El informante anónimo de Panama Papers dio una entrevista para la revista Der Spiegel a los dos periodistas alemanes que recibieron los 12 millones de documentos filtrados del estudio panameño Mossack Fonseca.
Antilavadodedinero / Infobae
Seis años después, finalmente se animó a hablar. John Doe, el seudónimo detrás de la fuente que filtró en forma anónima los documentos de la mayor investigación periodística global conocida como Panamá Papers, accedió a su primera entrevista bajo extremas medidas de seguridad.
Se la dio a los dos periodistas alemanes a los que les había filtrado, en 2015, los más de 11,5 millones de documentos del estudio panameño de Mossack Fonseca. Esos archivos expusieron a la luz pública, como nunca antes, los manejos offshore por parte de funcionarios, políticos, empresarios, deportistas, artistas y celebrities de todo el mundo, que buscaron ocultar sus fortunas lejos de los ojos del fisco.
Con ese volumen gigantesco de 2,6 terabytes de documentos y correos electrónicos internos en sus manos, Frederik Obermaier y Bastian Obermayer probablemente no llegaron a dimensionar el impacto que finalmente tuvieron, y que siguen teniendo. Sin embargo, estos dos periodistas alemanes que entonces trabajaban en el Süddeutsche Zeitung (SZ) vislumbraron sus posibles implicancias en decenas de países y se contactaron con el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ). Esta organización con sede en Washington los compartió con 376 periodistas socios -entre ellos, tres de Infobae– de más de 100 medios en 76 países. Fue la mayor colaboración periodística global de la historia, inédita hasta entonces.
La entrevista que se publica a continuación es el último capítulo de esa colaboración y fue realizada en exclusiva por Obermaier y Obermayer (quienes pese a la similitud de sus apellidos no son familiares) para la revista alemana Der Spiegel, para la que trabajan hoy. Recientemente ambos fundaron Paper Trail Media, un sitio digital de investigación periodística. Como gestores de los Panamá Papers, decidieron compartir la entrevista completa -embargada- con los periodistas y medios que participaron de la investigación coordinada en su momento por ICIJ, entre ellos Infobae.
Hasta ahora, John Doe solo se había pronunciado públicamente con un manifiesto publicado en el diario SZ, un mes después de que los Panama Papers salieran a la luz. En ese texto negaba ser un espía o trabajar para algún gobierno o agencia de inteligencia, y pedía protección legal a los denunciantes como él. Explicaba que su motivación para entregar los documentos era exponer el “nivel de injusticia” que mostraban los archivos filtrados, y reclamaba a los políticos acciones para combatirla.
Desde entonces, se publicaron libros sobre el tema en todo mundo, entre ellos Los Panamá Papers: El Club Mundial de los Evasores de Impuestos, escrito por los propios Obermaier y Obermayer. Y hasta una película interpretada por la multipremiada actriz Meryl Streep, La Lavandería, basada en el libro Secrecy World: Inside The Panama Papers de Jake Bernstein. Pero nada volvió a saberse del informante anónimo. Hasta hoy.
Hace unas semanas, John Doe mantuvo una larga conversación con los dos ex periodistas alemanes a los que les había entregado la mega filtración de archivos de Mossack Fonseca, pero bajo condición de mantener su identidad bajo reserva. A pesar del paso de los años, sigue con temor a represalias de alguno de los cientos de personajes y organizaciones que quedaron expuestos por la investigación periodística. “El gobierno ruso quiere verme muerto”, aseguró.
Para garantizar el anonimato, la entrevista se realizó a través de una conexión a Internet y se encriptó mediante un software que reproducía las respuestas. En la extensa charla, cuenta por qué decidió filtrar los documentos, a quiénes se los quiso dar previamente, cuál fue su pedido a las autoridades alemanes y por qué sintió que no cumplieron el acuerdo.
Por seguridad, la entrevista se realizó por Internet y encriptó mediante un software que reproducía las respuestas
El impacto de la investigación global
Las primeras revelaciones de los Panama Papers se conocieron en 2016 y se extendieron hasta avanzado el 2018. Su impacto fue gigantesco. Entre los nombres que aparecieron, figuraban más de un centenar de políticos de diferentes países, así como sus familiares o socios cercanos, una docena jefes de Estado, futbolistas, actores, empresarios y celebrities.
