En los últimos años se ha observado en la arena internacional una tendencia entre los países de repatriar sus reservas de oro. ¿A qué se debe? Unos especialistas en economía lo explican.
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En determinadas épocas, la repatriación del oro nacional se utilizó como una estratégia populista, apunta Zoran Grubisic, profesor de la Academia Bancaria de Belgrado (Serbia), para que el pueblo pudiera «ver» su riqueza.
En la actualidad, sin embargo, la situación es distinta.»En primer lugar, veo las razones de la repatriación del oro en los últimos años en las relaciones globales, es decir, en la existencia de varios focos de crisis en el mundo y en el agravamiento de las relaciones entre los países líderes.
Por lo tanto, existe cierto nerviosismo e incertidumbre generalizados, los cuales se deben en parte debido a la pandemia de coronavirus», afirmó el especialista.Según Grubisic, «no hay otra razón objetiva para la repatriación del oro», ya que este metal conserva su valor en las reservas, independientemente de dónde los países decidan almacenarlo.
El experto puso de relieve, además, que la tendencia de repatriación de oro observada en los últimos años puede deberse a una simple «reacción en cadena«.»Cuando alguien comienza a regresar su oro al país, todos los demás lo miran y se preguntan si sabe algo que ellos no saben.
Se produce una reacción en cadena, ellos (los otros países) comienzan a repatriar su propio oro y así aparece una tendencia general que no tiene ninguna explicación objetiva, salvo ese nerviosismo global por el empeoramiento de las relaciones entre los centros de poder mundiales», explica el académico.De acuerdo con el profesor, la mayor desventaja de mantener las reservas de oro en el exterior es su almacenamiento, lo que, por supuesto, tiene un cierto costo.
Además del hecho de que no genera intereses, a diferencia de los valores.Para Iván Nikolic del Instituto Económico de Belgrado, la reciente repatriación de oro está asociada principalmente con los riesgos que surgieron durante la pandemia de COVID-19.»Cuando se enfrenta a riesgos tan pronunciados de alteración del sistema, una crisis de confianza a corto plazo o la actual agitación y desestabilización del sistema financiero, es mucho mejor transferir todas sus reservas y activos en el extranjero a su país de origen», apunta el experto.
Así como Grubisic, Nikolic también mencionó el costo de mantener el oro en otro país y explicó que repatriar las reservas del metal sería una solución para librarse de estos gastos.
El especialista agregó que el oro es relativamente fácil de utilizar en pagos internacionales y que se puede negociar, pero sobre todo, es una medida tradicional de valor o una garantía de liquidez.
La mayoría de los países, como indicó Nikolic, mantiene sus reservas de oro en el extranjero en los bancos centrales de las naciones más desarrolladas, como la Junta de la Reserva Federal en EEUU, el Deutsche Bank en Alemania o el Banco de Inglaterra en el Reino Unido. Sin embargo, pueden guardarse también en instituciones privadas.»Pero las reservas de oro también se mantienen en bancos comerciales con las calificaciones crediticias más altas. Es decir, no tiene nada de inusual, es una práctica común», sostiene Nikolic.