Los responsables de la formulación de políticas necesitan una visión más completa de las consecuencias de los flujos ilícitos, incluidos los cálculos de los costos fiscales, monetarios, financieros y estructurales.
La lucha contra la delincuencia financiera no está perdida, pero el mundo debe hacer más para limitar el impacto económico de la delincuencia.
El lavado de dinero es un componente necesario del crimen organizado que con demasiada frecuencia traspasa fronteras, elude impuestos, financia el terrorismo y corrompe a funcionarios, y conlleva altos costos macroeconómicos. Los malos actores también están adoptando nuevas tecnologías además de sus técnicas tradicionales, todo lo cual hace que el crecimiento económico sea menos inclusivo y sostenible, lo que alimenta la desigualdad y la informalidad.
La comunidad internacional ha logrado avances significativos en el fortalecimiento de las salvaguardias contra el lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo, con la ayuda del FMI y otras organizaciones. Hace una década decidimos adoptar un enfoque más personalizado para identificar los riesgos clave, trabajando con los países miembros y los socios internacionales, en particular, el Grupo de Acción Financiera Internacional, GAFI, el organismo de normalización internacional en este ámbito.
Sin embargo, los esfuerzos generales siguen siendo en general insuficientes. Por ejemplo, como señaló el GAFI el año pasado, todavía existe una brecha importante entre los avances que los países han logrado en materia de cumplimiento técnico, como la promulgación de nuevas leyes, y en la eficacia de estos esfuerzos. Por ejemplo, se confisca muy poco producto mal habido blanqueado.
En consecuencia, el FMI revisó recientemente nuestra estrategia de lucha contra el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo. El objetivo es ayudar mejor a nuestras 190 economías miembros a abordar estos problemas críticos de integridad financiera.
Altos costos
En primer lugar, debemos reconocer que los delitos financieros afectan las vidas y los medios de subsistencia, especialmente los de los más vulnerables, y que los costos que impone son muy altos y van en aumento. Los costos directos varían y pueden incluir menores ingresos, mayores gastos, sanciones, pérdida de servicios bancarios e incluso mayor inestabilidad financiera.
Por ejemplo, y como ha demostrado un trabajo reciente del FMI en la región nórdica del Báltico, las deficiencias en materia de lucha contra el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo están asociadas no solo a grandes caídas de los precios de las acciones de los bancos más directamente afectados, sino también a caídas en los precios de las acciones de otros prestamistas que simplemente se encuentran en el mismo país, así como de bancos de la región que tienen exposiciones transfronterizas similares.
Otra consideración importante es que los flujos financieros ilícitos son un problema mundial. La insuficiencia de los marcos de lucha contra el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo en algunos países, incluidos los centros financieros internacionales, puede atraer ganancias delictivas del extranjero. En los países exportadores de flujos ilícitos, vemos que hay menos oportunidades, mayor desigualdad, mayor pobreza, más inmigración ilegal, uso indebido de recursos y degradación ambiental.
Por ejemplo, un estudio muestra que las corrientes financieras ilícitas en África (se estima que desde 1 han salido del África subsahariana 3,1980 billones de dólares) agotan los ingresos internos que podrían utilizarse para el desarrollo del continente, tienen un efecto fuerte y negativo en las tasas de inversión, en particular la inversión privada, y están reduciendo la tasa de ahorro de África. Estos efectos también pueden tener un efecto en cascada en los países que transitan o reciben el producto ilícito.
Esto subraya por qué debemos comprender mejor cómo el lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo pueden dañar a las personas, los países e incluso la economía global. Y debido a las amplias consecuencias, estamos profundizando las consideraciones de ALD/CFT en todo el trabajo que realizamos, al tiempo que instamos a nuestros miembros a salvaguardar sus sectores financieros y su economía en general para ayudar a garantizar la estabilidad financiera mundial.
Comprensión más profunda
Análisis del lavado de activos y financiamiento del terrorismo históricamente enfocado en amenazas y vulnerabilidades. Ambos son fundamentales para medir y contener los riesgos, pero se necesita más.
Conocer el alcance total de las consecuencias para las economías requiere ser capaz de comprender los costos fiscales, monetarios, del sector financiero y estructurales de los flujos ilícitos. Esto es necesario para documentar cómo la integridad financiera afecta tanto a la estabilidad financiera de un país determinado como a la economía en general, además de cómo podría verse afectada la estabilidad financiera mundial.
En consecuencia, el Directorio Ejecutivo del FMI ha respaldado un plan para que la institución amplíe su capacidad de análisis de datos a fin de centrarse en estas cuestiones y profundizar el enfoque coordinado en todas nuestras áreas de trabajo clave, incluida la supervisión del FMI, los compromisos de préstamo, el fortalecimiento de la capacidad y los programas de evaluación del sector financiero. Este nuevo enfoque también proporcionará al FMI nuevos datos empíricos para responder a preguntas clave, entre ellas:
- ¿Qué sectores son más vulnerables al blanqueo de capitales, desde los bancos y el sector inmobiliario hasta los activos virtuales y los metales preciosos?
- ¿Qué países exportan flujos ilícitos, los permiten transitar y qué países los integran?
- ¿Cómo afectan estos flujos ilícitos a la economía, incluidas sus perspectivas de crecimiento y desarrollo inclusivos y sostenibles?
Incluso después de décadas de progreso en materia de integridad financiera, el FMI y la comunidad internacional deben persistir y seguir adelante en esta lucha. La delincuencia es un blanco móvil, pero podemos, y debemos, ampliar y profundizar nuestros esfuerzos de contención. Esto incluye mejorar la cooperación entre las partes interesadas, incluidos los gobiernos, los organismos internacionales y la sociedad civil. Por nuestra parte, el FMI utilizará su fortaleza como institución macroeconómica de alcance mundial para ayudar a sus países miembros a evaluar el impacto de los delitos financieros y los flujos ilícitos y a diseñar e implementar políticas para abordarlos. El costo del fracaso es simplemente demasiado alto.
Carolina Claver, Experta Senior en Sector Financiero del Grupo de Integridad Financiera del Departamento Jurídico del FMI
Chady El Khoury, Jefe Adjunto del Grupo de Integridad Financiera del Departamento Jurídico del FMI.
Rhoda Weeks-Brown, Consejera General y Directora del Departamento Jurídico del FMI.