Se abrieron numerosas causas judiciales en decenas de países, incluida la Argentina. Políticos, empresarios y abogados fueron acusados ante la Justicia y en varios casos, como en Panamá, Ecuador y Bulgaria, incluso detenidos. Los propios fundadores de Mossack Fonseca fueron presos. El primer ministro de Islandia, Sigmundur David Gunnlaugsson, renunció por sus lazos ocultos con los bancos del país, e igual decisión tomó el primer ministro de Pakistán, Nawaz Sharif. Las revelaciones también provocaron un paso al costado de varios ministros, como el de Industria, Energía y Turismo de España, José Manuel Soria. La filtración generó protestas masivas en Londres, Islandia y México, entre otros lugares del mundo.
Desde entonces, se endurecieron las legislaciones en numerosos países para evitar el uso de empresas offshore para ocultar bienes y activos, o lavar dinero. Autoridades fiscales lograron identificar al menos USD 1.365 millones en activos, que pasaron a pagar impuestos, según el cálculo hecho por ICIJ. La cifra total, sin embargo, se estima superior ya que las autoridades fiscales de muchos países –como es el caso de Argentina- no revelan información sobre los acuerdos alcanzados con particulares y empresas en materia tributaria.
A nivel local, el equipo argentino de ICIJ – que además de Infobae integraron La Nación y Perfil – detectó que más de un centenar de argentinos blanquearon $3.100 millones que tenían ocultos en firmas offshore abiertas por Mossack Fonseca. Incluían propiedades, cuentas bancarias y acciones. Ese monto fue declarado ante la AFIP a partir de la amnistía fiscal lanzada por el gobierno de Macri en 2016.
En nuestro país, luego de publicadas las historias locales, las investigaciones judiciales alcanzaron al entonces flamante presidente Mauricio Macri, a su hermano Gianfranco y a su padre ya fallecido, Franco, por una offshore no declarada cuando era jefe de gobierno porteño. El ex mandatario resultó finalmente sobreseído en la causa abierta por presunto lavado, así como en la de omisión de incluirla en su declaración jurada.
A partir de las revelaciones periodísticas en Argentina, hubo reuniones entre la Procuraduría contra el Lavado de Activos (PROCELAC) y autoridades judiciales de Alemania, que mandaron información de manera espontánea. Se abrieron varias causas en la Justicia Federal en lo Penal Económico, por presunta evasión y lavado de dinero, y jueces y fiscales argentinos le pidieron colaboración a ese país. Se corroboró así la existencia de otra sociedad panameña vinculada a Gianfranco y Mariano Macri, cuyos fondos – unos USD 4 millones- fueron declarados luego en el blanqueo dictado por Mauricio como presidente. Ambos terminaron sobreseídos el mes pasado en la causa por presunta evasión fiscal.
También salieron a la luz por primera vez las maniobras de lavado de dinero por parte del ex secretario privado de Néstor Kirchner, Daniel Muñoz, y la adquisición que hizo de inmuebles en Miami por más de USD 70 millones provenientes de la corrupción. Las revelaciones salpicaron entonces, asimismo, al intendente de Lanús, Néstor Grindetti, y al jugador Lionel Messi, entre otras personalidades. Asimismo, a numerosos empresarios. Uno de ellos fue el dueño del Hipódromo, Federico de Achával.
La entrevista completa
Frederik Obermaier y Bastian Obermayer entrevistando a John Doe (Crédito: Paper Trail Media)
A continuación, la entrevista completa a John Doe realizada en exclusiva por Frederik Obermaier y Bastian Obermayer para Der Spiegel.
– ¿Cómo está? ¿Se siente a salvo?
– Estoy a salvo. Vivimos en un mundo peligroso y eso me pesa a veces. Pero en general me va bastante bien, y me considero muy afortunado.
– Permaneció en silencio durante seis años. ¿No tuvo la tentación de revelar que fue usted quien facilitó que se hicieran públicos los negocios secretos a través de sociedades offshore de jefes de estado, carteles del narcotráfico y diferentes tipos de criminales?
