La Comisión de la Verdad, DEA, Fiscalía y el caso de Jesús Santrich

De acuerdo con lo que destaca el documento, un anexo de 56 páginas, Marlon Marín, sobrino de Márquez, jugó un papel importante en esto, pues su tarea era llevar a que su tío, o Santrich, volvieran a delinquir.

Antilavadodedinero / Infobae

El periodista Alfredo Molano Jimeno, en medio de una de sus notas publicadas por la revista Cambio, resaltó uno de los puntos de un informe de la Comisión de la Verdad que, según él, pasó desapercibido a pesar de su significativa importancia.

El fragmento del que habla Molano Jimeno tiene que ver con el que se titula “Los obstáculos para la continuidad de los procesos de paz en Colombia”, en el que se habla de lo que fue el operativo que hizo que se tendiera una trampa a Jesús Santrich, que terminó en su captura, y en la ruptura que se generó dentro de un importante sector de las FARC, aquel encabezado por Iván Márquez. De esto habrían participado la DEA, la Fiscalía y un coronel del Ejército Nacional.

Lo que se lee en el apartado que destaca Molano, es que la captura de Santrich fue el resultado de una operación encubierta de la DEA, en apoyo con la Fiscalía General de la Nación, en ese entonces en manos de Néstor Humberto Martínez, para lograr que Iván Márquez reincidiera en delitos.

De acuerdo con lo que destaca la Comisión de la Verdad en el documento, un anexo de 56 páginas, Marlon Marín, sobrino de Márquez, jugó un papel importante en esto, pues su tarea era llevar a que su tío, o Santrich, volvieran a delinquir, lo que llevaría a que se cuestionara las intenciones de ambos de continuar con el proceso de paz que se logró firmar durante el gobierno del expresidente, Juan Manuel Santos.

En el archivo, en el que se señala a la DEA de diseñar el plan, y a Marín y a un coronel retirado del Ejército (Gustavo Adolfo Calvache Prado) de ejecutarlo, tiene tres secciones en las que se detalla lo ocurrido. Dentro del conjunto de datos recopilados, hay interceptaciones de llamadas que dejan ver como Néstor Humberto Martínez permitió que la Fiscalía participara de la operación, incluso, como habría sido utilizada cocaína incautada para adelantar el montaje. 

La Comisión de la Verdad argumentó que esto habría generado que en el país se generara un nuevo ciclo de violencia, lo que, además, llevó a que la implementación del Acuerdo de Paz se viera en riesgo. De hecho, destaca el informe de la Comisión, después de esa operación, se ‘multiplicaron’ las disidencias de las FARC de 7 a 20.

Marlon Marín, sobrino de Iván Márquez y detenido junto a Jesús Santrich, sería clave en el proceso contra alias ‘Rambo’.

Lo que señala el anexo es que la operación tuvo como base la enemistad que existía entre Timochenko e Iván Márquez. Desde el 2016, entonces se tenía en mente a Luciano Marín, (Iván Márquez), como objetivo para dar el golpe. Marlon Marín, a quien se le conocía como ‘pirulo’ dentro de las FARC, entonces, colaboraba con la DEA desde el 2015, año en el que recibió la visa de los Estados Unidos. Según recae en su contra, Marín se aprovechaba del vínculo sanguíneo que tenía con Márquez para su propio beneficio. El sujeto, sin embargo, nunca hizo parte de esa guerrilla.

Es de recordar que en mayo del 2019, la DEA (Administración para el Control de Drogas) publicó un video en el que, según se explica, en febrero de 2018, a poco más de un año de que se firmaran los acuerdos de paz entre el gobierno de Juan Manuel Santos y la extinta guerrilla de las FARC, se veía la que era una reunión entre Jesús Santrich, Marlon Marín y otro dos hombres, de los que en su momento no se supo su identidad, negociando con diez toneladas de cocaína en una casa ubicada en el barrio Modelia de Bogotá.

“El debate tiene un tema probatorio que es demostrar que todo lo construido por la Fiscalía y la DEA, contra el señor ‘Santrich’, aunque la intención real era el señor ‘Iván Márquez’, era manipulado, no era real. Para el momento, para el proceso que se discutía el señor ‘Santrich’ y el señor ‘Márquez’ no estaban en ningún trato con el narcotráfico (…) Le hacen un perfilamiento, se dan cuenta de qué personaje es y lo ponen en otro tipo de propuesta, diferente a ir a la cárcel. Se hace un entrampamiento para ‘Iván Márquez’, su tío, tratando de hacerlo pasar al teléfono, lo que en realidad son agentes de la DEA, con palabras mágicas en las que habla del 5 y del 10″, dijo, en su momento, Gustavo Petro, entonces senador de la Colombia Humana, y actual presidente de la República, en una entrevista con Blu Radio.

Lo que se denunció es que los mexicanos que se presentaron como inversionistas eran, realmente, agentes de la DEA. Así mismo, se alertó que la droga que se utilizó como adelanto del “negocio” la entregó la fiscal 14 especializada Bertha Neira.

