Secuestrada a las puertas de su casa, asesinada y arrojada como alimento a los cerdos. Los restos, triturados con un tractor. Fue el trágico final de Maria Chindamo, empresaria agrícola del sur de Italia que había decidido rehacer su vida un año después de enviudar y gestionar los terrenos heredados de su marido.
Fue precisamente este deseo de libertad, de tomar las riendas de su existencia, el que le costó la vida a esta calabresa de 42 años desaparecida el 6 de mayo de 2016.
Es el resultado de las investigaciones de la Fiscalía de Catanzaro, que ha llevado a la detención de 84 personas relacionadas con la mafia calabresa, según informan medios locales. Entre los arrestados se cuentan abogados, hosteleros y políticos, como el expresidente de la povincia de Vibo Valentia, así como Salvatore Ascone, uno de los presuntos asesinos de Maria Chindamo.
Los detalles sobre lo ocurrido a la empresaria calabresa los ha desvelado un ‘pentito’ -término empleado en Italia para referirse a antiguos miembros de organizaciones criminales o terroristas arrepentidos que han decidido colaborar con la Justicia-, Emanuele Mancuso. Este confidente ha relatado a las autoridades cómo, en una zona controlada por su familia, la mujer fue secuestrada, asesinada y dada de comer a los cerdos para hacerla desaparecer.
La primer ministro italiana está realizando diversas acciones contra la criminalidad en su país
A Emanuele Mancuso le contó lo sucedido el propio hijo de Ascone, entonces menor de edad, al que el ‘pentito’ había regalado una moto de cross y del que se había ganado la confianza. «Me dijo que, en 20 minutos, los cerdos habían devorado el cuerpo de la mujer y que habían triturado después los resto de los huesos con una fresa o un tractor».
A Chindamo la mataron un año después del suicidio de su esposo, Vincenzo Puntoriero, que se ahorcó unos días después de que la pareja decidiera separarse. Además, poco antes de su desaparición en 2016, la empresaria publicó en Facebook una foto con su nueva pareja, un policía, algo que fue considerado un «acto imperdonable» por la familia del marido.
Todo ello, junto al hecho de que la mujer quisiera gestionar sus terrenos, desencadenó el asesinato, tras el que se sospecha que se encuentre también el suegro, según ‘Il fatto quotidiano’.
«No le perdonaron su libertad, el deseo de ser independiente y, tres días después de haber publicado en redes sociales la foto con su nueva pareja, desapareció», ha explicado el fiscal Nicola Gratteri y recogen los periódicos italianos. Tampoco consintieron su voluntad de explotar el terreno heredado del marido y sobre la que los Mancuso tenían interés.
Para hacerla desaparecer, los autores organizaron el plan al detalle. Conscientes de las citas de la mujer con algunos trabajadores, los secuestradores la esperaron ante la puerta de su finca. Los investigadores sospechan que se trataba de tres personas y no descartan que fueran conocidos de Chindamo, por lo que no sospechó al verlos frente a la cancela.
Uno de los 84 detenidos es Salvatore Ascone, cuyos terrenos colindan con los de la asesinada. Ya envuelto en un primer proceso relacionado con el homicidio de la mujer, los arrepentidos lo definen como un hombre peligroso relacionado con el tráfico de droga.
Indican que el clan Mancuso le había «devuelto el control territorial de la localidad de Montalto di Limbadi, donde, a través de delitos típicos del método mafioso, ejerce su influencia criminal».
Sobre la familia de la víctima, Gratteri ha sido claro: «Ha estado siempre de la parte de la legalidad, sin ‘peros’. Nunca ha titubeado sobre la voluntad de entender y obtener justicia. Nosotros hemos valorado esta actitud a lo largo de los años».