– A menudo he lidiado, como creo que mucha gente lo hace, con el problema de ser reconocido por mi trabajo. La fama nunca fue parte de la ecuación. En ese momento, la única preocupación que tenía era mantenerme con vida el tiempo suficiente para que alguien contara la historia. Adoptar la decisión de recopilar los datos disponibles de Mossack Fonseca me tomó varios días y fue como mirar por el cañón de un arma cargada, pero finalmente tuve que hacerlo.
– Usted se contactó con el diario alemán Süddeutsche Zeitung, que puso en marcha una investigación en la que colaboraron más de 400 periodistas y que fue coordinada por el ICIJ. Cuando llegó a nosotros, ¿qué tenía en mente?
– Cuando los contacté, no tenía ni idea de lo que sucedería o si responderían. Mantuve correspondencia con muchos periodistas que no estaban interesados, incluso con el New York Times y el Wall Street Journal. Wikileaks, por su parte, ni siquiera se molestó en contestar cuando me acerqué a ellos más tarde. (NdR: Ni el New York Times ni el Wall Street Journal quisieron hacer comentarios cuando los autores de la entrevista los contactaron. Wikileaks tampoco respondió la consulta).
– El equipo global comenzó a publicar los Panama Papers el 3 de abril de 2016. ¿Cómo fue ese día para usted?
– Recuerdo que era como la mayoría de los domingos. Me reuní con algunos amigos para comer y me sorprendió saber que Edward Snowden había aumentado el interés al hablar sobre el proyecto en Twitter. (NdR: Se refiere al ex analista de Agencia Nacional de Inteligencia de Estados Unidos que en 2013 filtró documentos secretos de varios programas de la NSA, incluyendo los de vigilancia masiva, y que tuvo que refugiarse luego en distintos países)
– El denunciante que hizo públicos los documentos confidenciales de la NSA, y que ahora vive en Rusia, tuvo de alguna manera conocimiento de la investigación y empezó a tuitear incluso antes de que publicamos sobre “la mayor filtración de documentos en la historia del periodismo”…
– Recuerdo cómo miles de posts iban circulando de un sitio a otro en las redes sociales. Nunca había visto nada similar. Se trataba literalmente de una explosión informativa. La gente con la que estaba aquel día se puso a hablar del asunto tan pronto como lo conocieron. Hice todo lo que estaba a mi alcance para disimular y hacer como si fuera la primera vez que oía hablar del tema.
– Muchos expertos comparan los Panama Papers con el Watergate. La fuente más importante de Watergate fue el director asociado del FBI, Mark Felt, quien se hizo llamar “Garganta Profunda”. Al final, reveló su identidad 33 años después de que se publicara el Watergate…
– He pensado en Mark Felt de vez en cuando y en los riesgos a los que se enfrentó. Mi perfil de riesgo se ve un poco diferente al suyo. Puede que tenga que esperar hasta que esté en mi lecho de muerte.
– ¿Por qué?
– Los Panama Papers involucran a tantas organizaciones criminales transnacionales, algunas de ellas vinculadas a distintos gobiernos, que es difícil imaginar cómo podría ser seguro identificarme. Felt tenía que preocuparse principalmente por Richard Nixon y sus cómplices. Nixon renunció dos años después del escándalo, y se quedó sin poder. En mi caso, incluso dentro de 50 años, es probable que algunos de los grupos que me preocupan, sigan existiendo.
– ¿Le contó a alguien sobre tu papel en los Panama Papers?
– Después de que se supo la noticia, solo se lo conté a algunas de las personas que más me importan.
– Entonces, permaneció en silencio durante seis años. ¿Por qué quiere hablar ahora?
– Hubo varias ocasiones en los últimos seis años en las que he tenido la tentación de hablar. En cada uno de esos puntos, parecía que el mundo se acercaba más y más a la catástrofe, por lo que la necesidad de intentar intervenir siempre me ha parecido cada vez más urgente. Al mismo tiempo, sin embargo, tenia que valorar algunos factores.
– ¿A qué se refiere exactamente?
