En Colombia no se hizo público el operativo. Pero, hace un par de semanas, bajo absoluto hermetismo, agentes de la Interpol capturaron en el aeropuerto El Dorado, de Bogotá, a un colombo-venezolano que tiene nerviosa a parte de la clase política de Venezuela,
antilavadodedinero / ELTIEMPO
En Cúcuta se movía como un próspero empresario avícola, cabeza de la Comercializadora Rior S.A.S. Además, figura como directivo de dos empresas en Panamá: Green Rental Cars S. A. y Panaven Travel Agency Inversiones de Capital.
Pero sus huellas dactilares confirmaron que en realidad se trata de Richard Rodolfo Ramírez Green, un señalado narcotraficante con circular roja de la Interpol, con nexos tanto con la mafia colombiana como con políticos corruptos cercanos al gobierno de Venezuela
A pesar de que mostró una cédula colombiana para intentar salir de Bogotá, una alerta de Migración Colombia disparó las alarmas y derrumbó su coartada.
Autoridades colombianas les informaron a las de Venezuela la captura de Ramírez Green, de 56 años, quien es procesado por el Tribunal Supremo de Justicia del vecino país (TSJ).
“Tengo a bien dirigirme a ustedes, en la oportunidad de enviarle un saludo bolivariano y revolucionario y a su vez hacer referencia a la detención con fines de extradición, en fecha 8 de octubre de 2022, del ciudadano Richard Rodolfo Ramírez Green”, se lee en un mensaje que la Cancillería de Colombia le envió a Venezuela (ver facsímile del mensaje que reza en el expediente)
EL TIEMPO estableció que el hombre permanece confinado en una celda de la cárcel La Picota de Bogotá, a la espera de que se concrete su envío a Caracas, que, al parecer, no les convendría a un puñado de funcionarios del vecino país.
Este diario tuvo acceso a su expediente y en este consta que Ramírez Green ya había sido condenado a 8 años de prisión. Todo indica que pagó su sentencia, saltó a Colombia (donde contrajo matrimonio) y habría seguido delinquiendo desde Cúcuta.
Lo que se sabe es que, desde este lado de la frontera, venía coordinando el envío de embarques de cocaína que llegaban hasta Caracas, con la tolerancia y complicidad de políticos de alto nivel. Y luego, los alijos eran enviados en narcovuelos hacia Centroamérica, con destino final Estados Unidos y Europa. Por eso, Ramírez Green es procesado como “director en el tráfico de drogas y asociación para delinquir”.