Las oscuras cuentas bancarias de la ex-primera dama de Perú

El jueves 12 de junio del 2007, Ilan Heredia Alarcón, cuñado del presidente Ollanta Humala, se presentó en una de las oficinas del Banco de Crédito de Lima y depositó US$4 mil en efectivo en una cuenta de ahorros.

El mes siguiente, por esa misma fecha, volvió y la escena se repitió, siempre billete sobre billete. Las semanas posteriores las operaciones continuaron, en abonos por el mismo monto o por cifras mayores, y se extendieron rutinariamente hasta el 2009.

Cuando la historia empezó, el entonces cajero del Partido Nacionalista de 27 años, no registraba empleo conocido, ni seguro social ni aportes a ningún fondo de pensión privado y apenas poseía línea de crédito. Cuando todo acabó el protagonista tenía casi 30 años y la misma situación económica. ¿Cómo hizo el joven Heredia para acabar depositando más de US$67.000 en la cuenta de su hermana Nadine Heredia, Primera Dama?

Esta interrogante quedó en el aire desde mediados del 2009.

Aquel año el Ministerio Público inició una investigación por lavado de dinero contra la esposa de Humala por la filtración de una transcripción incompleta de la investigación que había iniciado la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) sobre depósitos sospechosos en las cuentas bancarias de Nadine Heredia. 

Esto después de la campaña presidencial del 2006. Aquel hecho hizo que las pesquisas se aceleraran y que el caso fuera remitido a la fiscalía penal, en dónde la historia pasó al olvido. El caso fue archivado en el 2010, pero fue reabierto hace pocas semanas, según reveló ayer el diario Correo.

Desde entonces, la historia de las cuentas de la hoy Primera Dama en el Banco de Crédito del Perú (BCP) se convirtió en el secreto mejor guardado del régimen. Hoy luego de una búsqueda intensiva, publica los documentos inéditos en su integridad: el informe confidencial de la UIF (051-2009-DA-UIF-SBS), el Reporte de Operaciones Sospechosas del BCP (APC-0167/2008), los saldos bancarios de las cuentas de Heredia –una de ahorro en dólares (194-13948794-1-88) y la otra de crédito hipotecario (101-103-0000449274)– y los contratos de trabajo que ella firmó con el empresario Martín Belaunde Lossio, hoy procesado por corrupción y bajo arresto domiciliario en Bolivia, así como con otras personas de su entorno.

Las conclusiones que se desprenden de los informes inéditos de la UIF son que la esposa de Humala ocultó la real procedencia de los depósitos por US$215.000 que recibió en su cuenta de ahorros del BCP entre el 2006 y el 2009 y que utilizó contratos de trabajo, como los que firmó con Martín Belaunde, para sustentar dicho ingresos.

También que el grupo de personas que efectuó los depósitos, así como los que aparentan ser contratantes de la hoy Primera Dama, no tenían recursos económicos. La investigación además estableció que Heredia gastó el dinero sospechoso en consumos personales: la compra de su casa en Surco, el pago de su respectivo crédito hipotecario (destacado en un reportaje de La Ventana Indiscreta del 2008), la adquisición de otros bienes muebles, así como equipos audiovisuales y costosas joyas.

«La historia de las dos cuentas de la hoy Primera Dama en el Banco de Crédito del Perú (BCP) se convirtió en el secreto mejor guardado del régimen»

Según este informe técnico de 136 páginas, Heredia recibió US$215.000 de origen desconocido en su cuenta en dólares entre el 2006 y el 2009. De esta cifra, US$168.400 -más de la mitad del total- fue depositado en efectivo por personas de su entorno; su madre Antonia Alarcón le abonó US$21.750; su hermano Ilan Heredia, US$67.200; María Esther Zúñiga Loayza (pariente de la esposa de este último), US$31.300; Lino Bejarano Miranda depositó US$44.150; y Victoria Morales Erroch, US$4 mil.

