La expresidenta de Bolivia Jeanine Añez, intentó “quitarse la vida” en la cárcel el sábado 21 de agosto, afligida por su situación judicial, aseguró uno de sus abogados, un hecho por el que la oficina de la Unión Europea (UE) en La Paz expresó preocupación.
Antilavadodedinero / El Comercio.
“El día de hoy la expresidenta constitucional Jeanine Áñez ha intentado quitarse la vida, ha intentado un autoatentado en el que gracias a Dios ha fracasado”, afirmó el jurista Jorge Valda en un video enviado por su equipo de colaboradores a la AFP.
Según su defensor legal, lo que Áñez hizo fue enviar “un mensaje de ayuda, de auxilio y de socorro”.
Tras visitarla en el penal de La Paz donde la expresidenta se encuentra desde marzo pasado, Carolina Ribera, su hija, pidió a las autoridades que permitan a su madre defenderse en libertad.
“Ella está muy mal, necesita tranquilidad”, porque “está ahorita muy frágil, en una depresión severa”, declaró.
La oficina de la UE en La Paz dijo en Twitter que “escucha con preocupación las noticias” sobre la expresidenta y que espera que “las autoridades responsables hagan todo para garantizar su derecho a la salud integral, tanto física como mental”.
La exmandataria, de 54 años, está en prisión preventiva a la espera de juicio, imputada por varios delitos cometidos presuntamente durante su breve gestión presidencial, de 2019 a 2020. Áñez es acusada en tres procesos diferentes de genocidio, terrorismo, conspiración, resoluciones contrarias a la Constitución e incumplimiento de deberes.
El ministro de Gobierno (Interior), Eduardo del Castillo, informó temprano que Áñez “habría pretendido (…) generarse una autolesión”. El ministro acotó que su “salud es completamente estable, tiene unos pequeños rasguños en uno de sus brazos, sin embargo no hay de qué preocuparse”.
Consultado sobre las razones de las lesiones, Del Castillo respondió que “ella manifiesta desconocer los móviles por los cuales habría intentado generarse algún tipo de lesión”.
La familia de la expresidenta ha pedido de manera reiterada su traslado a un hospital para que reciba tratamiento médico especializado por sufrir principalmente hipertensión.
No obstante, su defensa no ha tenido éxito en sus pedidos a la Justicia de que se le otorgue detención domiciliaria.
En las afueras del penal de mujeres donde está presa Áñez, una treintena de simpatizantes reclamaron con gritos y pancartas por su libertad.
Temor por su salud
Tras las declaraciones del ministro, el gobernador de la rica región de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, pieza clave en la salida del poder del izquierdista Evo Morales en 2019, señaló que “el gobierno de (el presidente) Luis Arce y su política revanchista está superando todos los límites”.
Acotó que “una y otra vez han manoseado la salud de Jeanine Áñez, en un comportamiento inhumano que es crueldad”.
El expresidente Carlos Mesa (2003-2005) dijo que las explicaciones oficiales sobre la salud de Áñez “no son serias ni creíbles” y pidió “el cese de su encarcelamiento político” para que “se defienda en libertad”.
Mesa, un centrista, y otros exmandatarios como el derechista Jorge Quiroga (2001-2002) y el socialdemócrata Jaime Paz (1989-1993), pidieron en un comunicado dirigido a la Fiscalía y al Poder Judicial que adopten las medidas necesarias para “preservar la vida e integridad física y psicológica” de Áñez.
Imputada por Fiscalía
La Fiscalía General de Bolivia presentó el viernes una acusación contra Áñez por “genocidio”, debido a la represión contra partidarios del expresidente izquierdista Evo Morales en noviembre de 2019, que dejaron una veintena de muertos.
La acusación fue presentada ante el Tribunal Supremo de Justicia, que debe pedir una autorización al Congreso para juzgarla, un procedimiento que aún puede llevar meses.
Áñez sucedió a Morales, quien presidía el país desde 2006 y dimitió en medio de una fuerte convulsión social, cuando la oposición le acusaba de haber hecho fraude en las elecciones de octubre de 2019 para continuar en el poder hasta 2025.
Las protestas se extendieron a todo el país. Los policías y militares le quitaron respaldo a Morales, quien renunció y salió exiliado hacia México.
Morales, el actual gobierno de su delfín Luis Arce y el oficialismo en pleno acusan a Áñez y a la oposición política de haber promovido un golpe de Estado con el apoyo de la Iglesia Católica, la Unión Europea, y los gobiernos del argentino Mauricio Macri y el ecuatoriano Lenín Moreno.