Fraude corporativo: retos por enfrentar para prevenirlo y minimizarlo

Marta Cadavid, contadora pública, máster en Economía Financiera y CEO de NOFRAUD Latam, afirma que el fraude corporativo se debe evitar y anticipar en las organizaciones.¿Por qué sucede? ¿Cuáles son esas expectativas que esperan las organizaciones? ¿Qué herramientas hay para mejorar el valor de las empresas? Estas son preguntas que nos ayudan a afrontar el fraude corporativo.

Antilavadodedinero / Actualicese

La Asociación de Examinadores de Fraude Certificados –ACFE, por sus siglas en inglés–, una de las asociaciones más importantes en la lucha contra el fraude a nivel global, nos deja una hipótesis bastante interesante para pensar y analizar sobre lo que puede significar el fraude corporativo:

Las personas de confianza se convierten en violadores de confianza, cuando se conciben a sí mismos teniendo un problema financiero que no es compartible. Son conscientes de que este problema puede ser resuelto en secreto violando la posición de confianza financiera que tienen y son capaces de aplicar a su propia conducta en esa situación, verbalizaciones que les permitan ajustar sus concepciones de sí mismos como personas de confianza, como usuarios de los fondos o propiedades encomendadas.

Pero ¿qué es fraude?

Marta Cadavid, afirma en #ConferenciasActualícese que cuando se habla de fraude parece que fuera una situación externa; sin embargo, cuando comenzamos a profundizar en el concepto, podemos darnos cuenta de que el fraude nos respira en la nuca, tanto a nivel personal como organizacional y social

El fraude es una actividad que tiene como propósito el enriquecimiento personal, se puede dar a través del uso inadecuado de activos o la sustracción de activos, causada por un individuo o una organización. De igual manera, el fraude también puede darse como un engaño para mostrar una cara bonita de la organización, es decir, la manipulación de los estados financieros para engañar un grupo de interés.

En la primera definición podemos observar que se define el abuso corporativo como un fraude, es decir, cuando los colaboradores se roban el café, utilizan el horario laboral para actividades personales, utilizan el carro de la compañía para realizar diligencias personales, se comete abuso corporativo y también es fraude.

Esto significa que muchas veces vemos el fraude como parte de una acción llevada por organizaciones o profesionales de las finanzas, sin embargo, el fraude puede estar en cada una de nuestras acciones que realicemos como personas o como organización.

¿Cómo se comporta el ser humano frente al fraude?

En este punto Cadavid se apoya en un reciente estudio realizado por Ben Sherwood, en el que se analizó el comportamiento de políticos y personas de altos cargos ante momentos de crisis. Dicho estudio concluye que:

El 10 % de la población no se metería en un problema ilegal o en una conducta antiética, este nicho se le llama no influenciables. Mientras que otro 10 % de la población son aquellas personas que buscan todo el tiempo romper la norma y no les gusta cumplirla, a los de este grupo se les llama deshonestos. Finalmente, está el 80 % de la población que son esas personas que dicen que no cometerían fraude, sin embargo, en caso de problemas sí lo harían. Este último grupo recibe el nombre de influenciables.“las personas son honestas hasta que se encuentran con un problema. Una vez que se encuentran con ese problema podemos determinar si la persona es o no honesta”

Adicionalmente, recalca la poca información que se conocía sobre el tema y manifiesta que las personas son honestas hasta que se encuentran con un problema. Una vez que se encuentran con ese problema podemos determinar si la persona es o no honesta.

Esta situación sucede muy seguido en las organizaciones: mientras que haya recursos, flujo de caja, dinero para pagar a todos y los jefes estén contentos, toda la organización está feliz y actúa correctamente, pero cuando se presentan problemas es el momento de conocer verdaderamente cómo las personas y en concreto la organización los afrontan y mantienen su honestidad.

Sin duda, que el 90 % de la población sea propensa a cometer fraude es un dato que debemos analizar con cuidado, pues es un porcentaje realmente elevado.

El fraude como tal no es uno solo, sino que se compone de una serie de elementos que se agrupan y pueden darse en cualquier organización, por lo que la importancia de poner cuidado a cada uno de estos elementos resulta ser de gran valor para las organizaciones. De esta manera, estudiar cada uno de los comportamientos de los seres humanos frente a una situación de fraude debe ser de alta prioridad para los altos mandos de una organización.

Fraude corporativo: ¿engaño o equivocación?

Cuando se habla de fraude, uno de los principales retos que debemos conocer es la diferencia entre engañar para hacer fraude y la de llegar a cometer una equivocación que lleve al fraude:

La intención es esa línea delgada entre una equivocación y el engaño. La primera se refiere a cometer errores mientras que se analiza la aplicación de normas contables, que conlleva al fraude, pero sin la intención de engañar o alterar la situación financiera. Por otro lado, el engaño es un acto intencionado por dos o más personas con el objetivo de conseguir una venta injusta o ilegal.

Para Cadavid, es necesario tener en cuenta estas diferencias a la hora de analizar un fraude, ya que son muy comunes en el día a día de un equipo de contabilidad o financiero. Por esta razón, se debe tener en cuenta que, cuando se trabaja con el ser humano, se debe considerar siempre la intención.

Otro aspecto clave para destacar es que desde la contratación del recurso humano se debe analizar y estudiar muy bien a las personas, con el objetivo de identificar a aquellas que mínimamente cometerían actos de fraude o que tendrían la intención de hacerlo a futuro.

Antes de traer una persona brillante se debe traer una persona alineada con los valores de la organización. Hoy la invitación es a poder analizar a las personas desde su ser y no desde sus competencias técnicas laborales. Es necesario que esa persona pueda ser leal y honesta con la organización. Cabe recordar que el 90 % de las personas son propensas a cometer fraude, por lo que evitarlo con anterioridad es la mejor opción.

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