas compañías muchos de los usuarios de FTX decidieron vender sus activos y cerrar sus cuentas. FTX fue incapaz de soportar esta fuga de depósitos y la única solución fue declarar la bancarrota.