La primera conclusión de la UIF sobre estos depósitos fue lapidaria: “Los abonos [en la cuenta de Heredia] fueron realizados por personas naturales que, según la información recabada [en la Sunat, la central de riegos de la Superintendencia de Banca y Seguros, la base de datos de las AFPs y otros bancos del sistema financiero], no contarían con condiciones económicas suficientes para solventar dichos gastos… algunas de ellas ni siquiera poseen RUC”, revela el informe escrito en un lenguaje técnico y fechado el 7 de mayo del 2009.

Además advierte que “la modalidad con la que se ha operado [consiste] en recibir depósitos estructurados. [Es decir], importes de menor cuantía… menores a US$10.000… que son efectuados el mismo día con el supuesto fin de evitar los controles establecidos [por el banco]”.

Para entonces la UIF ya había ingresado los nombres de los aportantes de Heredia en todas las bases de datos necesarias para obtener un perfil financiero de cada uno de ellos. El primero fue Ilan, su hermano, de entonces 27 años: “No cuenta con registro en la base de datos de afiliados de AFPs, su cobertura de Essalud caducó el 31 de agosto del 2006 por lo que no se encontraría recibiendo rentas de cuarta o quinta categoría. Igualmente no registra empresas a su nombre en Sunarp… el banco Ripley le asignó una línea de crédito que no le [permitiría estar] en condiciones financieras de asumir una mayor nivel de endeudamiento. Por lo que no se explica que haya realizado depósitos [a su hermana] por US$68.258 [sic] en un periodo aproximado de un año”. El resto de los aportantes aparecen con el mismo perfil, algunos sin registro de contribuyente o con “ingresos lícitos no identificados”.

“La modalidad con la que se ha operado [consiste] en recibir depósitos estructurados… menores a US$10.000… que son efectuados el mismo día con el fin de evitar los controles [del banco]”

Aquellas cinco personas realizaron 35 depósitos en efectivo por un total de US$168.400 en la cuenta de Heredia entre el 2006 y el 2009. Casi todos los pagos fueron hechos mediante montos de hasta US$4 mil, según los saldos bancarios de la esposa de Humala. En el mismo lapso en que Heredia empezó a recibir estos montos, acudió al BCP para obtener un crédito hipotecario con el objetivo de comprar una casa en la urbanización Chama (Surco) valorizada en US$160.000. Era marzo del 2007, habían transcurrido solo nueve meses desde la derrota de Ollanta Humala en las elecciones presidenciales del año anterior.

LOS CONTRATOS SALEN A LA LUZ

En el verano del 2007, con la idea de presentarse con ingresos fijos debido a que no tenía empleo, la esposa de Humala entregó al BCP tres contratos de los trabajos que ella iba a tener hasta el 2010: el primero con Centros Capilares -empresa vinculada a su amigo Martín Belaunde, quien figura como financista del Partido Nacionalista en las elecciones del 2006- quien debía pagarle US$90.000 por los próximos tres años; el segundo contrato con un jubilado que entonces tenía 76 años, Arturo Belaunde Guzmán (padre de Martín Belaunde y aportante de Humala en las presidenciales de aquel año con S/.132.400), quien se comprometía a pagar US$51.840 durante un año; y el tercer convenio con el diario venezolano The Daily Journal, del ingeniero Julio Augusto López, por US$4 mil a pagarse mensual o quincenalmente por un año.

Estos tres contratos tenían que justificar los ingresos de Heredia para cancelar las cuotas mensuales de más de mil dólares que debía pagar al BCP por el préstamo hipotecario de su casa en Surco. Todo fue bien, el banco aceptó la documentación como fidedigna, pese a que las remuneraciones serían en el futuro, y le cedió el crédito por un plazo de pago de 15 años. La historia debió acabar en marzo del 2007, pero siete meses después la Oficina de Cumplimiento del BCP detectó operaciones sospechosas en la cuenta de su cliente. La esposa de Humala, sorpresivamente, había efectuado cuatro pagos adelantados de cuotas de su crédito por un total de US$47 mil entre octubre del 2007 y junio del 2008, al mismo tiempo que cancelaba sus cuotas regulares de poco más de mil dólares.

