Los cuatro cabecillas de la Mara Salvatrucha (MS13) con solicitudes de extradición firmadas por fiscales federales de Estados Unidos fueron liberados por el Gobierno de El Salvador entre julio del 2021 y febrero del 2022, de acuerdo con documentos penitenciarios y judiciales.
Antilavadodedinero / InSightCrime
A pesar de contar con cargos pendientes, Elmer Canales Rivera, alias «Crook»; Eduardo Erazo Nolasco, alias «Colcho»; y Efraín Cortez, alias «Tigre», se encuentran “inactivos por libertad” en distintas ocasiones durante ese periodo, según constan sus fichas carcelarias del Sistema de Información Penitenciaria (SIPE) de El Salvador.
Fuentes de la Dirección General de Centros Penales (DGCP) consultadas para esta investigación aseguraron que Hugo Armando Quinteros Mineros, alias «Flaco», también se encuentra “inactivo por libertad” en los registros penitenciarios.
Los documentos que respaldan esta investigación, así como el relato de funcionarios de Gobierno y testigos que conocieron del estatus de libertad que gozaron estos pandilleros, ubican las salidas entre el segundo semestre de 2021 y hasta finales de enero pasado. La Prensa Gráfica ya había revelado en diciembre 2021 el caso de “Crook”.
A la fecha es imposible determinar si estos pandilleros siguen en libertad o si reingresaron a las cárceles ya que las autoridades de la Dirección de Centros Penales se negaron a dar información sobre el estado de estos cabecillas a pesar de haberla prometido vía transparencia en enero pasado.
Sus liberaciones se produjeron en un contexto de cuestionamientos hacia las autoridades salvadoreñas sobre a la extradición de pandilleros a Estados Unidos donde el fiscal general, Rodolfo Delgado Montes, pidió a la Corte Suprema de Justicia negar la extradición a EE.UU. de Armando Eliu Melgar Diaz, alias “Blue”, en noviembre pasado. InSight Crime ha informado anteriormente que Blue fue el primer pandillero de la MS13 objeto de la polémica acusación de terrorismo en Estados Unidos.
Estos pandilleros, considerados de suma peligrosidad dentro de su organización, pertenecen a la primera línea de mando de la MS13 conocida como “Ranfla”, afincada en su mayoría en el penal de máxima seguridad de Zacatecoluca. Los cuatro forman parte de un listado de 14 influyentes cabecillas reclamados por terrorismo desde el 16 de diciembre de 2020, cuando fiscales estadounidenses presentaron un requerimiento en el Distrito Este de Nueva York.
Ante la pregunta si era posible confirmar la salida de estos pandilleros, un vocero del Departamento de Justicia le contestó a InSight Crime vía correo, que se contactara con las autoridades salvadoreñas para que ellos confirmaran el estatus de los cabecillas. Ellos “siguen siendo fugitivos de los Estados Unidos. Seguiremos viendo la manera de llevarlos ante la justicia”, respondió.
Según dijo el fiscal general estadounidense Jeffrey A. Rosen en enero de 2021, este requerimiento es la “acusación más amplia y de mayor alcance que se ha hecho en la historia de los EE.UU. contra la MS13 y su estructura de mando y control”.
Sin embargo esa acusación es tan sólo una parte de varios delitos por los que son acusados los líderes de la Ranfla.
Según los documentos del SIPE, a los que tuvo acceso InSight Crime, estos cuatro cabecillas reclamados por EE.UU. y con órdenes de captura de Interpol fueron puestos en libertad a pesar de que dos de ellos tienen penas pendientes con la justicia salvadoreña que van de 30 a 40 años de prisión.
El 6 de febrero de 2020, Crook y Colocho recibieron respectivamente una sentencia de 60 años por dos homicidios agravados; mientras que Tigre fue condenado a 14 años por agrupaciones ilícitas, derivadas del llamado Caso Cuscatlán o causa penal 54/63-A-2019.
