Los ojos del mundo están puestos en la nueva variante ómicron del virus COVID-19, pero a la espera de conocer su impacto, otros problemas siguen presentes y amenazan con seguir restando recuperación en todo el mundo.
Antilavado de Dinero / Diario Las Américas.
Estados Unidos y prácticamente todos los países industrializados sufren la resaca del impacto económico que dejó, y sabíamos que dejaría, la pandemia: un aumento sustancial del costo de vida.
“Es una situación global que necesita tiempo para equilibrarse. Recordemos que medio mundo estuvo paralizado”, comentó Connel Fullenkamp, profesor y director de estudios de Economía de Duke University, en Carolina del Norte, durante una conferencia telemática.
No es menos cierto que hay factores adicionales en Estados Unidos, “como gastos extraordinarios y cierres de oleoductos de petróleo, que pudieran influenciar” en el mercado, pero “no tanto como las pérdidas y la falta de producción que tuvimos en 2020”, subrayó.
Recuperación
A finales del año pasado Estados Unidos mostró señales de recuperación, tras la reapertura de la economía. “Pero la recaída de la pandemia durante la primavera hizo menguar la mejoría”, reconoció el catedrático.
A esto, sumamos el llamado cuello de botella de la cadena de suministros, que produce demoras y escasez de ciertos productos. Se trata de una situación internacional, “propiciada por una tormenta perfecta multifactorial de interrupciones en fábricas asiáticas por contagios y apagones, alta demanda, producción de semiconductores insuficiente, falta de contenedores y retrasos en los envíos por el colapso en los puertos derivada de la carencia de camioneros”, enumeró.
Por ejemplo, acorde con el informe del Banco de España, el desabastecimiento costará entre dos y tres décimas al PIB en el país ibérico este año y entre cinco y nueve décimas en 2022. Un impacto que se traduce, en el peor de los escenarios, en una pérdida de unos 13.500 millones de euros, unos 15.500 millones de dólares.
Mientras tanto, tal como sucede en Estados Unidos, la tasa de desempleo baja a cifras deseadas y los negocios cuelgan letreros “necesitamos empleados”.
Precios
En Europa, donde hubo gastos extraordinarios por la pandemia, aunque menores, la tasa de inflación igualmente crece a los niveles más altos desde 1992: Bélgica reporta 5.7%, España 5.6%, Alemania 5.2% y Gran Bretaña 4.2%.
También en Europa, donde la producción de petróleo es muy limitada, el precio de la gasolina sube y se sitúa en $6.82 por galón, más del doble de lo que pagamos en Estados Unidos.
Según alegan los expertos, los altos precios de la gasolina y el costo de los bienes importados son los mayores culpables del aumento inflacionario en el Viejo Continente.
Acorde con el informe de Eurostat, la oficina ejecutiva de la Unión Europea, los precios de la energía, incluidos el petróleo y el gas, aumentaron un 27% desde noviembre de 2020.
“Sí, es cierto. Existe una inflación internacional que puede ser controlada con normas en cada país”, expuso Emma Rasiel, profesora de Economía de Duke University.