La Comunitat Valenciana tiene a más de 100.000 personas sin acceso al dinero en efectivo

Concretamente a 106.716 personas que, en su población de residencia, no tiene acceso al dinero en metálico, según el informe “Infraestructura del efectivo y vulnerabilidad en el acceso al efectivo en España” publicado por el Banco de España hace unas fechas.

Antilavadodedinero / La Vanguardia.

Castellón lidera el ranking con 25.366 personas de 82 poblaciones, lo que supone que el 60% de los municipios de toda su provincia no tienen acceso al dinero en efectivo. Alicante con 15.169 personas y 37 poblaciones, se sitúa en mitad de la tabla, ya que el 26% de los municipios de toda su provincia no tienen acceso al dinero en efectivo y Valencia, con 66.181 personas y 99 municipios, se sitúa a la cola (en este caso positiva) con el 18% de los municipios de toda la provincia.

En total existen 218 municipios en nuestra comunidad que sus habitantes no pueden disponer de dinero en efectivo. Teniendo en cuenta que la distancia media al lugar mas próximo para retirar efectivo es de casi 10 km, que la población mayor de 60 años supera el 40% del total y que la renta disponible está por debajo de la media nacional. En líneas generales, son municipios pequeños, con una población media de 400 habitantes.

En la Comunitat Valenciana, la reducción del número de puntos de acceso al efectivo desde 2008 ha sido muy notable, junto con el cierre de oficinas bancarias y de cajeros automáticos.

El uso de dinero en efectivo sigue siendo importante para muchos ciudadanos, en particular para aquellos que tienen dificultades en el acceso a determinados servicios financieros convencionales o escasos conocimientos digitales. En este sentido, es fundamental asegurar que los ciudadanos que deseen usar este medio de pago tengan acceso a él. En efecto, el grado de acceso físico a servicios financieros básicos, así como a medios de pago como el efectivo, determina, en parte, el nivel de inclusión financiera de la población.

Un principio básico de garantía de inclusión financiera es que la disponibilidad de puntos de acceso al efectivo esté, como mínimo, alineada con la demanda que exista de este medio de pago. En este sentido, se considera que existe un mayor grado de vulnerabilidad en el acceso al efectivo cuando la oferta, medida en términos de puntos de acceso al efectivo, no se localiza en los lugares donde hay una mayor necesidad de uso de este medio de pago.

¿Ha llegado el momento en que desaparezca el dinero en efectivo?

Este estudio pone de manifiesto un gran dilema: ¿Ha llegado el momento en que desaparezca el dinero en efectivo? El gobierno acaba de prohibir los pagos en efectivo de más de 1.000€ cuando uno de los intervinientes sea, empresa o empresario individual. Esto, unido a que ningún partido político pone remedio a la dificultad del acceso al efectivo, casi nos contesta a la pregunta.

Esto me recuerda cuando escuchaba a algunos defensores de lo que se denomina la “Cashless Society” (sociedad sin dinero en efectivo) dando a entender que el efectivo es el único instrumento que permite la delincuencia.

Una sociedad sin dinero en efectivo es impensable a día de hoy, y creo que mañana también lo será. Este modismo, culpando a un medio de pago más, de todos los males de la delincuencia organizada, es cuanto menos desmedido. Me explico, no cabe duda de que el dinero en efectivo ha sido, es y será utilizado por el “malo malote”, ya que éste conlleva ciertas ventajas competitivas respecto el resto de los medios de pago. No deja trazabilidad y es anónimo. Pero a su vez tiene un gran inconveniente, ocupa mucho espacio, tanto para transportarlo, como para guardarlo. De ahí que también el propio crimen organizado haya buscado otros medios de pago con menos riesgos que el efectivo.

El dinero en efectivo reduce la discriminación

La delincuencia organizada usa cada vez más otros medios de pago como las criptodivisas y cualquier medio de pago electrónico, adaptándose a ese cambio en sus técnicas delincuenciales, huyendo cada vez más del efectivo. Por lo tanto, es absurda la idea de que sin dinero en efectivo se acabaría la delincuencia organizada. Lo que necesitamos es su uso controlado e inclusive la delimitación por actividades y la erradicación de billetes de gran valor (100, 200 y 500€).

Lo que sí veo claro es que hay una intención evidente, por parte de la industria financiera, de tener más poder fáctico y control total sobre el ciudadano. ¿Se imaginan tener el control total de nuestro dinero? ¿E información sobre todos nuestros hábitos y conductas de compra? Un solo clic del banco y adiós dinero. ¿y si quiebra? Solo de pensarlo, ¡me estremezco!

Debemos seguir usando el efectivo, el papel moneda, de lo contrario favorecemos la vigilancia y el control total, junto con la pérdida de privacidad y de libertad. Permitiendo así el control absoluto del poder factico y del Estado.

El dinero en efectivo reduce la discriminación. Conviene vigilar un modelo imperfecto, que muestra poco a poco parte de las consecuencias negativas. El mundo de una sociedad sin efectivo me estremece por el dominio total de los poderes fácticos. Todo está escrito y controlado. Estamos abocados al dominio total.

Por: Juan Carlos Galindo.

Facebook
Twitter
LinkedIn
WhatsApp

Actualidad

Inscribete en nuestros cursos Online