Por su parte, Flaco, quien el 2 de marzo del año pasado fue capturado en el departamento de Usulután, con apoyo del FBI, cuenta al igual con una orden de detención de la Interpol para ser extraditado. Además está acusado de homicidio agravado y agrupaciones ilícitas, según una ficha de la Policía Nacional Civil (PNC) de Los 100+ más buscados.
De acuerdo con los Oficios N° 24 y N° 705 con referencia 54/63-A-2019 (V) emitidos por el Juzgado Especializado de Sentencia “A” de San Salvador y obtenidos vía transparencia, Crook, Colocho y Tigre interpusieron un recurso de apelación para reducir sus condenas.
El 26 de abril del 2021, después de realizarse la primera solicitud de extradición en contra de Flaco, la Cámara Primera Especializada de lo Penal recalificó las sentencias de estos tres y les redujo las penas.
A Crook se le modificó la calificación jurídica de uno de los dos delitos de “homicidio agravado” a “proposición y conspiración de homicidio agravado”, aminorando su pena de 60 a 40 años. Por su parte, Colocho recibió la revocación de un “homicidio agravado” ratificándosele 30 años de prisión por el otro asesinato; a tiempo que Tigre fue absuelto por el crimen de “agrupaciones ilícitas”, dejándolo sin cargos.
No conforme con el fallo, la defensa de Crook y Colocho apeló nuevamente el 21 de julio de 2021, interponiendo un recurso de casación ante la Sala de lo Penal de la Corte Suprema de Justicia para reducir aún más las nuevas penas. Hasta el momento la Sala no ha dado su veredicto y “se ignora si estas personas están siendo procesadas o a la orden de otras sedes judiciales”, como acusa el Juzgado de Sentencia “A”.
Eso quiere decir que la sentencia de estos dos pandilleros no se encuentra firme, y que de acuerdo con el artículo 8 del Código Procesal Penal, Crook y Colocho no están en condiciones de apelar su caso en libertad por contar con un trámite de extradición.
De acuerdo con sus fichas del SIPE, a estos cabecillas de la MS13 tampoco se les ha fincado ninguna pena bajo la Ley Especial contra Actos de Terrorismo que desde el 24 de agosto de 2015 consigna a la MS13 como “grupo terrorista”. Pues el artículo 13 de esta ley determina que “los organizadores, jefes, dirigentes o cabecillas, serán sancionados con prisión de 10 a 15 años”, pero ninguno cuenta con una sanción derivada de esta legislación.
Para sumar más elementos que impiden la excarcelación de Crook, resulta que dentro de su historial judicial aún cuenta con dos casos sin una sentencia definitiva por encontrarse también en apelación. Las causas penales son la 41-A-2020 por “extorsión agravada y agrupaciones ilícitas” y 1-C-2018-6 por “organizaciones terroristas”.
Crook salió por la puerta principal de la prisión de máxima seguridad de Zacatecoluca a más tardar el 18 o 19 de noviembre del año pasado, cuando InSight Crime revisó nuevamente su ficha carcelaria y aparecía inscrito «inactivo por libertad». Esto fue ocho días después de una ola de asesinatos que cobró la vida de 46 personas entre el martes 9 y el jueves 11 de noviembre. Dadas esas jornadas violentas, el mes noviembre fue el más sangriento de todo el 2021, alcanzando un promedio diario de 4.1 homicidios, según cifras de la Mesa Técnica. Cantidad que se redujo drásticamente al mes siguiente a un promedio de 3.1 homicidios diarios, coincidentemente con la salida de Crook.
La embajada estadounidense en El Salvador ha demostrado preocupación por la situación de Crook, cabecilla de la Hollywood Locos. De acuerdo con un reportaje de El Faro, el año pasado el consulado envió una nota diplomática pidiendo se aclare si este cabecilla se encuentra en libertad y de ser así, bajo “qué circunstancias se llevó a cabo su liberación y en el caso de ser afirmativo proporcionar certificación de la orden judicial”.
En cuanto al resto de los pandilleros no se pudo comprobar en qué fechas tentativamente quedaron en libertad, pero se cree que fueron puestos en libertad en diferentes momentos.
