El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha pedido que se eleven tanto la regulación como la supervisión de los neobancos y de otras entidades ‘fintech’ debido a los considerables riesgos que entrañan y asumen, según se desprende de uno de los capítulos analíticos de su ‘Informe de Estabilidad Financiera Global’.
Antilavadodedinero / Pressdigital
El organismo multilateral ha reconocido que las compañías que ofrecen servicios financieros de forma tecnológica «pueden reducir costes y fricciones, incrementar la eficiencia y la competencia y ampliar el acceso a servicios financieros».
Pese a ello, el FMI ha alertado de que su rápido crecimiento tiene implicaciones para la estabilidad financiera por sus vulnerabilidades, así como por su expansión en segmentos de mercado más arriesgados.
A modo de ejemplo, la entidad ha explicado que los neobancos en Estados Unidos específicamente se dirigen a clientes con poco acceso a servicios financieros. Esto supone que dan servicio sobre todo a jóvenes con menores ingresos y peores métricas crediticias. Dado que los préstamos a particulares no suelen estar garantizados, este tipo de entidades tiene una mayor exposición a riesgos de impago.
El FMI ha alertado que a pesar de esta mayor exposición, los neobancos tienen niveles de cobertura de riesgo menores que sus homólogos tradicionales, lo que revela «prácticas o estándares de aprovisionamiento más laxas».
El organismo ha pedido requisitos de capital, liquidez, y gestión operativa del riesgo más robustos para estos neobancos, al tiempo que los bancos tradicionales deberán asumir una supervisión prudencial más exhaustiva en relación con la salud de sus modelos de negocio, que podrían ser «menos sostenibles a largo plazo».
Por otro lado, el FMI también ha reconocido que las conocidas como finanzas descentralizadas (DeFi, por su acrónimo en inglés) «tienen el potencial de ofrecer servicios financieros más innovadores, inclusivos y transparentes gracias a una mayor eficiencia y accesibilidad.
Sin embargo, este tipo de servicios entrañan unos mayores riesgos por ciberataques y están más expuestos a riesgos de liquidez y de mercado, así como a incertidumbres legales.