Jaque al sistema carcelario de Colombia por fuga de líder narcotraficante

Colombia sufre un nuevo revés de seguridad. El escape de un poderoso narcotraficante deja pendiendo de un hilo el sistema de cárceles del país y amenaza los casos de corrupción entre criminales y militares.

Antilavadodedinero / InSightCrime

En la madrugada del 18 de marzo, Juan Larinson Castro Estupiñán, alias “Matamba”, cabecilla de una de las estructuras de Los Urabeños conocida como Cordillera Sur, escapó de la cárcel de máxima de seguridad La Picota de Bogotá, capital de Colombia. Así lo confirmó el ministro de Justicia colombiano, Wilson Ruiz.  

Según informaron medios colombianos, Matamba se habría salido del centro de reclusión vestido como un guardia de seguridad y habría burlado los esquemas de vigilancia. Los funcionarios de la cárcel notaron su ausencia en horas de la mañana, tras el conteo diario de los reclusos del pabellón donde se encontraba Castro Estupiñán.

Bajo el control del grupo Cordillera Sur, una franquicia de Los Urabeños o también conocidos como Clan del Golfo, Matamba tendría un arduo control sobre el narcotráfico en el departamento de Nariño, al suroeste de Colombia y sería uno de los aliados del hoy capturado Dairo Antonio Úsuga, alias “Otoniel”, exlíder de Los Urabeños.

Su alcance criminal llegaría hasta el Ejército de Liberación Nacional (ELN), las disidencias de las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia y carteles mexicanos, con quienes habría negociado cargamento de cocaína.

Matamba había sido capturado en el departamento de Santander, en el centro de Colombia, el 7 de mayo de 2021 y la Fiscalía le imputó cargos por homicidio, extorsión, fabricación y porte de armas, entre otros.

El escape de Matamba revela la profunda corrupción dentro de los organismos de control carcelarios en Colombia y deja en el aire varios procesos contra sus posibles aliados criminales.

Según los medios colombianos, Matamba habría recibido ayuda de funcionarios desde adentro de la prisión. Su escape, vestido como guardia, habría sido imposible sin la complicidad de los guardias de la cárcel.

A principios de marzo, otro escándalo sacudió al Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario de Colombia (INPEC), luego de que una investigación de Noticias Caracol comprobara las constantes salidas del condenado empresario Carlos Mattos desde la cárcel La Picota de Bogotá, la misma de la que escapó Matamba, a sus oficinas privadas para sostener reuniones personales.

Cuando el caso se hizo público, el presiente de Colombia, Iván Duque, ordenó la destitución del director del INPEC.

Con el escape de Matamba también se diluyen las acusaciones contra varios altos mandos del Ejército colombiano que estaban involucrados en la supuesta entrega de información de inteligencia militar a la organización del hoy prófugo de la justicia. Con la ayuda de los militares, Castro Estupiñán habría consolidado su emporio criminal en el Pacífico nariñense.

Matamba ya había pasado 14 veces por las cárceles del país por distintos delitos y esperaba por su extradición a los Estados Unidos. Su pintoresca fuga es una daga más al debilitado INPEC, que será reformado según anunció el presidente Iván Duque.

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