El presidente de Huawei retó el martes a Estados Unidos y otros gobiernos a mostrar evidencias de las acusaciones que dicen que la gran empresa tecnológica china es un riesgo de seguridad, a la vez que la compañía lanzó una campaña de relaciones públicas para aplacar temores que ponen en riesgo sus dispositivos de nueva generación.
Ken Hu llevó a reporteros a la sede de Huawei Technologies Ltd., habló con ellos y lamentó que las acusaciones contra el fabricante más grande del mundo de partes para sistemas de redes derivaron de «ideología y geopolítica».
Advirtió que excluir a Huawei de los sistemas de quinta generación en Australia y otros mercados afectaría negativamente a los consumidores al subir los precios y reducir la innovación.
Australia y Nueva Zelanda han prohibido los sistemas de quinta generación de Huawei por razones de seguridad. Estos países así se sumaron a Estados Unidos y Taiwán, que tienen restricciones más amplias contra Huawei.
La agencia de ciberespionaje de Japón dijo que Huawei y otros proveedores que han sido calificados como de alto riesgo de seguridad serán excluidos de las compras del gobierno.
El martes, el primer ministro de la República Checa ordenó a su oficina dejar de usar celulares de la empresa, un día después de que la agencia checa de ciberseguridad advirtió que el hardware y software de Huawei y otra empresa china de telecomunicaciones, ZTE, representan una amenaza de seguridad.
Hasta ahora estas restricciones han tenido pocas repercusiones para Huawei, que dice que las ventas a nivel mundial están encaminadas a superar los 100.000 millones de dólares este año.
Pero la decisión de la compañía, que generalmente se mantiene alejada de la prensa, de realizar el evento del martes pareció ser un reflejo de que cada vez le preocupan más las acusaciones y que creen que esto podría afectarles negativamente en un mercado emergente de quinta generación que, según analistas de la industria, podría alcanzar un valor de 20.000 millones de dólares para el 2022.
ALD/ElEconomista