El 29 de octubre se celebra el Día Nacional de la Prevención del Lavado de Dinero, que sigue siendo un facilitador central de la delincuencia organizada transnacional. También el COVID-19, porque en tiempos de pandemia se presta para compras fraudulentas, desvíos o mal uso de donaciones de caridad, entre otras acciones, con un aumento tangible del fraude, informó la UNODC.
Antilavadodedinero / ONUDC
Prevenir el lavado de activos es una responsabilidad de todos. Debemos estar preocupados ante la amenaza de organizaciones criminales con recursos ilícitos generadoras de una cultura de dinero fácil, que se alojan en la sociedad impactando en los jóvenes y en el resto de su comunidad, sector u organización, creando situaciones de inseguridad, amenazas, extorsión y corrupción.
Al igual que todo el mundo, está atravesando las consecuencias de la pandemia del coronavirus, pero también todos hemos padecido durante algunas décadas de otra dolencia que representa el desvío de dinero, que a veces se torna de difícil detección y control. Ambas situaciones, el virus y el lavado, son amenazas a la economía mundial por eso existen medidas estrictas para su prevención, control y erradicación.
Para la mayoría de naciones la infracción de lavado de activos representa un desafío complejo en lo relativo a su prevención, descubrimiento y acción legal. Históricamente, el delito de lavado de activos se consideraba como una forma de encubrimiento, pero debido al peligro que este representa, ahora su tratamiento como una transgresión autónoma es casi mayoritario en muchas de las legislaciones.
En el plano internacional este fraude representa un problema de dimensiones titánicas, tanto es así que según reportes emitidos por la Organización de las Naciones Unidas a través de su Oficina contra la Droga y el Delito (UNODC), se calcula que aproximadamente 1.6 trillones de dólares producto de actividades delictivas son lavados mundialmente.
El surgimiento de nuevas técnicas para el blanqueo de capitales, las cuales son cada vez más refinadas y complicadas, aumentan la dificultad de enfrentar este delito. El desarrollo tecnológico de los últimos años ha significado que ahora los criminales de cuello blanco cuentan con una mayor gama de opciones para perpetrar actos ilícitos y ocultar las ganancias de sus actividades fraudulentas.
Un ejemplo claro de esto es el surgimiento de las criptomonedas y otros activos digitales, que pese poseer una gran cantidad de ventajas para la realización de negocios lícitos, también han sido una herramienta eficaz para que los criminales oculten las procedencias ilegales de su actividad delictiva.
El Grupo de Acción Financiera de Latinoamérica (GAFILAT) ha emitido un informe por el COVID 19, en el que señaló varios fenómenos que pueden significar un riesgo para el lavado de activos y financiamiento del terrorismo.
El GAFILAT indicó que se espera una reducción en el volumen de reportes de operaciones sospechosas y también retrasos en la obtención de información adicional requeridas para las investigaciones necesarias. Así mismo, señaló un aumento de delitos relacionados con la corrupción, aumento de fraudes financieros y estafas.
Pero también, entrega algunas sugerencias de buenas prácticas para tratar de reducir los riesgos emergentes. Sin embargo, ahora depende de los países miembros aplicar dichas sugerencias para que estas no queden como una simple declaración de buenas intenciones. Más aún, el eje central de cada Estado debe girar en torno a implementar nuevas alternativas para mitigar este riesgo.
Los países signatarios a las 40 regulaciones de GAFI, en Latinoamérica GAFILAT estamos comprometidos con el cumplimiento de las mismas, que conlleva la evaluación mutua entre naciones.
El lavado de activos sigue siendo un facilitador central de la delincuencia organizada transnacional. También el COVID-19, porque en tiempos de pandemia se presta para compras fraudulentas, desvíos o mal uso de donaciones de caridad, entre otras acciones, con un aumento tangible del fraude, informó la UNODC.
La misma recomienda que los Estados Miembros mitiguen los riesgos de las Unidades de Inteligencia Financiera al permitir que el personal clave acceda a los sistemas ALA / CFT de forma segura, ya sea de manera remota o, con las precauciones sanitarias adecuadas. La mayor presentación proporcional, legal, responsable y necesaria de información e inteligencia a organizaciones destacadas como INTERPOL y EUROPOL ayudará al análisis global de amenazas e informará la toma de decisiones estratégicas.
La acción debe estar enfocada en la prevención y erradicación del lavado de activos, por ser actividades delictivas que apoyan al narcotráfico y al crimen organizado transnacional, auspiciando acciones que agreden la dignidad humana como la trata de personas, el sicariato, el enriquecimiento ilícito, secuestros, crímenes cibernéticos, proliferación de armas de destrucción masiva, corrupción, etc.