Aquí surgieron los problemas para Heredia. El BCP ingresó a sus cuentas, las analizó y descubrió inmediatamente que ella nunca recibió los pagos que había prometido en los contratos por servicios y asesorías que tenía con las empresas Centros Capilares, The Daily Journal y con Arturo Belaunde Guzmán, quien fue el único que hizo un depósito desde el extranjero por US$17.200. En lugar de encontrarse con los pagos de estos contratantes el banco halló los US$215.000 depositados por su madre, su hermano y otras personas de su entorno privado, que no tenían cómo justificar el manejo de semejantes montos. Entonces, la UIF se preguntó: ¿De dónde salió el dinero?

UNA CLIENTE SENSIBLE

“Nadine –dice el documento de la UIF que retrata los hallazgos del banco- informó al sujeto obligado reportante [el BCP] que sus fondos provienen de [tres] contratos firmados por concepto de consultoría y asesoría. Estos contratos estarían sirviendo como sustento de sus ingresos. [Sin embargo] el 92% del importe depositado en su cuenta de ahorros ME [moneda extranjera] 194-13948794-1-88 ha sido realizado por personas naturales que no se encuentran dentro de las personas contratantes de los servicios de consultoría y/o asesoría… [Por lo tanto], no existe concordancia entre la información expuesta en los contratos y [el cronograma] de abonos en la cuenta de ahorros de Heredia”. La hoy Primera Dama no había dicho la verdad al justificar el origen del dinero. La UIF incluso establece un posible desbalance en sus ingresos.

Así la situación, el BCP procedió redactar un contundente Reporte de Operaciones Sospechosas contra Heredia, que ahora publicamos: “Se trata de un cliente sensible, esposa de un excandidato a la Presidencia de la República, y líder de un partido político. La actividad y la fuente de los fondos que ha canalizado a través de nuestra institución no han sido razonablemente sustentados, realizó pagos adelantados en efectivo de cuotas de su crédito hipotecario, cuyo origen [tampoco] ha sido razonablemente sustentado, los fondos depositados en efectivo en su cuenta de ahorro en ME [moneda extranjera] fueron realizados principalmente por su hermano [Ilan Heredia] de manera estructurada. [Por tales motivos] hemos decidido su reporte a la UIF”.

Y así se hizo en septiembre del 2008.

“Se trata de un cliente sensible, esposa de un excandidato a la presidencia, y líder de un partido político. La actividad y fuente de los fondos que ha canalizado a través de nuestra institución [BCP] no han sido sustentados»

ASESORA CONTRA LA CALVICIE

La sorpresa en la UIF fue mayor cuando les llegó el informe secreto del BCP y comenzaron a analizar los saldos de sus movimientos bancarios y los tres contratos que firmó Heredia con sus empleadores para justificar los US$215.000 en su cuenta de ahorro. En el primer contrato, que aquí publicamos, Heredia se presentó como asesora de imagen de Centros Capilares, una empresa dedicada a la salud del cabello y al tratamiento de la calvicie. En este documento ella aparece como empleada de Martín Belaunde, quien había demostrado una supuesta capacidad económica al donar más de S/.260.000 para la campaña presidencial de Ollanta Humala en el 2006.

El revelador contrato fue firmado el 1 de septiembre del 2006 por la esposa de Humala (quien debía recibir US$30 mil) y por Martín Belaunde, en calidad de gerente general de Centros Capilares. Esta empresa fue creada un año antes por su hermano Arturo Belaunde y por los ingenieros Miguel Garro Barrera (un personaje investigado por corrupción en el Caso Comunicore y por lavado de dinero del narcotraficante Álex Montoya Agüero) y el francés Adel Bellemlih.

En el documento “Contrato privado de prestación de servicios de asesoría de imagen corporativa”, Heredia asumió tres compromisos con el hoy detenido en Bolivia. Primero:“Desarrollar la imagen de Centros Capilares y [elaborar] un plan de relaciones públicas, asesorar en las campañas publicitarias y la capacitación del personal con el fin de internalizar el carácter de la imagen de la empresa [sic], organizar conferencias de prensa, ejecutar eventos corporativos y presentaciones públicas dirigidas al mercado objetivo de los servicios que ofrece la empresa”.

