El ex presidente de La Caixa, Isidro Fainé ha derivado en el presidente de Repsol, Antonio Brufau, la responsabilidad de la contratación de la empresa de José Manuel Villarejo para investigar la operación de Sacyr y Pemex en 2011 para hacerse con el control de la petrolera.
Antilavadodedinero / ElMundo
Fainé y Brufau han declarado este viernes como imputados ante el juez de la Audiencia Nacional que investiga el caso Tándem, centrado en los negocios del comisario jubilado. El primero ha sido Fainé, que se ha desvinculado del espionaje a Sacyr y ha responsabilizado a Repsol de lo que se hubiera hecho.
«No tengo el más mínimo conocimiento de las actuaciones que se llevaron a cabo. No participé ni en la selección ni en la contratación, ni en el pago del proveedor, ni tenía la más mínima idea de la empresa que Repsol había contratado, ni de quién era el señor Villarejo , ni mucho menos si se había contratado a un funcionario de Policía en activo», ha sostenido Fainé ante el juez, según fuentes próximas al ex presidente de CaixaBank.
Los dos imputados han relatado su versión de un encuentro clave para la investigación, en el que acordaron que trabajarían de forma conjunta para intentar obtener información sobre la operación sobre Repsol. «Brufau me informó de que Repsol ya tenía contratado un encargo, que lo llevaba su director de seguridad corporativa, y me propuso compartir información sobre el pacto», ha declarado Fainé en referencia al acuerdo entre Sacyr y la mexicana Pemex que querían desactivar.
«INTELIGENCIA EMPRESARIAL»
Por su parte, Brufau ha afirmado ante el juez que trasladó a Fainé -que entonces era vicepresidente de Repsol- que sería bueno «que las áreas de inteligencia corporativa» de Repsol y La Caixa compartieran tareas de investigación. Y que el asunto lo llevarían los jefes de seguridad.
Si Fainé ha derivado la responsabilidad de la contratación en Brufau, este lo ha hecho en sus inferiores, alegando que una decisión así no llegaba a la Presidencia. Según su versión, acordó que había que investigar a Sacyr, pero luego se desentendió.
Su versión es que la contratación de contratar en concreto a Cenyt, la empresa de Villarejo, partió del entonces jefe de seguridad de Repsol, Rafael Araujo. En todo caso, con que habría despachado Araujo sería con el entonces secretario general de Repsol, Luis Suárez de Lezo. En su propia comparecencia esta semana, Suárez de Lezo responsabilizó al jefe de seguridad.
Ante el juez Manuel García Castellón, ha negado que diera instrucciones específicas o supiera que se iba a contratar a la empresa de Villarejo. «Nunca jamás di instrucción alguna en ese sentido». «Rotundamente no», ha respondido a la pregunta de Anticorrupción de si conocía a Villarejo.
Dudas del juez
Según fuentes presentes en la declaración, en el interrogatorio se le ha hecho ver que a las primeras preguntas había afirmado que se trataba de una situación crítica para Repsol, lo que se compadecía mal con esa versión de que luego no estuvo al tanto de qué respuesta daba la empresa o qué datos se obtenían que sirvieran para frenar la operación, que finalmente no salió adelante.
Las mismas fuentes indican que el juez ha mostrado su extrañeza por el sistema descrito por Brufau para la contratación, dado que encajaría mal con los sistemas que deben implantar las empresas (compliance) para evitar la comisión de delitos.
En un punto las declaraciones de Fainé y Brufau han sido simétricas: nunca sus jefes de seguridad les informaron de nada relevante sobre la evolución de las investigaciones. En el caso de Fainé, ha sostenido que el ex comisario Miguel Ángel Fernández Rancaño «nunca» le entregó «informes ni documentos» ni le comentó «conversaciones o información personal» del presidente de Sacyr, Luis del Rivero, que hoy está personado en la causa como perjudicado.
En cuanto a Brufau, ha insistido en varias ocasiones en que nunca despachó del asunto con el entonces director de seguridad Araujo.