En Alemania, el candidato a canciller del Partido Socialdemócrata (SPD) y ministro de Finanzas, Olaf Scholz, debía responder el lunes 20 septiembre ante la Comisión de Finanzas del Parlamento sobre la investigación de la autoridad alemana contra el blanqueo de capitales (FIU, por sus siglas en inglés), con sede en la ciudad de Colonia.
Antilavado de dienro / DW.
Se suponía que Scholz iba a contestar a las preguntas por videoconferencia desde el sur de Alemania, en medio de la campaña electoral, lo que indignó a muchos parlamentarios. Pero causó gran sorpresa al ingresar de pronto a la sala por una entrada lateral.
Los diputados ya habían amenazado públicamente con citar al candidato del SPD desde Tubinga hasta Berlín, a 700 kilómetros de distancia. Scholz no quiso arriesgarse a que eso sucediera y logró frenar esa resolución de la comisión.
¿Violó Olaf Scholz su deber de supervisión?
En realidad, sólo un poco. En cuanto a la actitud en sí, los parlamentarios no se dejaron impresionar. Habían convocado a una sesión extraordinaria con poca antelación, después de que la fiscalía de Osnabrück registrara el Ministerio Federal de Hacienda el 9 de septiembre. Con esaespectacular redada, los investigadores intentaban obtener pruebas en un caso contra la FIU.
El ministerio de Finanzas alemán tiene a su cargo la supervisión legal de la FIU, por lo que debe garantizar que esta cumpla su mandato legal. Pero la autoridad fracasa repetidamente porque, según los críticos, está mal posicionada en términos de personal y organización.
1,7 millones de euros transferidos a África
La fiscalía investiga después de que un banco de Osnabrück detectara transferencias de dinero a África por un total de 1,7 millones de euros. El banco sospechó del blanqueo de capitales y lo comunicó a la FIU, pero ese organismo no transmitió la sospecha a las autoridades investigadoras. No se trata de un caso aislado. En 2020, la FIU remitió a la policía y a la fiscalía solo el 17 por ciento de las 144.000 notificaciones de actividades sospechosas.
La FIU trabaja con un «enfoque orientado al riesgo». Los informes se examinan también por medio de ordenadores con inteligencia artificial en busca de indicaciones relevantes. Solo los casos que se destacan en ese sistema de filtrado se transmiten a las autoridades investigadoras. El enfoque basado en el riesgo es controvertido.
Scholz niega irregularidades
El interrogatorio de Scholz por parte de la comisión parlamentaria duró casi tres horas. Los partidos de la oposición, el Partido Demócrata Liberal (FDP), el partido Los Verdes, el partido La Izquierda y el populista de extrema derecha AfD, así como la Unión Demócrata Cristiana y la Unión Social Cristiana (CDU/CSU), que hasta ahora gobiernan en coalición con el Partido Socialdemócrata (SPD), quieren saber si Scholz no ha cumplido adecuadamente con su deber de supervisión de la FIU. Una autoridad que, además, ha desempeñado un papel poco glorioso en el escándalo financiero de Wirecard.
Scholz lo niega. Según él, la FIU funciona y coopera con otras autoridades, los procesos de trabajo se optimizan constantemente para que los delincuentes no pasen desapercibidos. La FIU se habría ampliado considerablemente, tanto desde el punto de vista técnico como en cuanto al personal. El volumen de denuncias a la FIU ya se habría triplicado, pasando de 50.000 a 150.000, aseguró el ministro. Además, Scholz espera que se dupliquen los informes en un futuro próximo.
«Irresponsabilidad organizada»
Los diputados no quedaron nada satisfechos con estas respuestas. «En lugar de contribuir al esclarecimiento y al análisis de los errores, Olaf Scholz ha utilizado la reunión de hoy para su autopromoción», criticó la eurodiputada de los Verdes Lisa Paus, que habla de «irresponsabilidad organizada» y de «ciénaga de lavado de dinero».
La comparecencia fue «enervante», dijo el diputado de la CSU Hans Michelbach. El ministro «habló de todo» y no dijo nada que aclarara el asunto, señaló.
Los pitufos «siempre ganan»
El SPD está firmemente convencido de que el registro en el Ministerio de Finanzas no se produjo por casualidad, en esta fecha tan cercana a las elecciones. Es importante saber que el jefe de la fiscalía de Osnabrück fue presidente de la CDU en una pequeña ciudad de Baja Sajonia y jefe de gabinete del entonces ministro de Justicia de la CDU en ese estado.
Tras la reunión de la comisión parlamentaria, a Olaf Scholz se lo nota satisfecho con su comparecencia ante los diputados. A la pregunta de un periodista sobre por qué había entrado a la sala por una puerta lateral, respondió: «He venido por la entrada que me quedaba más cerca”. Sin embargo, lo dijo sonriendo. Con una sonrisa que el jefe de la CSU, Markus Söder, una vez llamó «de pitufo». A eso, Olaf Scholz respondió en ese momento: «Son pequeños, astutos y siempre ganan».