El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, lamentó el lunes (29.11.2021) el uso de emigrantes como «armas» contra la Unión Europea, en alusión a la reciente crisis migratoria en la frontera de Bielorrusia.
Antilavado de Dinero / DW.
«Muchos de ustedes han sido de gran ayuda para frenar este flujo de gente que estaba siendo usada como una bala contra las fronteras europeas. Fueron usados como armas», dijo Borrell.
De este modo, el diplomático daba las gracias a los vecinos mediterráneos del bloque por su solidaridad ante la crisis en Bielorrusia, durante la apertura del sexto foro regional de la Unión por el Mediterráneo (UpM) celebrado en Barcelona.
Desde este verano, miles de personas, principalmente de Oriente Medio, se encuentran bloqueadas en la frontera entre Bielorrusia y Polonia. Según medios polacos, al menos 12 de ellas habrían muerto a ambos lados de la frontera.
Occidente acusa al gobierno de Bielorrusia de haber provocado esta crisis migratoria en represalia por las sanciones impuestas contra Alexander Lukashenko debido a la represión de manifestaciones. Bielorrusia lo niega y critica a los países de la Unión Europea por no atender a los migrantes.
La cuestión de los flujos migratorios, especialmente en la sensible zona mediterránea, estuvo muy presente en la reunión de la UPM, encabezada por Borrell y por el ministro jordano de Exteriores, Ayman Safadi, copresidentes del foro regional.
«Los refugiados no deben convertirse en las víctimas olvidadas de la tragedia en Siria. El apoyo internacional a los refugiados está cayendo, y el peso en los países de acogida está creciendo», alertó Safadi recordando que Jordania alberga 1,3 millones de refugiados sirios. «Es una situación inaceptable con serias repercusiones», subrayó.
«No podemos permitir que pasen esas cosas», agregó Borrell, ante las delegaciones de los 42 países de la UPM, una veintena de los cuales estuvieron representados por sus ministros de Exteriores.