La regulación del amplio universo de los activos digitales ha dado hoy un importante paso al frente. Los grandes reguladores globales del mercado y el sistema financiero (IOSCO, una suerte de CNMV global, y el Banco Internacional de Pagos) han publicado un documento en el que sentar las bases para la regulación de las conocidas como stablecoins, aquellas divisas digitales ligadas a una moneda fiduciaria como el euro o el dólar y por tanto mucho menos volátiles que el bitcóin.
Antilavado de Dinero / Cinco Días.
Las stablecoin se basan igualmente en la tecnología blockchain y han adquirido un enorme valor de mercado, de unos 130.000 millones de dólares, ante lo que los reguladores han reconocido su carácter sistémico. La más conocida de este tipo de criptodivisas es el Tether, con una capitalización de mercado que ronda los 68.000 millones de dólares, frente a los 15.000 millones de hace un año. Otra de las más negociadas, el USD Coin, ha disparado su volumen en el último año desde los 2.700 millones de dólares hasta los 30.000 millones actuales, según datos de CoinMarketCap recogidos por Reuters.
Ante su explosivo crecimiento y su evidente influencia sobre el sistema financiero, los reguladores globales han comenzado a dar los primeros pasos, con el objetivo de que las stablecoins queden reguladas al nivel que se aplica a los sistemas de pago o a las cámaras de compensación de activos financieros. Su decisión responde en gran medida al desafío lanzado por Facebook cuando anunció en 2019 el lanzamiento de su divisa digital libra, un proyecto que fue paralizado y que ha retomado después de forma menos ambiciosa, bajo el nuevo nombre de Diem.
El objetivo no es crear uno nuevo marco regulatorio para las stablecoins sino proporcionar más claridad sobre su importancia sistémica y dar las herramientas para que se ajusten a las los principios creados en 2012 por los que se regula la infraestructura del sistema financiero de carácter sistémico. Según ha explicado el presidente de IOSCO, Ashley Alder, “este informe supone un significativo avance en la comprensión de las stablecoin para el sistema financiero y proporcionar una guía clara y práctica sobre los estándares que necesitan cumplir para mantener su integridad”. No en vano, este tipo de divisas digitales son de hecho el puente entre las divisas que emiten los bancos centrales y el proceloso mercado de los criptoactivos.
Por ejemplo, las stablecoin deberían tener “un pequeño o nulo riesgo de crédito o riesgo de liquidez”. Y los operadores de este tipo de divisas digitales deberán establecerse como entidades legales, con información sobre cómo están gobernadas y cómo gestionan sus riesgos operacionales, tales como los ciberataques. La propuesta presentada hoy es un documento que se somete a una fase de consultas que durará ocho semanas.