En la nota del comunicador Alfredo Molano Jimeno se expone que el primer paso del plan trampa organizado ocurrió en el año 2016, cuando la Unidad de Delitos contra la Salud Pública de la Fiscalía logró interceptar las llamadas que se intercambiaron entre Guillermo Grosso, presidente de Cafésalud procesado por presuntos actos de corrupción, con Marlon Marín, en las que se pedía una cita con Iván Márquez, su tío. 

Seguido a esto, ese mismo año, pero en noviembre, se supo que Marín estaba negociando con unas zonas veredales en las que se habrían asentado los guerrilleros de ese grupo armado al margen de la ley (las FARC). Se hablaba de hasta un millón de dólares mensuales.

Es durante este segundo hecho que se ordena interceptar el celular de Marín pues, según la Fiscalía, él hacía parte de un entramado de corrupción que buscaba desviar recursos destinados a la paz en Colombia.

“Según relata un exalto funcionario, Néstor Humberto Martínez, fiscal general, le pidió cita al presidente durante el segundo semestre de 2017 para contarle sobre interceptaciones en las que Marín estaba haciendo tráfico de influencias con la plata de la paz. Como se trataba de plata internacional, era muy delicado porque involucraba recursos de la Comunidad Internacional que apoyó el proceso. Aparte de lo anterior, Néstor Humberto Martínez menciona, tanto en su libro, como en una carta dirigida al presidente Juan Manuel Santos el 19 de octubre de 2017 que estaban investigando a Marín”, se lee en el anexo.

De acuerdo con lo que descubre la Fiscalía con esta acción sobre las llamadas de Marín, es que al interceptado se le oye hablar con “empresarios extranjeros de negocios raros”.

Imagen de archivo de Jesús Santrich. Colprensa

“Una voz masculina de acento extranjero (posiblemente de México o de Centroamérica) (….) se hace referencia a una aparente negociación ilícita consistente en movimientos de dinero (”documentos”) desde Estados Unidos hacia Colombia, para el traslado o entrega de 5.000 paquetes o “televisores” (podría tratarse de elementos ilícitos o dinero) desde Colombia al exterior, posiblemente hacia México o Estados Unidos.

Para tales efectos hablan de realizar una negociación inicial por 300 con el objeto de tener confianza y luego si efectuar otras más grandes (mencionan 1, 2, 3, 4 o 5; podrían ser miles o millones de dólares)”, añade el archivo de la Comisión.

Un mes después de la captura de Santrich, dice el documento, Marín llegó hasta Caquetá con una amplia cantidad de dinero bajo su poder. “A Marlon le dieron después de la captura de Santrich un delegado estadounidense acá en Colombia para ofrecerle protección y nosotros nos comunicamos con él”, puntualiza el texto.

Además de esta operación, que según la Comisión buscaba darle un golpe directo al avance del proceso del paz, se conocieron otros dos intentos similares. Uno de ellos se hizo en contra del fiscal de Unidad de Investigación y Acusación (UIA) de la JEP, Giovanny Álvarez Santoyo; y otro en contra de la asesora de despacho del director de la UIA y esposa del senador Iván Cepeda, Pilar Rueda.

En ambos casos, y de nuevo, el coronel Calvache se vio involucrado. Gustavo Adolfo Calvache Prado, según destaca la Comisión, tenía antecedentes por vender información confidencial a la DEA y a miembros del CTI de la Fiscalía, entidades con las que mantenía una estrecha relación.

En 2017, de hecho, a Iván Cepeda se le entró una carta en la que le advertían de intereses existentes al rededor del desprestigio sobre el acuerdo de paz. “Están siendo objeto de seguimientos y de interceptaciones técnicas por parte de un grupo especial conformado por funcionarios del CTI de la Fiscalía General de la Nación y coordinados bajo la supervisión de la DEA en Colombia, esta unidad se llama Grupo SIU (Special Investigative Unit), cuya misión es la de recaudar pruebas para relacionarlos con la actividad de narcotráfico y lavado de activos de las bandas criminales que operan en el país”, redactaron en aquella misiva.

Calvache Prado fue oficial de inteligencia militar e hizo parte de la Escuela José María Córdova. Estuvo también en la Regional de Inteligencia Militar 7, y en la IV Brigada de Medellín. Es hermano de Jaime Enrique Calvache Prado, capitán del Ejército que fue condenado por casos de falsos positivos.

“Sobre su papel en la operación encubierta de Santrich, las versiones señaladas por las fuentes apuntan a que este exteniente coronel tiene una relación de vieja data con la DEA y con miembros del CTI de la Fiscalía a quienes les vende información. 

Según una de estas fuentes, tras su salida del Ejército, se hizo contratar por la DEA para apoyar operaciones especiales al propio Ejército y un año después participaría en la operación contra Santrich”, acusa la Comisión.

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