Su presencia en la región se vio marcada por su influencia en el tráfico de drogas y por la violencia impuesta, dándole relevancia a la figura de Joaquín “El Chapo” Guzmán.
El Cártel de Sinaloa es una de las organizaciones criminales más peligrosas y que más ha afectado en cuanto al narcotráfico se refiere a lo largo de América Latina. Desde maneras “innovadoras” para transportar la droga hasta el ascenso de figuras reconocidas de las actividades delictivas, la banda criminal de Sinaloa supo dejar su huella y sigue siendo un actor de peso para el narcotráfico.
Los inicios del Cártel de Sinaloa
Como su nombre lo indica, el Cártel nace en el estado de Sinaloa en México, una región históricamente conocida por la producción de marihuana y amapola.
En la década del 80, cuando comenzó, el grupo criminal formaba parte de la Federación, un conglomerado de varias bandas delictivas que trabajaban en conjunto para controlar la ruta del narcotráfico.
Todo esto ocurrió cuando el negocio del tráfico de drogas estaba consolidando a México como punto clave hacia Estados Unidos, en donde había una alta demanda de cocaína.
En este período inicial, el actor principal de la Federación era Miguel Ángel Félix Gallardo, a quien apodaron “El Padrino” y lideraba el Cártel de Guadalajara. Sin embargo, en 1989 esta unión se disolvió y de esa ruptura nació el Cártel de Sinaloa liderado por miembros como Joaquín “El Chapo” Guzmán, Ismael “El Mayo” Zambada y Héctor “El Güero” Palma.
Luego, durante toda la década del 90 y los años 2000, la organización criminal empezó a consolidar su poder. Expandió su grupo y sus alianzas, y ampliaron las rutas migratorias para trasladar droga a distintos puntos de la región. “El Chapo” Guzmán hizo conocido su nombre por la habilidad de escapar de las autoridades y ser el director de la expansión de la organización.
Guzmán supervisó el desarrollo de una red de túneles que se hizo bajo la frontera entre México y Estados Unidos, lo cual fue una herramienta fundamental para el traslado de grandes cantidades de droga, entre cocaína, heroína, metanfetamina y marihuana.
El Cártel de Sinaloa también incursionó en el tráfico de armas, la extorsión y el lavado de dinero, convirtiéndose en uno de los grupos más peligrosos de la región.
Rivalidades, tensión y la caída de “El Chapo” Guzmán
Sin embargo, no solo tuvieron problemas con las autoridades y afectaron a civiles inocentes, sino que también comenzaron una guerra con otras bandas criminales. A principios de los 2000, mantenían una violenta rivalidad con el Cártel de los Zetas y el Cártel de los Beltrán Leyva.
Se acusó a “El Chapo” Guzmán de traición luego de que Alfredo Beltrán Leyva fuera capturado en 2008. Los hermanos Beltrán Leyva sospecharon en ese entonces que Guzmán había entregado a su hermano a las autoridades. Desde entonces, El Chapo fue visto como un enemigo y se desataron guerras civiles, llenas de violencia en las calles de México y con asesinatos de por medio.
Además, en 2006, el gobierno mexicano le declaró la guerra al narcotráfico y hubo un aumento considerable de violencia en la región como consecuencia de los intentos por detener a los grupos como el Cártel de Sinaloa.
Si bien no fue fácil, “El Chapo” Guzmán fue capturado en reiteradas ocasiones. La captura definitiva fue en 2016, ya que en 2015 se fugó de la prisión de máxima seguridad del Altiplano, a través de un túnel construido bajo su celda.
En 2017 fue extraditado de Estados Unidos y en 2019 condenado a cadena perpetua, además de 30 años por violencia con armas y otros 20 años más por lavado de dinero. En la actualidad, se encuentra en la cárcel ADX Florence.
Cómo es la actualidad de El Cártel de Sinaloa
Con la caída de “El Chapo”, “El Mayo” Zambada continuó al frente de la organización. Además, la participación de los hijos de Guzmán, Iván Archivaldo Guzmán, Jesús Alfredo Guzmán y Ovidio Guzmán, jugaron un papel protagónico en los años siguientes. Sin embargo, los “Chapitos” y “El Mayo” han tenido sus diferencias, generando tensiones y discrepancias en el grupo.
Hoy en día, el Cártel de Sinaloa sigue siendo una de las organizaciones criminales más poderosas. Se estima que controla grandes porciones del tráfico de drogas desde México hacia Estados Unidos y otras partes del mundo.
El grupo mostró una gran capacidad de adaptación al diversificarse en la producción y tráfico de fentanilo, una droga sintética altamente adictiva.
A pesar de la presión internacional y las acciones del gobierno mexicano y estadounidense, el Cártel de Sinaloa sigue operando con una fuerte capacidad logística, utilizando desde rutas terrestres hasta túneles, junto con rutas marítimas y aéreas para el tráfico de drogas. Su influencia también sigue siendo importante en regiones rurales de México, donde tiene vínculos profundos con comunidades locales que dependen económicamente de la producción de drogas.