La innovación digital está transformando casi todos los sectores de la economía al introducir nuevos modelos de negocios, nuevos servicios y, en última instancia, nuevas formas de crear valor y empleos. Estas soluciones digitales brindan importantes beneficios, pero también conllevan riesgos importantes y amenazas de delitos informáticos tanto para los países desarrollados como para los países en desarrollo.
El famoso ladrón de bancos, Willie Sutton, supuestamente dijo que roba bancos porque «ahí es donde está el dinero». Hoy, eso ya no es cierto. El dinero está en la información. Y la información se puede obtener subrepticiamente de varias maneras, incluido el pirateo para robar todo tipo de datos, o comprarlo en la web oscura de los delincuentes cibernéticos.
La concentración misma de información entre las empresas privadas y el sector público puede tener aspectos positivos, pero también nos hace más vulnerables. El año pasado, por ejemplo, Marriott International, British Airways, Adidas AG y Humana Inc fueron pirateados.
A medida que las personas en los países desarrollados y en desarrollo se conectan cada vez más y adoptan tecnologías digitales, también se vuelven más vulnerables a las violaciones de datos y diversas formas de cibercrimen: desde phishing y pharming hasta ciberacoso, ciberdefamación y robo, falsificación y cualquier otra conducta criminal que involucre Internet.
En este contexto, recientemente celebramos el primer evento internacional de Cybercrime NETwork que reunió a unos 100 participantes de 18 países de seis continentes. En el evento, organizado conjuntamente con el Servicio de Impuestos Internos de EE. UU. En la sede del Banco Mundial, los participantes compartieron conocimientos y experiencias sobre temas como las criptomonedas, la web oscura y el rastreo de blockchain, así como los métodos para investigar el cibercrimen y fortalecer la ciberseguridad de los países. En muchos países, las administraciones tributarias también tienen los datos y la capacidad para ayudar a detectar e investigar todo tipo de delitos financieros, en colaboración con otras agencias.
«Democratización» del cibercrimen
A través de las diversas intervenciones, se hizo evidente que la «democratización» de las herramientas de robo de ciberdelincuencia basadas en Internet es un gran desafío para las autoridades fiscales de todo el mundo. Y este desafío requiere una solución global y coordinada y mucho más apoyo y cooperación con las autoridades de los países en desarrollo.
El anonimato facilitado por la innovación digital ha sido una bendición para los evasores de impuestos, lo que ha llevado a las autoridades a buscar más conocimiento y colaboración internacional en la aplicación de impuestos. Por ejemplo, actualmente hay más de 2,000 monedas criptográficas, con diferentes niveles de privacidad que requieren diferentes herramientas para que los investigadores puedan rastrear. El cifrado y el descifrado están en una carrera armamentista virtual, y el estado del juego depende del dispositivo donde se almacenan los datos y las herramientas están disponibles para la aplicación de la ley.
Algunos principios rectores ciber-relevantes
Ante estos desafíos, ¿cómo podemos ayudar mejor a los países y a los responsables políticos a avanzar hacia una visión más positiva para luchar eficazmente contra el cibercrimen?
Aquí hay cinco principios rectores que compartimos con los participantes en el evento del delito cibernético y que podrían ayudar a guiar la conversación en el camino a seguir.
Ejercer el liderazgo de la agenda del delito cibernético de manera que genere confianza. La agenda del delito cibernético es inherentemente una agenda de gobernanza que requiere la participación activa de diversas partes interesadas de los sectores público y privado. Esto es necesario para reunir sus ideas, crear conciencia y propiedad. El régimen legal resultante es uno que debe proporcionar un conjunto de reglas objetivo, predecible, transparente y universalmente aplicable.
Defina poderes de aplicación «sensibles». Con el tiempo, esperaríamos que los gobiernos establecieran unidades con experiencia especializada en cibercrimen para apoyar la investigación, el enjuiciamiento y otras funciones.
Salvaguardar los derechos fundamentales de expresión y privacidad. Los marcos regulatorios deben garantizar la libertad de expresión y el acceso a la información. Sin embargo, según la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), solo 107 países tenían leyes o proyectos de ley de privacidad vigentes a partir de 2014.
Fortalecer la cooperación internacional
Es probable que los países desarrollados, como los representados en los Jefes Conjuntos de la Fiscalidad Global (J5), fortalezcan aún más su cooperación operativa. Sin embargo, se debe hacer más para compartir el conocimiento con los países en desarrollo y menos conectados. Los esfuerzos para multilateralizar los marcos legales también deben continuar, y no solo para abordar las brechas legales obvias. Sorprendentemente, el robo de identidad no ha sido condenado universalmente en los instrumentos multilaterales, ni tampoco la extorsión, el spam, el acoso, el acoso o el acoso escolar.
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