– En primer lugar, por supuesto, está mi propia seguridad física y la de mi familia. Y en segundo lugar está el hecho de que el mundo es un lugar grande con una cacofonía de voces que intentan transmitir su punto de vista. Quería que mis palabras tuvieran significado, que no se perdieran antes del próximo tuit de Donald Trump. En 2016, escribí (NdR: en su manifiesto hecho público en ese momento) sobre mi miedo basado en lo que estaba presenciando, “que la inestabilidad severa podría estar a la vuelta de la esquina”. Me temo que finalmente ha llegado esa inestabilidad.
– ¿A qué tipo de inestabilidad se refiere?
– El ascenso del fascismo y el autoritarismo a nivel mundial, desde China hasta Rusia, Brasil y Filipinas, pero especialmente ahora en los Estados Unidos. América cometió algunos errores terribles en su historia, pero sirvió como una fuerza de equilibrio contra los peores regímenes absolutistas cuando más se necesitaba. Ese equilibrio funcional dejó de existir.
– Los paraísos fiscales parecen tener una importancia crucial para los hombres fuertes de regímenes autocráticos…
– Putin es más una amenaza para los Estados Unidos de lo que nunca fue Hitler, y las empresas ficticias son sus mejores amigas: financian al ejército ruso y son las que matan a civiles inocentes en Ucrania mientras los misiles de Putin apuntan a los centros comerciales. Las compañías fantasma que enmascaran a los conglomerados chinos son las que matan a los mineros de cobalto menores de edad en el Congo. Las empresas offshore hacen posible estos horrores y más, al eliminar la responsabilidad de la sociedad. Porque sin rendición de cuentas, la sociedad no puede funcionar.
– Los Panama Papers parecen ser más relevantes que nunca, debido a la agresión rusa en Ucrania. Por ejemplo, uno de los amigos más antiguos y cercanos de Vladimir Putin, el violonchelista Sergei Roldugin, fue sancionado a fines de febrero. El motivo principal fue que su nombre apareció en los Panama Papers y que Roldugin parece haber actuado como testaferro de su poderoso amigo Putin, y que posee miles de millones, al menos en los papeles. ¿Está satisfecho con ese giro de los acontecimientos?
– Me alegré de ver sancionado a Roldugin. Creo que eso es genial.
– ¿Tiene miedo de que Rusia busque venganza?
Es un riesgo con el que vivo, ya que el gobierno ruso ha expresado que me quiere muerto. Antes de que se restringiera la difusión de las informaciones de Russia Today en diversos lugares debido al ataque de Rusia contra Ucrania, transmitió un documental sobre los Panama Papers en cuyos créditos iniciales aparecía el personaje John Doe herido en la cabeza tras haber sido torturado. (NdR: Se refiere al docudrama ruso pro estatal llamado The Panama Chronicles, emitido en 2018).Inmediatamente después, se ve un barco en dibujos animados que navega por su sangre, como si fuera el Canal de Panamá.
Aunque fueran unas imágenes bizarras y de mal gusto, el mensaje no era sutil. Ya hemos visto cómo personas ligadas a cuentas offshore y sometidas a procesos judiciales por evasión impositiva recurren al asesinato. Lo hemos visto en los casos de los periodistas Daphne Caruana Galizia y Ján Kuciak. Sus muertes me afligieron profundamente. Hago un llamamiento a la Unión Europea para que haga justicia con Daphne, Ján y sus familias, y para que establezca el estado de derecho en Malta, una de las jurisdicciones que usó Mossack Fonseca.
John Doe, el informante anónimo de Panama Papers sigue manteniendo su identidad bajo reserva por razones de seguridad
– En 2017, la Oficina Federal de Investigación Criminal de Alemania (BKA, por sus siglas en alemán) obtuvo una tonelada de documentos de Mossack Fonseca, también de una fuente anónima…
– Sí, ese era yo. Desde el principio, estuve dispuesto a trabajar con las autoridades gubernamentales porque me pareció bastante claro que era necesario que hubiera procesos judiciales por los delitos que quedaron expuestos con los Panama Papers. Más que ningún otro gobierno, el alemán me aseguró que me mantendría a mí y a mi familia a salvo; y después de algún tiempo, pudimos llegar a un acuerdo que parecía justo. Desafortunadamente, el gobierno alemán violó su acuerdo poco después y, desde mi punto de vista, puso en riesgo mi seguridad. Lamentablemente, no recomendaría que otros confíen en las garantías del Estado alemán.
