El cargamento partió del Líbano y fue detectado en Nigeria, oculto en piezas mecánicas que iban a llegar por mar a Arabia Saudita.
Antilavado de dinero / Infobae.
Autoridades de Arabia Saudita reportaron este jueves la incautación de un importante cargamento de drogas del grupo terrorista Hezbollah, interceptado por las aduanas de Nigeria.
Los inspectores hallaron más de 450 mil pastillas de anfetaminas ocultas en piezas mecánicas que se transportaban por mar desde el Líbano hacia Arabia Saudita.
El coronel Talal Chalhoub, vocero del Ministerio del Interior, dijo que una de las “redes de producción y contrabando de drogas” de Hezbollah estaba detrás del intento de contrabando. “El cargamento fue incautado en coordinación con nuestros homólogos en Nigeria antes de que la red tuviera la oportunidad de enviarlo a otro país”, añadió, según recogió la Agencia de Prensa Saudita.
El funcionario también elogió la cooperación con el Ministerio del Interior nigeriano en la aprehensión de la droga. “El Reino seguirá vigilando las actividades delictivas que tienen como objetivo la seguridad del Reino y la juventud con drogas, para contrarrestarlas y frustrarlas y detener a todos los implicados en dichas actividades”, afirmó.
En abril, las autoridades sauditas incautaron un cargamento de unos 7,8 millones de pastillas de Captagon procedentes del Líbano, también atribuidas al movimiento islamista. En ese intento, se utilizó un envío de frutas como tapadera, lo que dio lugar a una prohibición de Arabia para la importación y el tránsito de frutas y verduras procedentes del Líbano.
Según especialistas, Hezbollah, que controla los puntos fronterizos entre Siria y Líbano, tiene un control incontrolado sobre todas las operaciones relacionadas con las drogas. El Captagon es una anfetamina y una de las drogas más utilizadas en los campos de batalla de Medio Oriente. Este fármaco, producido a base de un compuesto químico llamado fenetilina, es muy popular entre los grupos yihadistas como el Estado Islámico,
Un estimulante con propiedades adictivas, se usa de forma recreativa en toda la región y, a veces, se le llama “cocaína de los pobres”. También es utilizado por grupos armados y fuerzas regulares en situaciones de batalla, donde se considera que tiene propiedades que aumentan el coraje y adormecen los miedos.
En muchos casos, el origen es Líbano. Pero en otros es Siria. Justamente, Hezbollah controla una parte importante de la porosa frontera entre estos dos países, desde que se convirtió en un aliado central para la supervivencia del régimen de Bashar al Assad. Esa frontera se convirtió en una pieza clave de las rutas del narcotráfico de la organización, que nacen en el Valle de la Becá, donde se produce buena parte de la droga, y a través de Siria llega hasta Jordania y a muchos otros países.
El general de brigada Adel Machmouchi, ex jefe del Departamento Antinarcóticos de las Fuerzas de Seguridad Interna del Líbano, dijo que la redada en Jeddah en abril expuso al Líbano como uno de los países que no cooperan con los organismos internacionales de lucha contra las drogas. En una entrevista televisiva, sugirió que los organismos de seguridad libaneses implicados deberían tener “un control más estrecho” sobre zonas como el Valle de la Becá, donde se producen distintos tipos de drogas. Machmouchi afirmó que en el Líbano hay unas 20 fábricas dedicadas a la producción de pastillas de Captagon.