Hombre en California quería formar su propio Cártel pero ICE acabó con su idea

Una investigación federal llevada a cabo por ICE que duró varios meses desarticuló una célula de narcotraficantes que lideraba un hombre que advirtió estar formando su propio cartel de drogas en California.

Antilavadodedinero / univision

Las autoridades de afirman que Omar Alberto Navarro, de 38 años, había dado varios pasos para lograr su sueño criminal: le compraba droga directamente a un cartel que opera en Tijuana, contrató a mujeres que cruzaban cargamentos para no despertar sospechas en las garitas, buscó a un socio para abrir una “oficina” en Texas y hasta quería hacerse del control de la ciudad fronteriza de Mexicali.

“Básicamente, Nani, estoy comenzando mi propio pequeño cartel aquí”, le dijo Navarro a uno de sus cómplices en una llamada telefónica que fue interceptada el 8 de diciembre, según una declaración jurada de Cliff Turton Larde, agente de la unidad de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI), que es parte del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).

“Voy a ir a lo grande”, anticipó Navarro refiriéndose a que viajaría a México para transportar una gran cantidad de narcóticos hacia Bakersfield, su lugar de residencia en el Valle Central de California.

En ese audio que es parte de la evidencia en este caso él afirmó “que Mexicali sería suyo”, lo cual mostraba su intención de dominar el trasiego de narcóticos en esa localidad de Baja California.

Pero la empresa delictiva que Navarro estaba construyendo se hundió la madrugada del viernes 26 de marzo, cuando varios agentes rodearon su casa en Bakersfield. De manera simultánea se presentaron en las viviendas de siete asociados suyos en esa región. Los operativos despertaron a los vecinos, quienes se alarmaron al escuchar que los policías ordenaban con sus altavoces: “salgan con las manos en alto”, según reportó el canal KGET.

Los detectives de ICE supieron por primera vez sobre las actividades ilícitas de Navarro en marzo de 2020, cuando uno de sus distribuidores le vendió un arma de fuego a un informante de esa agencia. Una vez que un juez federal concedió que le pincharan el celular, toda su red quedó al descubierto.

Distribuidores “en cada estado importante”

Descubrieron que este hombre hacía tratos directos con “un cartel en Tijuana” para comprarles fentanilo y metanfetamina, que cruzaba por la frontera con su propia gente. De septiembre a diciembre de 2020, la Oficina de Aduanas y Control Fronterizo (CBP) les decomisó en garitas de California más de 380 libras de droga a miembros de la organización criminal de Navarro, según los fiscales.

Otros miembros de su célula se dedicaban a vender los narcóticos, colectar las ganancias, comprar autos para esconder la mercancía, reclutar choferes y viajar a México para coordinar el contrabando.

La investigación del ICE descubrió que el cartel con el que trabajaba le exigía a Navarro revisar los antecedentes penales de cada una de las personas a las que contrataba y con los que hacía negocios.

En una de las conversaciones grabadas se lo explicó así a quien creía era un socio potencial de Texas: “Estos tipos van a preguntar. Querrán ver tu identificación. Son personas del sur. Querrán asegurarse de que tú estás bien”.

A esa persona le comentó que tenían guardadas 200 libras de droga, “pero ni siquiera durarán dos días” en venderlas. También le aseguró que la organización a la cual le compraba la mercancía tenía varios escondites en EEUU: “en cada estado importante hay una, en cada ciudad importante”.

Esa reunión que ocurrió en Bakersfield concluyó con el acuerdo de vender 20 libras de metanfetamina o ‘cristal’ por 3,500 dólares cada libra, un precio más bajo. “Serás mi oficina allá (en Texas). Yo te la llevaré”, prometió Navarro en la negociación. “No tendrás que venir nunca más. Te lo aseguro”.