– Según informes de distintos medios, fue recompensado con 5 millones de euros. ¿Por qué no está satisfecho con la Oficina Federal de Investigación Criminal alemana (BKA)?
– Hubo tres problemas fundamentales. Primero, una vez que la BKA obtuvo los datos, me quedé básicamente solo para defenderme y sin ningún tipo de protección. Sentí que esto era imprudente ya que la amenaza a mi seguridad no disminuyó en absoluto y, en todo caso, aumentó. No mucho después, a plena luz del día, hubo un asesinato en Berlín que se vinculó a una operación del Servicio Federal de Seguridad ruso (FSB). Podría haber sido yo la víctima. En segundo lugar, el gobierno alemán en realidad no cumplió con el acuerdo financiero que acordamos. Eso causó problemas adicionales que pusieron en peligro mi seguridad. En tercer lugar, la BKA no aprovechó la oportunidad de analizar más datos sobre el mundo offshore más allá de los Panamá Papers, lo cual es francamente escandaloso. (NdR: Ante la consulta de los periodistas que entrevistaron a John Doe, la BKA alemana respondió que “no proporciona ninguna información sobre las circunstancias de la adquisición de datos”).
– Entonces, ¿piensa que las autoridades alemanas no hicieron lo suficiente para garantizar su seguridad?
– Quiero ser justo con ellos. Ofrecieron un pequeño grado de protección, pero este es un tipo de situación en la que solo se necesita un error para producir un resultado desastroso e irreversible. Por varias razones, no me sentía cómodo con su enfoque general, especialmente a medida que pasaba el tiempo. Si el gobierno alemán realmente hubiera apreciado la importancia de los Panama Papers, estoy seguro de que se habría manejado de manera muy diferente.
-¿Qué es exactamente lo que le solicitó a la Oficina Federal de Investigación Criminal alemana (BKA) ¿Ser un testigo protegido? ¿Una nueva identidad? ¿Más dinero?
– Solo puedo decir que no respetaron los acuerdos económicos que pactamos.
– La policía alemana compartió datos de Mossack Fonseca con docenas de países, pero limitó esa colaboración a datos vinculados a ciudadanos del país en cuestión. Parece lógico pensar que las informaciones sobre los oligarcas fueron únicamente entregadas a las autoridades rusas, a menos que existieran investigaciones abiertas en otros países. Es una situación un tanto absurda, ya que esos hombres han sido sancionados internacionalmente como respuesta a la invasión rusa de Ucrania.
– Desafortunadamente, ni los gobiernos de Alemania ni los de Estados Unidos han expresado mucho interés en los Panama Papers. En cambio, se centran en los yates. Francamente, los yates no importan mucho, más allá de su valor simbólico. Las empresas offshore y los fideicomisos sí importan. Las sanciones son una herramienta importante, pero hay otras. Por ejemplo, Estados Unidos podría allanar algunas de las oficinas de los facilitadores offshore en suelo estadounidense para enviar la señal de que este tipo de actividades ya no es admisible. Sería fácil para ellos hacerlo. Pero no sucedió.
– La élite rusa oculta habitualmente la propiedad de casas de lujo, yates, jets y otros activos bajo complejas estructuras offshore. ¿Cómo se puede poner freno a esto?
– Creo que el mundo occidental vio a Vladimir Putin como una molestia durante mucho tiempo, pero que podían controlar con incentivos económicos. Obviamente, eso no ha funcionado. Requeriría un esfuerzo verdaderamente extraordinario, una especie de Proyecto Manhattan moderno (NdR: proyecto liderado por Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial para desarrollar las primera armas nucleares), donde el objetivo sería desentrañar los enigmas del mundo offshore. Ciertamente, la capacidad computacional para hacer esto existe. La pregunta es si hay voluntad política. Hasta ahora, no veo ninguna evidencia de que la haya.
