En el Boeing viajaba Mario Arraga, gerente de Finanzas de la empresa, quien fue el principal vocero del grupo de venezolanos que sigue demorado en Buenos Aires. César Pérez, presidente de Emtrasur, también se pronunció pero desde Caracas.
Antilavadodedinero / Infobae
El escándalo del vuelo de Emtrasur que llegó a Buenos Aires el 6 de junio con 19 personas a bordo, cinco de ellos iraníes, sumó un nuevo capítulo con la primera declaración oficial de parte de la tripulación. Entrevistados por la venezolana Orlenys Ortiz, que se describe como “comunicadora política’’, pero que estaría vinculada al chavismo, César Pérez, presidente de Emtrasur; y Mario Arraga, gerente de Finanzas de la empresa, dieron su insólita versión en la que intentaron justificar su presencia en el sospechoso vuelo.
La palaba de Arraga como vocero del grupo de venezolanos que sigue retenido en Buenos Aires sorprendió porque hasta ahora no se sabía que la filial de carga de Conviasa había enviado a un funcionario jerárquico en ese vuelo.
¿Un gerente de Finanzas para un trayecto supuestamente de rutina o de entrenamiento? Pérez, el presidente de la empresa, dijo que autorizó el viaje del hombre administrativo para contactarse con “los enlaces en los aeropuertos” porque era el primer vuelo a la Argentina, pero no dio más detalles, ni la entrevistadora venezolana se los pidió.
Ambos negaron todo tipo de irregularidades aún cuando el ministro de la Secretaría Nacional Anticorrupción de Paraguay, René Fernández, confirmó que al menos un tripulante del avión está vinculado con asociaciones terroristas.
El paraguayo aseguró que el piloto del avión, el iraní Gholamreza Ghasemi, efectivamente tiene relación con la Fuerza Quds, una división de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán. Es más, la secretaría de inteligencia de Paraguay alertó que los demás iraníes seguirán siendo empleados de la aerolínea Qeshm Fars Air, sobre la cual pesan sanciones del Departamento del Tesoro de Estados Unidos por ser propiedad de Mahan Air, también sancionada por EEUU.
Ni Pérez ni Arraga dieron muchos datos sobre los iraníes, que también están retenidos en Buenos Aires, y solo aparecieron en la transmisión de YouTube Pérez, desde Caracas, y Arraga, desde Buenos Aires. Este último estaba acompañados por tres venezolanos más, parte de la tripulación, cuyos nombre no fueron confirmados y tampoco hablaron en ningún segmento de la hora que duró la entrevista comandada por Ortiz.
Pérez fue el más vehemente. Dijo que le parecía “ridículo” que en Argentina “se escandalizaran” por los 19 tripulantes. “Tenemos allí 5 instructores, el resto son venezolanos. Venezuela no tiene aeronaves de estas características ni ha tenido en los últimos 20 años así que, obviamente no tenemos pilotos venezolanos”.Hablaron por primera vez los tripulantes del avión venezolano retenido en Argentina y el gerente de Emtrasur.
Y justificó la cantidad de personas a bordo por necesidad de personal de carga para asistir a la única mujer de la tripulación. “Tenemos a Victoria Valdivieso, que es una dama, y a pesar de que tenemos sistemas automáticos, a veces por el peso, se necesita fuerza para empujar”, afirmó el presidente de Emtrasur, intentando justificar la presencia de Valdivieso. Extraña defensa.
Pérez insistió en varias veces en el rol de instructores de los iraníes: “Entiendo el tema de la nacionalidad, pero quien nos vendió el sistema incluyó en el contrato el soporte logístico hasta que ya tengamos a nuestras tripulaciones correctamente certificadas”. Resulta por lo menos llamativo que la empresa venezolana no pida al fabricante de la aeronave, Boeing, que sea la encargada de la capacitación del personal.
Mario Arraga, gerente de finanzas de la empresa, y tres tripulantes venezolanos del avión de Emtrasur
Cuando se le consultó a Arraga por la relación actual con los tripulantes iraníes, aseguró que siempre ha sido limitada a la fase de instrucción. “El resto, bueno, ellos han estado acompañándonos en toda esta travesía, muy tranquilos, siempre dispuestos a los procedimientos legal y nosotros siempre pendientes de su bienestar aquí en el hotel”.
Arraga, además, aseguró en varias oportunidades que la compañía pregona “valores humanitarios”. Afirmó que esta travesía comenzó el 3 de junio pasado llevando ayuda humanitaria a Surinam por orden del régimen venezolanos e imprimió una visión épica de su tarea: “El Gobierno bolivariano ha dispuesto de esta aeronave para unir e impulsar el desarrollo de nuestro país no solo con la importación de mercancías sino también con la exportación y enlazar a nuestros países hermanos en la región, como en esta oportunidad que un empresario argentino pudo una mercancía importante en tiempo récord para él desde México hasta acá para poder dar continuidad a su proceso productivo”. “Eso somos nosotros. Llevamos alegría, bienestar y una mano amiga como a Surinam”, insistió.
“No tenemos nada que ocultar y todos los que encuentren será reflejo de lo que somos, trabajadores que formamos parte de una empresa bandera y punta de lanza de la carga en la región”, agregó.
El avión retenido en Ezeiza
Desde Caracas, Pérez fue menos conciliador. Apuntó contras las autoridades de Paraguay, las acusó de inventar información y disparó contra las de Argentina: “Le pido a las autoridades de nuestra hermana República de la Argentina que terminen de abrir los ojos y terminen con esta farsa. Es que aunque sigan escudriñando no van a conseguir absolutamente nada ilegal, porque no hay nada ilegal”.
Y disparó: “La Justicia y la verdad nos hará libre, y que asuma la responsabilidad quien tenga que asumirla”.
Luego, Arraga agregó en diálogo con el canal A24 de Argentina que “la estadía era por seis meses prorrogables, ya que es un proceso de instrucción bastante extenso, es un avión bastante complejo”. “Nuestra relación con los iraníes es netamente operativa, técnica. No nos compete a nosotros determinar si son espías o no” insistió y concluyó: “Tenemos prohibición de salida, pero no tenemos limitación de circulación”.