“¡Ah, su mejor día! ¡Record high!” pronunció ayer Ricardo Salinas Pliego frente a la cámara de celular de su sobrino, quien lo registró en video rodeado de su familia, festejando el cumpleaños del magnate mexicano.
Antilavado de Dinero / El Financiero.
Ayer, el valor de un bien intangible respaldado por nada más que la confianza de quienes lo compran, alcanzó el nivel máximo de su historia. Él ha dicho que compró varios.
¿Por qué subió ayer el Bitcoin?
Este miércoles, específicamente, lo impulsó la emisión de un producto. Vamos por partes.
Lo presentado ayer fue el ETF ProShares Bitcoin Strategy (BITO). No es tan relevante que recuerden su nombre, pero hay que consignarlo.
ETF significa Exchange Traded Fund, en cristiano, es un fondo comercializado a través de un mercado. Pero hay que ponerlo más claro.
Usualmente, un ETF, de los muchos que hay en el mercado, es una bolsa de dinero que aportan inversionistas que bien podrían ser ustedes, usando su cuenta bancaria y alguna aplicación en su smartphone.
Hay ETFs para casi todo lo que cotiza en mercados como el New York Stock Exchange, en Wall Street, o en la BMV, ahí en Paseo de la Reforma.
Quizás los ETFs más comunes sean los de acciones, que son como combos de McDonald’s. En lugar de hamburguesa, papas y refresco, en un ETF puede haber acciones de Facebook, Microsoft y Apple, por ejemplo.
Quienes ponen dinero en ese “paquete”, se protegen mediante este instrumento para no poner todos los huevos en la misma canasta. Si bajan las acciones de Apple, es probable que las otras dos suban, provocando que ese ETF aumente su valor general.
Para entrar al negocio, ustedes aportan dinero y dependiendo de cuánto inviertan, les toca una parte equivalente de todas las acciones del combo completo.
Pero sigamos con el nuevo BITO. ProShares es la empresa financiera que diseñó este ETF que ayer volvió loco a Salinas, un fiel creyente de Bitcoin, que lleva tiempo comprando estas criptomonedas.
La emoción del empresario no se relaciona necesariamente con la oportunidad para él de comprar este nuevo ETF, sino con lo que la existencia misma de este nuevo producto representa.
Un ETF debe estar validado por la SEC, la Securities and Exchange Commision, autoridad máxima financiera de Estados Unidos.
El hecho de que exista un ETF relacionado con el Bitcoin, resulta una suerte de “bendición” indirecta para esta criptomoneda.
Lo que la gente puede comprar a partir de ahora es la propiedad de Bitcoin a “futuro” a través de este ETF. Eso quiere decir que no los compra para usarlos ahora, sino después. Obviamente, lo que esperan es que cuando los “usen”, valgan más, para canjearlos por más dinero del que recibirán hoy. Todos quienes aporten, tendrán su parte proporcional de lo que hay adentro.
Además, invertirán depositando su dinero a través de empresas más tradicionales y conocidas, relacionadas con grupos financieros con sucursales a las que pueden entrar y tocar muebles, y no necesariamente a través de plataformas de reciente creación, como la mexicana Bitso, que para algunos todavía puede generar desconfianza.
Los humanos ganan confianza viendo y tocando. El hecho de que los Bitcoin sean comercializados a través de vías institucionales, da una nueva categoría financiera a este activo.
Hasta la semana pasada, toda la confianza sobre éste se basaba en la comprensión de un sistema sumamente técnico e intangible, llamado Blockchain, que respalda a las criptomonedas.
Quien comprendió antes que los demás cómo operaba esta cadena de bloques de código, hizo apuestas tempranas que generaron ganancias incomprensibles: en cinco años, el Bitcoin elevó su valor más de 10 mil por ciento. Uno solo, costaba 630 dólares; ayer, 66 mil.
Es por eso que Salinas cargaba este miércoles una sonrisa que le rodeaba el cráneo. Quizás por eso también, lo hizo entre jarrones griegos y la evidencia de prosperidad que emana su colección de cuadros de Gerardo Murillo, Dr. Atl.
Por: Jonathan Ruiz Torre.