Anabella Sánchez Ríos, operadora para el lavado de dinero del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) en Virginia, fue sentenciada a una pena de ocho años en prisión tras reconocer su culpabilidad.
AntilavadoDeDinero / infobae.com
De acuerdo con el Distrito Occidental de Virginia de Estados Unidos, Sánchez Ríos era dueña de una tienda de abarrotes y tortillas desde donde blanqueó alrededor de 4 millones 394 mil 959 dólares durante dos años, entre 2016 y 2018. Con el tipo de cambio actual, ese monto representaría alrededor de 87 millones 899 mil 180 pesos.
El pequeño negocio que también comerciaba carne fue ubicado en Martinsville, Virginia, y aunque el alcance de sus operaciones aparentemente eran modestas, desde este lugar se enviaban las ganancias de drogas hasta el grupo transnacional de Nemesio Oseguera Cervantes, El Mencho.
“Cuando los individuos lavan dinero para un cartel de la droga, juegan un papel fundamental para la organización al ocultar y transferir fondos obtenidos ilegalmente, lo que perpetúa la actividad ilegal del cartel y el flagelo de los narcóticos que movilizan”, dijo Daniel Bubar, fiscal federal interino.
En sus declaraciones, la mujer de 48 años admitió que utilizó su tienda para lavar las ganancias del tráfico de drogas a nombre del CJNG. Se encargaba de recibir los dólares de aquellos que trabajaban para el grupo de Oseguera Cervantes, es decir, estaba en pleno conocimiento del origen de ese dinero derivado de ilícitos.
Después, ella enviaba ese dinero a diferentes personas en México. Para ello realizó transferencias electrónicas en pequeñas cantidades, al tiempo que falsificó y fabricó los nombres y direcciones de las personas que recibieron los montos, con el objetivo de ocultar la naturaleza, ubicación, fuente, propiedad, así como el control del efectivo.
Sánchez Ríos fue partícipe en el lavado de dinero de los 4.3 millones de dólares entre el 10 de mayo de 2016 y el 11 de septiembre de 2018, a través de Intermex desde Bella’s Tortilla & Meat Market.
La investigación del caso fue realizada por la Administración de Control de Drogas (DEA), el Departamento de Investigaciones de Seguridad Nacional, la Oficina del sheriff del Condado de Henry y la policía estatal de Virginia. Sean Welsh, fiscal federal adjunto, procesa el caso en Estados Unidos.
Ella cayó con otros operadores del grupo criminal señalados por traficar varios kilogramos de cocaína, heroína y marihuana de México a EEUU. Como parte de sus estrategias, los miembros del CJNG reclutaron a mexicanos para que fueran a vivir a Winchester y Axton, en Virginia, con el fin de facilitar la distribución de drogas. En casas de esas localidades almacenaban, empaquetaban y distribuían los estupefacientes; desde ahí reenviaron el producto a Winchester y a otras partes de la región del Atlántico Medio para su redistribución.
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