Las filiales bálticas del banco sueco Swedbank realizaron transacciones sospechosas por 36.700 millones de euros, aunque no se puede concluir que hubo lavado de dinero, según un informe externo difundido hoy sobre el escándalo que involucra a varias entidades bancarias nórdicas.
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El informe, encargado por Swedbank al bufete Clifford Chance, apunta a que entre 2014 y 2019 hubo transacciones de alto riesgo de lavado de dinero en forma de pagos a cuentas por 17.800 millones y pagos desde cuentas por 18.900 millones en las filiales bálticas.
Estas sucursales buscaron de forma activa clientes de alto riesgo y se les permitió abrir cuentas en áreas de negocio en Suecia, mientras la dirección del banco no supo apreciar el peligro de los clientes no residentes y no estableció líneas claras de responsabilidad.
«El informe confirma el error del banco. En su lucha contra el lavado de dinero, el banco no cumplió con los requisitos a los que tienen derecho clientes, propietarios y la sociedad», señaló en un comunicado el presidente del consejo de administración, el exprimer ministro sueco Göran Persson.
El Swedbank ha decidido suspender el acuerdo de indemnización con la antigua consejera delegada, Birgitte Bonnesen, destituida hace un año, pero no emprenderá acciones legales; y no recurrirá la multa de 4.000 millones de coronas (363 millones de euros) dictada por la Autoridad Supervisora Financiera sueca.
Fue la televisión pública sueca SVT la que reveló en 2019 la implicación del Swedbank en transacciones de alto riesgo a cuentas del Danske Bank, el principal banco danés, en los países bálticos entre 2007 y 2015.
El Danske Bank está en el centro del escándalo, ya que se cree que fue usado para operaciones sospechosas en Estonia por valor de unos 200.000 millones de euros en esos mismos años, en uno de los mayores escándalos bancarios de la historia, que investigan autoridades de varios países.
