Las estafas telefónicas se llevan $1 millón por día

En la era de las nuevas tecnologías, el teléfono sigue siendo una herramienta fundamental para comunicarse, pero también el arma secreta de los estafadores. A través de un engaño buscan quedarse con el patrimonio de la víctima. Actualmente en la provincia de Neuquén, al menos cuatro personas son estafas por un perjuicio mínimo de un millón de pesos en total. A veces, el botín es superior, otras levemente inferior. Los más vulnerables son los adultos mayores.

AntilavadoDeDinero / lmcipolletti

Los estafadores se las ingenian de distintas formas para lograr su cometido y hacer el mayor daño posible. Existen defraudaciones con la compra de vehículos, clonaciones de tarjetas o fraudes electrónicos; pero sin lugar a dudas, los que más tiempo y personal demandan al Departamento de Delitos Económicos de la Policía, son las estafas telefónicas y su subcategoría

«Lo que hay que entender del delito económico es que en el 100% de los casos, las víctimas participan del mismo, siendo ellas un eslabón fundamental de la operatoria que hace el delincuente», resaltó el comisario Mauricio Pamich, jefe de dicho Departamento. Es que, sin la acción de la víctima, el delincuente no puede concretar la estafa. Necesita si o si que el damnificado siga determinadas indicaciones para hacerse del dinero.

Cajero es sinónimo de estafa

Si hay algo que repiten como ley los investigadores de la materia es que en una comunicación telefónica donde se solicite dirigirse a un cajero, es sinónimo de estafa. Sea cual sea la excusa, nunca concurrir a uno y, en caso de aún no advertir el engaño, no entablar llamada dentro del cajero.

«Los estafadores buscan que la víctima siga las indicaciones y así obtener los datos de la cuenta, para luego vaciarles la cuenta y dejarlos con una deuda de un préstamo», explicó Pamich y ejemplificó: «Si damos los datos de la cuenta es como abrir la billetera y cerrar los ojos, dejando que se lleven todo».

Las modalidades más frecuentes son el llamado que anuncia un premio obtenido, un beneficio de una entidad pública o privada, como el IFE de Anses, o las compras por redes sociales. En el último caso, la víctima espera el llamado, pero nuevamente tras inconvenientes en el pago, el embaucador le solicita que anule la operación y para ello, debe ir a un cajero.

«Por nuestra propia seguridad, no ir al cajero o no hablar dentro del mismo, de esa forma, desmantelamos la estafa en un 100%», aseveró Pamich y resaltó la importancia de estar siempre alerta y tener sentido común. «Hoy nadie regala nada, mucho menos en la situación actual del país, por eso siempre hay que cortar la comunicación y consultar con la entidad o empresa a la que dice pertenecer la persona que se comunicó», sostuvo.

Los abuelos, las víctimas de estafa más vulnerables

Un capítulo especial merecen los adultos mayores, especialmente aquellas personas mayores de 70 años que viven solas y que aún tienen teléfono fijo. Son un blanco fácil de los estafadores que bajo ardides y engaños buscan sacarles información sobre el dinero o joyas que tienen en la vivienda para luego poder llevárselas.

“Los adultos mayores son la fuente de información para poder concretar el comedido, a medida que avanza la comunicación, logran sacarles los nombres de hijos, nietos, del dinero o joyas en la casa, quién más vive allí, si hay portero y más”, detalló el oficial principal Gerardo Oviedo, quien trabaja en Delitos Económicos.

En este sentido, al igual que los demás tipos de estafas telefónicas, los investigadores aconsejan usar el sentido común y estar alertas. “Ante un llamado poco claro, cortar la comunicación y marcarle a la persona que dijo ser para confirmar si efectivamente era un familiar o un estafador”, indicó el oficial, respecto al móvil que usan los embaucadores de hacerse pasar por un familiar. Esta persona les dice que deben entregar el dinero a un tercero pasará por su casa.

Lamentablemente para cuando los abuelos se percatan del error, ya es demasiado tarde y ahí comienza todo un trabajo de cruce de antenas telefónicas y relevos de cámaras de seguridad.

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Para evitar que los adultos mayores sean víctimas de estos delitos, desde la Policía recomiendan que sea un familiar quien los informe al respecto para cuidarlos.

“Deben hacerles saber que no existe un cambio de moneda; que jamás deben dar información del dinero que hay en el domicilio y mucho menos entregárselo a un extraño. Nadie del banco va a una vivienda a buscar dinero”, resaltaron desde el Departamento.

Además, en el caso de que hayan sido víctimas, acompañarlos en ese momento tan difícil para evitar que caigan en depresión. “Hay familiares que les echan la culpa, sumado a la edad, les hace mal a los abuelos”, sostuvo Pamich.

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