“No te pongas nerviosa”

Una de sus técnicas era contratar a mujeres para cruzar los cargamentos. Una de ellas, Lizette Méndez, de 31 años y residente de Delano, California, pasó más de 140 libras de droga por una garita. Mientras que Mayra Guadalupe Galván, de 31 años y vecina de la misma ciudad, transportó con 119 libras de metanfetamina. Ambas fueron arrestadas el pasado 26 de marzo y enfrentan cargos de narcotráfico.

ICE espió una conversación por mensajes de texto entre el jefe de la banda y una de sus conductoras el 21 de septiembre de 2020. “Está avanzando rápido”, escribió Mayra Galván sobre el cruce vehicular en la garita de San Ysidro, California. “Ellos tienen perros por todos lados”, comentó preocupada.

“Estás bien… No te pongas nerviosa cuando hables con ellos”, le aconsejó Navarro sobre su interacción con los agentes aduanales. “Ok”, le respondió ella.

Navarro la esperaba en una estación de gasolina al otro lado de la frontera. Jamás recibió los 105 paquetes de metanfetamina que escondieron en el tanque de gasolina, la defensa trasera y otras partes del auto. Galván fue detenida por oficiales de la CBP.

Dos meses después, Lizette Méndez y Sandra Soto se formaron en el mismo puerto de entrada a EEUU. Tampoco lo lograron: encontraron en su coche 120 paquetes de ‘cristal’ y otros dos de fentanilo.

Navarro habló por teléfono con Méndez, quien era la conductora esa vez, para averiguar qué les había dicho a los agentes federales. “Lo que voy a decir es que encontré a alguien allí… y que me engañaron para que trajera navajas para una pelea de gallos”, dijo ella. “No te voy a entregar… No tienes que preocuparte… Tu nombre nunca ha sido mencionado”, prometió.

Pero el traficante terminó por darle la espalda a la mujer. “¿Por qué sigues diciendo que yo no tengo que preocuparme porque vas a entregarme? Si no hice una mier#&% ¿Alguien te está diciendo que me llames para ponerme una trampa?”, le preguntó enfadado. “No me llames más”.

La garita de San Ysidro es la principal puerta de entrada de metanfetamina y fentanilo para los carteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación (CJNG), según reportes de la DEA. Ambos grupos luchan por controlar Tijuana y han convertido a Los Ángeles en uno de sus principales centros de distribución.

El final de su organización

Otras comunicaciones interceptadas por ICE dan cuenta de que la red de contrabandistas de Navarro reclutaba regularmente “muchachas” para transportar narcóticos desde Tijuana.

Un tiempo tuvieron dificultades para ello y le encargaron a un hombre estadounidense de 41 años, Randal Jason Newell, que manejara una camioneta Ford año 2005 que llevaba 80 paquetes de droga. No pudo: lo capturaron el 7 de diciembre de 2020 en San Ysidro.

Esa noche, Navarro intuyó que la mercancía había sido interceptada y temía que su chofer estuviera cooperando con el gobierno. “¿Y la muchacha?”, le preguntó en una llamada telefónica uno de sus socios. “No, esta vez fue un hombre. No lo han liberado. Debe haber confesado”, advirtió Navarro.

Este narcotraficante supo que lo tenían en la mirilla el 27 de diciembre de 2020, cuando una patrulla del Sheriff del condado Kern detuvo a uno de sus vendedores, Miguel Ángel Martínez, en la carretera 5. Manejaba una camioneta GMC y un perro policía olfateó 18 libras de metanfetamina.

“Creo que estoy jodido”, le dijo Navarro a una de sus cómplices en una llamada.

Pero no se detuvo: días después lo escucharon negociando otras ventas de drogas hasta pocas semanas antes de su detención en su casa de Bakersfield, según se lee en la declaración de ICE.

“El éxito de esta operación resalta la importancia y la necesidad de la colaboración de agencias del orden”, dijo Tatum King, agente especial del HSI en el norte de California, en un comunicado.

La Fiscalía federal advierte que Navarro enfrenta una condena mínima de 10 años de prisión y una máxima de cadena perpetua. Además, podrían imponerle una multa de 10 millones de dólares.

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