La versión en las calles
“Trauma” no es el verdadero apodo de este viejo pandillero, pero así lo vamos a nombrar para no revelar su identidad. Desde hace años Trauma conoce bien las entrañas de la Ranfla y cuando se enteró de la liberación de Crook se sorprendió.
Semanas después, confirmó para esta investigación que Crook ha aparecido por las calles de El Salvador y que solía llegar a una casa en el municipio de Ciudad Barrios en una camioneta blanca, acompañado por dos hombres encubiertos que “no se miran como pandilleros”. Aseguró que lo dejaban en dicha vivienda y desde ahí una mujer realizaba llamadas en su nombre para que compañeros lo recogieran en ese sitio y lo trasladaran a diferentes puntos del país. «La orden es que no tenga celular», apuntó.
Trauma describió que antes de que Crook fuera llevado a ese domicilio, una patrulla de la policía pasaba cinco minutos antes recorriendo el camino de la zona para que después se colocaran varios “postes”, o vigías afines a la MS13 alrededor de la casa. Trauma solo sabe que en una ocasión los trasladaron a un territorio del Barrio 18 en Zacatecoluca y desconoce de dónde llegaba esa camioneta que transportaba a Crook.
Falta de transparencia
El 22 de diciembre de 2021, InSight Crime solicitó vía transparencia a la Dirección de Centros Penales una postura oficial sobre los registros de libertad que consigna el SIPE sobre los cuatro cabecillas. La oficial de información, Iris Yanet Valle de Funes, acusó de recibido la solicitud enviada al correo institucional y contestó que la información se entregaría en enero de 2022.
La oficina no mandó la información obligada por ley en esa fecha y la dirección institucional dejó de recibir correos bajo el pretexto de que su dirección pudiera estar “mal escrita o que ya no exista”.
Nuevamente se envió la petición el 24 de febrero de 2022 pero esta vez la respuesta de la Unidad de Acceso a la Información Pública fue que para poder entregar la información se requería de la presentación de un “representante legal debidamente acreditado” de cada uno de los pandilleros.
Por otro lado, también se pudo constatar que el acceso al SIPE ha quedado restringido bajo el mando y supervisión del director de Centros Penales, Osiris Luna Meza, impidiendo que actualmente se pueda consultar de información de los privados de libertad desde centros penales, juzgados y edificios administrativos.
Influyentes cabecillas
Crook, Colocho, Tigre y Flaco guardan varias cosas en común: su iniciación en Los Ángeles, California, su larga carrera delictiva en El Salvador, su transnacionalidad y sus operaciones desde las cárceles.
Crook y Colocho ingresaron en prisión en diciembre de 2001 por el secuestro de un matrimonio. Tigre lo hizo en 2005 por homicidio y portación de armas de fuego, entretanto, Flaco ingresó 1999 por homicidio. Este último fue el único que cumplió condena, quedando libre a inicios de 2014 para después expandir los alcances de la pandilla en México.
Todos ganaron su liderazgo desde principios de la década pasada al pelear espacios exclusivos para la Mara Salvatrucha en el sistema penitenciario. Ahí, junto con Borromeo Enrique Henríquez Solórzano, alias “Diablito”, también acusado en Nueva York por ser el máximo jefe de la MS13, conformaron lo que se conoce como la Ranfla junto con otros pandilleros.
Desde intramuros se encargaron de gestionar asuntos de la pandilla tanto en las calles como en ciudades de Estados Unidos. Es por eso que el gobierno estadounidense acusa a estos cabecillas “de dirigir la violencia y actividad delictiva de la MS13 en todo el mundo por casi dos décadas”.
Con los años la Ranfla se sofisticó y la mayoría de sus miembros fueron removidos al penal de máxima seguridad de Zacatecoluca. En marzo de 2012, Crook, Colocho y Tigre fueron trasladados de ese penal a la cárcel de Ciudad Barrios como parte de la llamada tregua de 2012, para ordenar a sus compañeros reducir los homicidios en las calles.
