Los hechos hablan por sí solos y en este caso uno que fue descubierto en territorio estadounidense simplemente nos acaba de ratificar que Cúcuta se encuentra en la ruta del lavado de dinero y de activos provenientes del narcotráfico.
Que al investigar al séptimo banco más grande de Estados Unidos se encuentre que una de las ciudades escogidas para el blanqueo fue la capital nortesantandereana, con 676.000 retiros por 150 millones de dólares en cajeros automáticos, nos pone en un nivel de ‘paraíso’ para el fácil desarrollo de esta actividad ilícita.
¿Dónde está la ley? ¿Cuántas investigaciones se han abierto? ¿Hay rastreo de la trazabilidad de esa cantidad de operaciones vinculadas con la citada entidad financiera? ¿Se pidió colaboración a la justicia de los EE. UU. para conocer mayores detalles del caso?
Ese mundo del testaferrato, los lavadores de activos, los narcos invisibles y personajes vinculados con el crimen organizado transnacional que ostentan mansiones, lujosos vehículos y un derroche de recursos, debe de ser investigado, combatido y desmontado porque es el alimentador de buena parte de la violencia que se ha tomado a la ciudad, que sigue siendo una de las más violentas del mundo.
Así como en los años ochenta y noventa del siglo pasado operaron los bloques de búsqueda para el desmantelamiento de los carteles de la droga de Medellín y Cali, un modelo semejante desde lo operativo, equipos de inteligencia y grupo encargado de golpear las finanzas desbaratando la red de blanqueo de capitales ilegales y persiguiendo a los cabecillas e integrantes ara llevarlos a prisión y extinguirles sus bienes malhabidos.
Frente a las desbordadas dimensiones que ha tomado este delito que ya le está valiendo a Cúcuta el deshonroso título de ser un ‘gran lavadero’ se advierte que debe haber una mayor acción de la justicia en la región, porque en 2023 solo hubo dos capturas por lavado de activos y ninguna por enriquecimiento ilícito, mientras que en el presente año los datos revelan cuatro capturas por lavado de activos.
¿A qué obedece tan bajo volumen de resultados contra esas redes ilegales?
Si contra esas acciones delictivas no se actúa de manera contundente y decidida, continuaremos siendo un territorio tomado por esa gran burbuja de los ‘dineros calientes’, como en el pasado se le llamaba a los recursos provenientes de la mafia, que ha llevado a convertir a la región en zona de disputa por el control de las economías ilegales.
Como en otros aspectos de la vida cucuteña, en este ya no cabe un diagnóstico más. El Gobierno Nacional con las fuerzas especializadas del Estado en la lucha contra este flagelo lo que debe proceder es a actuar sin contemplaciones y con premura.
Acontecimientos como el de la conexión del escándalo de TD Bank con Cúcuta equivalen a señalar que el mal ha hecho metástasis y que las condiciones de inseguridad merecen un tratamiento especial, incluso con mayor respaldo internacional con la DEA, el FBI y otras agencias, porque ahora nos encontramos dentro de un entramado cuyo componente pasa por las bandas globales del crimen organizado.