Gustavo Petro, actual presidente de Colombia compartió en Twitter su preocupación por las consecuencias que el consumo del estupefaciente está generando: “el fentanilo es la plaga de los EEUU. Una droga para evadir la realidad y dormir eternamente. Una droga de la gente sin afecto que no espera más que morir. Es el drama de la sociedad de la competencia. Es hora de una gran política de salud pública que prevenga esta enfermedad”
La sobredosis es la principal causa de muerte en EE.UU. En 2021 los fallecidos por esta causa rondaron los 100.000, un 15% más que el año anterior, y dos tercios se atribuyeron a una nueva droga: el fentanilo, según afirma Enrique Cifuentes García, del Hospital Monte Sinaí de Nueva York.
El fentanilo es un opioide utilizado para tratar problemas de dolor muy severo como problemas con la columna vertebral o en tratamientos postoperatorios. Su popularización comenzó con la receta de calmantes como la oxicodona, los cuales se proporcionaban a millones de pacientes sin tener en cuenta sus efectos adictivos.
El tráfico ilegal de esta sustancia comenzó con las restricciones de recetas. Las personas medicadas durante años con dichos calmantes derivaron en la compra de drogas como la heroína, y más tarde, el fentanilo, 50 veces más potente.
El director del Centro Binacional de Derechos Humanos, Víctor Clark, asegura que Tijuana Y Mexicali, ciudades fronterizas con Estados Unidos, están siendo las más afectadas por la drogadicción, ya que los cárteles “introdujeron el nuevo producto en el mercado local para generar una demanda”, y explica su modus operandi “distribuyen el opioide en las calles para calcular una cantidad que no sea mortal antes de ser vendida en Estados Unidos”. Es decir, se están realizando “experimentos humanos” con drogadictos.
Algunos dirigentes políticos ya se han pronunciado acerca de esta creciente tragedia social, apostando por soluciones tanto en el ámbito político, como en el sanitario:
Otras personalidades, como San Quiñones, periodista y escritor, con varios estudios sobre opioides a la espalda, apuestan por una solución política, un acuerdo entre México, principal productor de fentanilo, y EEUU, donde se encuentran la mayoría de los consumidores de la sustancia.
El fentanilo ya ha despertado preocupación en Europa. Aunque la mayor parte de los estados cuenta con un mayor control de la venta de medicamentos que Estados Unidos, la introducción del opioide en el mercado ilegal no es una opción descartable. Para los traficantes, es un negocio barato y rentable, pues la adicción que crea es casi incontrolable. Las autoridades aún están a tiempo de frenar esta nueva pandemia, que, además de acabar con la salud física, ataca a lo más vulnerable del ser humano: la mente.