Para nadie es noticia que China sueña con superar a Estados Unidos para convertirse en la economía más grande del mundo, y no son pocos los que temen que logre hacerlo más temprano que tarde si el país norteamericano no toma medidas a tiempo, como estimular el regreso de grandes fábricas que se trasladaron al país asiático.
Antilavadodediero / Diariolasamericas
El gigante asiático apuesta por «un futuro mejor después de tiempos difíciles e inusuales» pero no da su brazo a torcer cuando prosigue su ruta para desbancar a EEUU y Occidente
De hecho, el Centro de Investigación Económica y Empresarial (CEBR), con sede en Londres, señaló que la gestión «hábil» de China de COVID-19 impulsaría su crecimiento relativo en comparación con Estados Unidos y Europa en los próximos años.
«Durante algún tiempo, un tema general de la economía global ha sido la lucha económica y por el poder blando entre Estados Unidos y China», sostiene el informe CEBR. «La pandemia de COVID-19 y las consecuencias económicas correspondientes ciertamente han inclinado esta rivalidad a favor de China».
En efecto, el Gobierno del expresidente Donald Trump asumió la batalla desde el aumento de aranceles y sanciones, pero fue poco lo que pudo hacer para estimular el regreso de fábricas que alguna vez optaron por irse a China en busca de mano barata y fácil, que terminaron alimentando la economía del país asiático.
Hoy, el nuevo gobierno, presidido por Joe Biden, parece optar por un tono predecible y diplomático, aunque analistas anticipan que no es probable que relaje demasiado las relaciones con Pekín en lo que respecta a tecnología y comercio.
«Es difícil imaginar una reversión de la política hacia China, dadas las opiniones cada vez más negativas sobre el país asiático», apuntó Sylvia Sheng, estratega de JP Morgan Asset Management.
En efecto, la nominada a dirigir el Departamento del Tesoro, Janet Yellen, aseguró que contrarrestaría las «prácticas abusivas, injustas e ilegales» de China.
Entretanto, el régimen chino felicitó a Biden por su investidura y expresó que su llegada a la Casa Blanca sirva para lograr «un futuro mejor» en las relaciones entre las dos potencias.
«China y Estados Unidos se merecen un futuro mejor después de tiempos difíciles e inusuales», declaró la portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Hua Chunying, según medios oficiales.
Mientras, Pekín reclama a Washington el bloqueo de la cuenta en Twitter de la Embajada china, después de que la legación publicase que las mujeres uigures ya no eran «máquinas de hacer niños». Teóricamente, la cuenta volverá a estar activa una vez que su propietario borre el mensaje polémico.
No obstante, el régimen chino asegura estar «confundido» por el bloqueo de la cuenta en una plataforma privada que cuenta con código de conducta propio, por entender que corresponde a la Embajada combatir «informes falsos» sobre China e incluso se aventura a reclamar a Twitter la práctica de “los principios de objetividad y justicia”.