Imputan por lavado de dinero al presunto jefe narco preso por el caso Abigaíl

Desde el 11 de mayo, investigadores policiales y judiciales buscan que Matías Facundo Díaz, el presunto jefe narco lasherino conocido como el Fido, continúe tras las rejas en la causa por la desaparición de la joven Abigaíl Carniel.

Antilavadodedinero / elsol

Sostienen por una serie de escuchas que uno de sus soldados mató a la chica de 18 años con la ayuda de otros sujetos en el barrio Sargento Cabral el 15 de abril y que el Fido dio la orden.

Mantener detenido al Fido será todo un desafío para el fiscal que lidera el expediente del caso Abigaíl, Carlos Torres. Está prevista una audiencia esta semana por esa causa y la defensa apunta toda su estrategia a que un juez analice las pruebas incorporadas y le de la libertad porque nadie lo ha señalado.

Más allá de los que sucede en los Tribunales locales, el que sí dio un paso importante en las últimas horas para que el Fido Díaz no vuelva a la calle fue el fiscal federal Fernando Alcaraz, quien lo imputó por el delito de lavado de activos.

Los motivos

La captura del señalado líder de una banda dedicada al comercio de estupefacientes a grandes escalas se produjo la tarde del 11 de mayo durante los rastrillajes que se desarrollaban cerca del Club Jorge Newbery, que tenían el objetivo de encontrar el cuerpo de Abigaíl.

Fue gracias a un dato que aportaron efectivos la Policía contra el Narcotráfico (PCN) que trabajan casos de lavado de capitales: en las escuchas que le hacían al Fido a gente de su entorno “saltó” que uno de sus hombres en la organización, Martín Chupetín Marquez, era acusado por su pareja de ser el asesino de Abigaíl. Esto fue aportado a Torres y ordenaron su captura.

Pero la pesquisa de la PCN no llevaba poco tiempo: más de un año de trabajos de campo y seguimientos que tenían como objetivo conocer cómo el Fido estaba vinculado a una gran cantidad de bienes muebles e inmuebles fueron clave para que se desarrollaran más de una veintena de allanamientos 48 horas después de la detención.

Con todas las pruebas en la mano, el fiscal Alcaraz acusó hace pocas horas al Fido por el delito previsto en el artículo 303 del Código Penal. “Será reprimido con prisión de tres a diez años y multa de dos a diez veces del monto de la operación, el que convirtiere, transfiriere, administrare, vendiere, gravare, disimulare o de cualquier otro modo pusiere en circulación en el mercado, bienes provenientes de un ilícito penal, con la consecuencia posible de que el origen de los bienes originarios o los subrogantes adquieran la apariencia de un origen lícito, y siempre que su valor supere la suma de pesos trescientos mil ($ 300.000), sea en un solo acto o por la reiteración de hechos diversos vinculados entre sí”.

El representante del Ministerio Público también le endilgó el agravante que eleva en un tercio el máximo y en la mitad del mínimo la pena en caso de ser hallado culpable: “Cuando el autor realizare el hecho con habitualidad o como miembro de una asociación o banda formada para la comisión continuada de hechos de esta naturaleza”.

En detalle

De acuerdo con fuentes judiciales y policiales, la situación procesal del Fido Díaz en al Justicia federal no es para nada sencilla. La PCN presentó todas las pruebas y confirmó que el sospechoso está relacionado a una importante cantidad de propiedades en Las Heras y en Godoy Cruz.

Aseguraron que no tenía trabajo formal y que llevaba una vida de lujos. De allí la presunción de que, con las ganancias de la comercialización de estupefacientes en diversos sectores del Gran Mendoza, adquirió propiedades como la del barrio Cooperativa Grupo Energético (allí vivía), un complejo de 5 departamentos en calle Bajada del Cerro (entre González Feltrup y Las Cuevas, en El Challao); una vivienda en el barrio privado Nuevas Quintas y otra en calle Las Águilas –ambas también de Las Heras– y una en Juan Jufré de Godoy Cruz.

También descubrieron algunos costosos vehículos. Por ejemplo, los ya secuestrados Audi que estaba a nombre de una mujer tucumana fallecida hace algunos años, un VW Vento que utilizaba su hijo y que estaba nombre de un personaje también investigado y un Peugeot 207 rojo.

En total, serían unos nueve rodados (también alguna moto) que serían de su propiedad y cuyos papeles están siendo analizados para ser secuestrados.

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