En el segundo compromiso Heredia debía entregar a Belaunde “dos informes conteniendo una memoria de los servicios de asesoría prestados [a Centros Capilares].

El primer informe se presentará en un plazo a criterio de la asesora y el otro al final al término de las labores”. En el tercer compromiso del contrato con Belaunde, Heredia acepta “cubrir por su cuenta los conceptos de gastos [para] la ejecución de todas las actividades, eventos, publicaciones y otros propios de las labores de asesoría”. La Primera Dama ha evitado referirse a los informes o a los gastos que hizo para promover los servicios de la “salud del cabello y del tratamiento de la calvicie”. Ella tampoco presentó dichos informes al Ministerio Público –de acuerdo a una fuente allegada al caso- cuando la investigaron penalmente por lavado de dinero.

CONTRATOS FANTASMAS

Tras analizar el primer contrato entre Heredia y Belaunde y los movimientos bancarios de la primera, La UIF concluyó que el pago prometido por el hoy reo en Bolivia nunca se realizó y solo sirvió para justificar los ingresos de la también dirigente del Partido Nacionalista y para evitar identificar el origen de los fondos. Al mismo fin sirvió una adenda redactada después del contrato inicial con Belaunde. En este documento, también presentado por la esposa de Humala al BCP, Centros Capilares extendía sus asesorías por tres años más, hasta marzo del 2010, y se comprometía a pagarle US$60.000 adicionales. Es decir, Heredia aseguró haber trabajado para Belaunde durante tres años y medio, por un total de US$90.000, y su contrató acabó un año antes de llegar al poder. Este convenio desconocido fue firmado y sellado por Belaunde el 13 de febrero del 2007.

Sin embargo, OjoPúblico examinó la ficha registral de Centros Capilares y encontró que el contrato y la adenda firmados por Heredia presentaban ciertas irregularidades: Belaunde no tenía autorización para suscribir estos contratos debido a que él no era el gerente general de la empresa en aquella fecha. Quien debía autorizar la contratación de Heredia era el abogado Guillermo Palacios Dodero (también procesado en el Caso Comunicore y socio de Miguel Garro). Este ejercía las funciones de la gerencia general. En tanto que la adenda firmada por Belaunde, recién nombrado director de Centros Capilares, tampoco debía ser suscrita por él sino por el abogado Jorge Chang Soto, elegido gerente general y su hombre de confianza. Ninguno de estos detalles importó cuando el hoy procesado por corrupción en Áncash contrató a la esposa de Humala. Belaunde –aunque no figuraba como accionista- parecía tener el control absoluto de la empresa.

PALMA ACEITERA Y PERIODISMO

Heredia, según se desprende de las conclusiones de la UIF, también utilizó el contrato simple firmado por Arturo Belaunde Guzmán para sustentar sus ingresos. El convenio está escrito en inglés y solo tiene dos páginas. Extrañamente no registra fecha de emisión y revela que Heredia trabajaba para el padre de Martín Belaunde (quien residía en Malasia) en “investigar los posibles usos de la palma aceitera en el mercado peruano, así como en la variedad de usos en consumo humano e industrial”. Sin embargo, de los US$51.840 prometidos por el trabajo, el BCP solo halló un pago de US$17.280. El resto del dinero nunca fue desembolsado en las cuentas de Heredia.

Lo mismo ocurrió con el caso del empresario venezolano Julio Augusto López, quien debía pagar US$4 mil a Heredia. En el contrato con The Daily Journal, ella se compromete a: “Determinar críticamente los hechos más relevantes del acontecer diario en Perú, según la pauta del periódico; y redactar las noticias de manera clara, sencilla y equilibrada, basándose en el lenguaje periodístico y siguiendo el manual de estilo preestablecido…[además] a entregar a tiempo y acabadas las noticias requeridas, dentro de los lineamientos del periódico, [así como a realizar] enlaces con empresas, fundaciones, asociaciones, institutos autónomos tanto públicos como privados y enlaces con gobernaciones, alcaldías y todos los entes gubernamentales [del Perú]”.

