El Gobierno de Japón ha dado hoy un paso decisivo hacia la implementación de un sistema de defensa activa contra ciberataques con la presentación de un informe final por parte de un comité de expertos. Este plan, que incluye una legislación específica, permitiría a las Fuerzas de Autodefensa y a la policía neutralizar ataques cibernéticos antes de que se produzcan, accediendo a servidores sospechosos para desactivar amenazas inminentes.
Conocida como «Defensa Cibernética Activa», esta estrategia busca detectar y neutralizar los indicios de ataques graves a infraestructuras críticas, como el suministro eléctrico o el gas, mediante la vigilancia continua de las comunicaciones. Aunque la medida implica un desafío en términos de protección de la privacidad, el informe establece que no se analizarán contenidos personales sensibles, como el contenido de correos electrónicos, para respetar el principio constitucional de «secreto de las comunicaciones».
Un organismo independiente supervisará la implementación y garantizará que el uso de la información por parte del Gobierno sea adecuado, reforzando la transparencia y la legalidad del sistema.
PRIORIDADES DEL PLAN
El informe, que marca la hoja de ruta hacia la presentación de un proyecto de ley en el Parlam
- Colaboración público-privada: Empresas del sector de infraestructuras críticas deberán informar al Gobierno sobre posibles ciberataques.
- Recolección y análisis de datos: Se establece la obligatoriedad para 15 sectores clave (como energía y telecomunicaciones) de registrar información sobre sus sistemas y software con el Gobierno.
- Respuesta proactiva: Se permitirá la entrada en sistemas sospechosos para neutralizar amenazas.
- Supervisión independiente: Un ente autónomo evaluará las actuaciones gubernamentales para garantizar la proporcionalidad y la adecuación.
El primer ministro, Shigeru Ishiba, subrayó durante la presentación del informe que mejorar la capacidad de Japón para responder a ciberataques es una cuestión urgente en el contexto de la creciente complejidad de las amenazas globales. Además, se contempla la colaboración con las fuerzas estadounidenses en Japón para proteger infraestructuras críticas en caso de emergencias.
El documento también destaca la necesidad de fortalecer el Centro de Ciberseguridad del Gabinete (NISC) como eje central de la estrategia, fomentando el intercambio de expertos entre los sectores público y privado, así como el apoyo a pequeñas y medianas empresas en materia de ciberseguridad.
Con estas medidas, Japón busca consolidar un marco integral que le permita no solo responder a los ciberataques, sino anticiparse a ellos, salvaguardando su infraestructura y seguridad nacional en un entorno digital cada vez más hostil.