En Ciudad Barrios se reencontraron con Flaco para reorganizar los liderazgos en todos los penales con presencia de la MS13. Estos cuatro personajes, junto con otros más de la lista de extradición, serían los interlocutores con los mediadores y autoridades del entonces gobierno del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) para reducir los homicidios en El Salvador.
Para lograr esa paz cometieron al menos dos homicidios al interior de Ciudad Barrios en contra de compañeros por no acatar la orden de suspender los asesinatos. Eso lo reveló un exmiembro de la Ranfla convertido en testigo criteriado con nombre clave “Noé” durante el llamado Caso Cuscatlán.
Noé delató a sus compañeros ante la FGR de haber asesinado al menos a dos miembros en 2012 y 2013. La primera víctima fue Edwin Kember Méndez Gámez, quien fue arrestado mientras enterraban una cabeza humana durante la tregua. Por lo que Crook, Colocho, Tigre y otros, avalaron su ejecución en cuanto ingresara en Ciudad Barrios.
El 19 de octubre de 2012, Méndez Gámez llegó al penal y Crook lo recibió a puñetazos hasta abatirlo. Después Colocho lo sentó en una silla y comenzó a suministrarle un líquido para ahogarlo. Al no morir, Colocho intentó una llave en el cuello de Méndez Gámez y comenzó a asfixiarlo, pero tampoco lo palmó. Entonces Crook nuevamente apareció y tomó una bolsa plástica negra con la que cubrió la cabeza de la víctima. A la altura del cuello le hizo un nudo a la bolsa y comenzó a torcerla hasta ahogarlo.
A los minutos le retiró la bolsa y lo palpó para verificar si respiraba. Crook sentenció que había muerto. Dejaron el cuerpo en el piso por unos 10 minutos para después llevárselo. La autopsia describiría que el deceso había sido causado por un edema cerebral y pulmonar, además de un estómago repleto de un insecticida llamado Metomil.
En menos de tres meses realizaron el segundo asesinato que se ejecutó el 8 de enero de 2013 en contra de Manuel Eduardo Pineda Santamaría, quien fue asesinado casi de la misma manera por su presunta homosexualidad. A mediodía, en el sector 3 de Ciudad Barrios, Crook le aplicó nuevamente una llave al cuello, mientras que otros lo tomaban de pies y manos, y le pegaban en el estómago. Luego pidió que le pusieran una bolsa negra en la cabeza.
Moribundo lo sacaron del sector y lo llevaron a la segunda planta del penal. Dos pandilleros lo colocaron de cabeza tomándolo por los pies y lo dejaron caer de casi cuatro metros y medio de altura. Tirado con el cráneo partido se lo llevaron a la enfermería argumentando que se había caído mientras tendía la ropa.
Además de estos homicidios, a Crook y Colocho se les acusa de haber inventado un par de tácticas letales en intramuros para ejecutar de manera aparentemente no violenta. Un extinto testigo criteriado de la FGR conocido con la clave de “Capricornio” dijo para esta investigación que durante la tregua estos dos cabecillas, junto a Diablito, idearon una inyección letal contra compañeros y obligaron a algunos colegas a ingerir foco molido con soda para después golpearlos en el estómago y por ende reventarles las entrañas.
Según Capricornio, así terminó muerto el pandillero Juan Pedro Santos Alas el 15 de enero de 2014 al interior de Ciudad Barrios tal y como también lo consigna la acusación del Caso Cuscatlán. Poco tiempo después de esa ejecución Flaco alcanzó su libertad.
En 2015, entre febrero y abril, Crook, Colocho y Tigre regresaron a Zacatraz por medidas de excepción implementadas por los crecientes enfrentamientos entre pandilleros y elementos de seguridad que ellos mismos habían apoyado.
Un camino para la extradición
Las peticiones de extradición de estos pandilleros fueron recibidas el 26 de marzo de 2021 en el Juzgado Primero de Paz de San Salvador, 24 días después de que Flaco fue capturado. El 16 de mayo de 2021, el Juzgado Séptimo de Paz de San Salvador recibió la petición de Tigre y 19 días más tarde, el 4 de junio, los juzgados Cuarto y Catorce de Paz hicieron lo mismo con las solicitudes de Colocho y Crook.