¿Heredia hizo todo lo que se estipula en los contratos? Solo ella, Martín Belaunde, su padre Arturo y el venezolano Julio Augusto López lo saben. Este último fue entrevistado el 2009 por el periodista Óscar Libón de Correo, que venía investigando el financiamiento de firmas venezolanas a la esposa de Humala. Entonces dijo: “Ella fue contratada como colaboradora del periódico…no todo lo que envían nuestros colaboradores es publicado”. Finalmente, el BCP indicó que Heredia presentó un cuarto contrato por US$5,555 mensuales con la empresa Apoyo Total, del arequipeño Eduardo Sobenes Vizcarra (otro exfinancista de la campaña humalista del 2006). La UIF tampoco halló depósitos de esta empresa en las cuentas de Nadine, que supuestamente brindó servicios de “fortalecimiento empresarial, diseño de plan de marketing y asesoría en comunicación” entre el 2008 y el 2009.

Es decir, mientras Heredia trabajaba supuestamente para estas compañías, ninguna de ellas le pagó un solo centavo en su cuenta bancaria (a excepción del pago inicial de Arturo Belaunde), aunque sí recibía dinero de parte de personas sin ingresos económicos conocidos y de otras como la agencia de bolsa Venezolana de Valores (Veneval), que le transfirió US$7,962 desde un banco de la isla de Curacao (un conocido paraíso fiscal); Eladio Mego Guevara, que le remitió US$20.000 desde otro banco local; y su amiga Rocío Calderón Vinatea (hoy directiva del órgano supervisor de las contrataciones del Estado), que le envío US$2.500.

CONVENIOS, PERFILES Y GASTOS

La UIF no solo se quedó en este punto, también analizó el perfil financiero de los supuestos contratantes de la Primera Dama, como antes hizo con las personas del entorno de Heredia que depositaron en efectivo gran parte de los US$215.000. De Martín Belaunde se hallaron “créditos castigados”, una calificación negativa en el sistema financiero y deudas de su empresa Centros Capilares en etapa de cobranza coactiva con la Sunat. Mientras que sobre su padre Arturo Belaunde se dijo: “se encontraría percibiendo ingresos como pensionista, cuenta con créditos en cobranza judicial y con calificación perdida en el sistema financiero nacional”. Esta fue la información que encontró la UIF sobre los “prósperos” financistas del Partido Nacionalista y entonces jefes de Heredia.

Finalmente, la UIF investigó el destino de los US$215.000 que llegaron a la cuenta de Heredia. Allí también surgieron algunas sorpresas más. Según sus saldos bancarios, Heredia pagó US$47.000 al BCP por concepto de cuotas adelantadas de su crédito hipotecario, y giró dos cheques por US$68.000 a favor del señor Adolfo Walter Flores Guevara, antiguo dueño del inmueble que estaba comprando en Surco. Además retiró US$25.000 en efectivo para comprar equipos audiovisuales, hizo un depósito a la cuenta de la agencia de viajes Carlson Wagonlits Perú por US$8.305, pagó US$1.135 por consumo en una empresa llamada Casagrande y gastó otros US$2.800 en la joyería Mussio. Los onerosos gastos -que aquí se pueden ver en detalle- se hicieron entre fines del 2006 y mediados del 2008 y permanecían en reserva.

Desde entonces, Heredia ha sido esquiva y temerosa al comentar el tema de sus cuentas bancarias. En una entrevista con La República en el 2009, quizá la única que brindó sobre el tema, apenas se refirió a los contratos. “Es muy difícil ser política de oposición y trabajar libremente”, dijo. En tanto, su abogado Omar Chehade reveló en una entrevista en Canal 2 que las personas que le hicieron los depósitos a la esposa de Humala fueron “simplemente encargados, que no tienen nada que ver. No es un dinero que ellos mismos han generado. Ese dinero lo generó Nadine, producto del vínculo laboral que ella ha tenido”.

Luego de esto la historia de las cuentas bancarias de Heredia cayó en el silencio absoluto, hasta ahora que la fiscalía abrió una nueva investigación.

ALD/OjoPublico

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