– ¿Por qué cree que aún no hemos visto a un denunciante ruso importante?
– Incluso con la cantidad necesaria de valentía, también se necesita un cierto grado de libertad para convertirse en un denunciante. Alguien tiene que estar allí para escuchar y debe haber al menos algún deseo de hacer cambios. Aparte del hecho de que Putin asesina y encarcela a los valientes, es muy difícil encontrar ese tipo de libertad en un lugar como Rusia.
– Edward Snowden está atrapado en Rusia. Aunque critica al gobierno de Putin por corrupto, no puede salir del país porque enfrentaría un juicio en Estados Unidos…
– Snowden es solo una pieza del rompecabezas en una guerra de desinformación que Rusia ha estado librando contra Estados Unidos durante la mayor parte del siglo pasado. Si la comunidad de inteligencia estadounidense tiene pruebas en su contra, debería exponerlas para que todos las vean. Si no lo hacen, el presidente (Joe) Biden debería perdonarlo y darle la bienvenida a casa. Es realmente así de simple.
– ¿Qué tan satisfecho está con el impacto de la filtración de Panama Papers?
– Sigo asombrado con el resultado. Lo que ICIJ logró no tiene precedentes; estoy extremadamente complacido, e incluso orgulloso, de que se hayan llevado a cabo importantes reformas, como las legislativas. El hecho de que haya habido colaboraciones periodísticas posteriores de similar escala es también un verdadero triunfo. Lamentablemente, todavía no es suficiente. Nunca pensé que publicar los datos de un estudio de abogados resolvería por completo la corrupción global, y mucho menos cambiaría la naturaleza humana. Los políticos deben actuar.
Necesitamos registros corporativos de acceso público en todas las jurisdicciones, desde las Islas Vírgenes Británicas hasta Anguila, las Seychelles, Labuan y Delaware. Ahora. Y si escuchas resistencia, ese sonido es el de un político que debería dejar su cargo.
-Desde 2016, se han publicado miles de historias de los Panama Papers. ¿Hay alguno que crea que el mundo todavía necesita ver publicada?
– Aún quedan muchas historias por contar. Uno que me viene a la mente es un fideicomiso que firma cheques y que probablemente fue creado por un despacho de abogados colombianos para el beneficio de un cartel de narcotraficantes. En las operaciones de esa estructura offshore, colabora un banco estadounidense que permitió el uso directo de su cuenta corresponsal en un banco de Panamá. Los nombres de los beneficiarios se escribieron en estos cheques con una máquina de escribir. Decir que este arreglo es inusual es poco: podrían haber emitido cheques con una señal de alarma roja y no habría pasado nada tampoco.
– Edward Snowden mencionó una vez su caso como el mejor para un denunciante: usted creó un gran impacto, y aún es desconocido y libre. ¿Es así como ve su papel en esta historia?
– Me considero increíblemente afortunado de que todo haya salido tan bien como lo ha hecho, incluso si nada es perfecto. Permanecer en el anonimato ha tenido el beneficio obvio de mantenerse relativamente a salvo, pero también ha tenido un costo, y es que no he podido sostener el problema a la vista del público como lo hizo Edward Snowden con respecto a las revelaciones de las escuchas telefónicas de la NSA. Por supuesto, pagó con su libertad hasta cierto punto. Siempre hay contrapartidas.
-¿Qué le enseñó la filtración sobre la denuncia de irregularidades?
– Diría que lo más importante es que mi ejemplo muestra que es posible, aunque quizás raro, hacer una gran diferencia y aun así mantener una buena vida. Pero se necesita mucho trabajo y mucha suerte para estar un paso por delante.
– ¿Hay algo que recomendaría a los posibles denunciantes?
– Decir la verdad sobre asuntos delicados nunca fue fácil. Diría que un factor subestimado es lo difícil que resulta mantener la cabeza fría. Ya sea que esté hablando con periodistas o autoridades gubernamentales, hay que estar preparado para que todo avance muy lentamente. Es importante simplemente respirar y encontrar otras cosas en las que pensar de vez en cuando.
– Si pudiera hacer retroceder el tiempo, ¿volvería a filtrar los documentos?
Sí, sin dudarlo.