El expediente de extradición de Colocho, al que se tuvo acceso, consigna que el pandillero fue capturado por agentes de la Interpol a las 6:50 pm del 3 de junio de 2021 en el portón principal del centro penal de máxima seguridad de Zacatecoluca.
Así quedó plasmado en el oficio de Interpol que fue remitido un día después, el 4 de junio de 2021, al Juzgado Cuarto de Paz de San Salvador, encargado del proceso de Colocho.
“Mediante resolución proveída a las 10:35 am del 4 de junio de 2021 se decretó detención provisional con fines de extradición en atención al oficio PNC/DG/OCN/DEC/233/2021 suscrito por Manuel Ulises Garay Cotto, jefe de la oficina Interpol El Salvador, por la orden de difusión roja con la referencia #A-526/2-2021, publicada por Interpol Francia el 22 de febrero de 2021, a solicitud de Interpol Estados Unidos de conformidad con la captura CR 20577 del 16 de diciembre de 2020, firmada por el juez Steven L. Tiscione”, se lee en el expediente de Colocho.
El acta de captura de Colocho, además, enlista los cargos por los que es requerido en Estados Unidos: conspiración para proporcionar y ocultar apoyo material y recursos a terroristas, conspiración para cometer actos de terrorismo que trascienden las fronteras nacionales y conspiración para el narco-terrorismo, cargos por los cuales debería pagar en Estados Unidos.
La Corte Suprema de Justicia y el Fiscal General han anunciado sus intenciones de revisar el tratado de extradición entre El Salvador y Estados Unidos, vigente desde 1911. Posturas que complican la autorización para que estos cabecillas sean trasladados a Nueva York. Sin embargo, dicha revisión queda en entredicho, pues en 2020 se realizaron dos extradiciones contra los miembros de la Mara Salvatrucha: Eduardo Portillo, alias “Firuli”, y Adonay Polanco Cabrera, alias “Rayo”.
La hipótesis principal de los magistrados del Supremo y del Fiscal General es que las leyes estadounidenses son mucho más severas a la legislación salvadoreña, por lo que no hay garantías de que los jefes pandilleros no vayan a ser condenados a una cadena perpetua. Algo que Estados Unidos ya se ha comprometido por escrito que no ocurrirá en el caso de Crook, Colocho, Tigre y Flaco.
Un cabecilla libre, otro extraditado
A finales del 2021 quedó en libertad Moisés Humberto Rivera Luna, alias “Viejo Santos”, según entrevistas con cinco pandilleros que han hablado con él fuera de la cárcel. También es perseguido por las autoridades estadounidenses y considerado el mandamás de la clica Normandie Locos en varios países del hemisferio.
Se trata de un veterano de 52 años de un perfil poco mediático pero de un extenso poderío e influencia. La corte del Distrito de Columbia lo acusó en noviembre de 2011 bajo la Ley Rico de dirigir operaciones desde el penal de Chalatenango y ordenar al menos dos homicidios.
El pasado 17 de marzo fue capturado en territorio hondureño Tokiro Rodas Ramírez, alias “Perverso”, compañero de Viejo Santos e inculpado en la misma acusación por lo que las autoridades estadounidenses ya piden su extradición, pero desde Honduras.
Al igual que Crook y Colocho, Viejo Santos cuenta con la Orden del Ejecutivo número 13581 del Departamento del Tesoro que congela sus bienes en suelo estadounidense. Sin embargo, en esta investigación se constató con más de tres expandilleros que están en contacto con él, que ha recibido dinero desde Estados Unidos por antiguos compañeros de clica.
Hasta el momento no hay ninguno de los 14 cabecillas extraditables que exigió el Departamento de Justicia en suelo estadounidense. Crook, Colocho, Tigre y Flaco serán claves para saber cuál será la postura que el gobierno de Nayib Bukele quiere tener con las pandillas y con Estados Unidos.