La economía está saliendo con fuerza de la mayor recesión anual en décadas. Las previsiones sostienen que en 2022 el crecimiento del PIB global desacelerará, pero seguirá siendo sólido, pudiendo alcanzar una tasa de variación del 4,1%, según las previsiones de Economist Intelligence Unit (EIU). Sin embargo, los riesgos que pueden ‘aplastar’ esta previsión son muchos y muy reales. Una buena parte de ellos, incluso, podrían estar ya gestándose. Los economistas de EIU ven hasta diez escenarios reales que podrían hacer descarrilar la recuperación en 2022 y generar el caos.
Antilavado de Dinero / El Economista.
Más allá de la escalada de las tensiones geopolíticas que no afectan de forma directa a la economía hasta que no se materializan de alguna forma (sanciones, guerras…), algunos de estos riesgos han comenzado a asomar la cabeza. Un buen ejemplo es la nueva oleada de covid que sufre parte de Europa y que amenaza con lastrar la actividad económica o el impacto de los eventos climáticos extremos, que pueden afectar al mercado energético o a la cadena de suministros. Como se puede ver en el mapa, los riesgos son variopintos y están distribuidos por el globo, pero todos tienen la capacidad de generar el caos en la economía.
-Escenario uno: un mayor deterioro de las relaciones entre EEUU y China obliga a un desacoplamiento total en la economía mundial
EEUU y China compiten por la influencia mundial. La economía china sigue ganando peso en el mundo pese a estar muy lejos de pertenecer al grupo de democracias liberales que hasta ahora habían dominado la economía y el tablero geopolítico. Joe Biden, presidente de EEUU, trata de de convencer a los países que defienden valores similares (en su mayoría occidentales) para que ejerzan presión sobre China de forma conjunta. Dentro de estas presiones se incluyen restricciones en el comercio, tecnología, finanzas e inversión, junto con sanciones económicas, lo que obliga a algunos mercados (y empresas) a elegir un bando.
Aunque este escenario es más probable en el ámbito de la tecnología, existe el riesgo de que esta estrategia abarque sectores industriales o de consumo. En un escenario extremo, esto podría llevar a que todos los países adopten una postura clara, puesto que mantenerse al margen puede tener consecuencias económicas graves (restricciones de un lado y otro).
El mundo se divide entre las economías que apoyan a China y las que apoyan a EEUU. Una bifurcación económica global completa obligaría a las empresas a operar en dos cadenas de suministro con diferentes estándares tecnológicos. La implementación de redes de telecomunicaciones 5G podría posponerse en algunos países, y las sanciones de China aumentarían la incertidumbre en torno al comercio y la inversión globales.-Escenario dos: un endurecimiento monetario rápido y drástico genera un crash en Wall Street
Las interrupciones de la cadena de suministro, el aumento de los precios de la energía, una política monetaria extremadamente flexible (durante mucho tiempo) y la recuperación de la economía real han están generando un fuerte repunte de la inflación en 2021. Aunque es probable que muchos de estos factores se vayan desvaneciendo a medida que la economía estadounidense encuentra un nuevo equilibrio tras de la pandemia. La Fed sigue su hoja de ruta actual y comienza a ajustar gradualmente la política monetaria mediante la reducción de sus compras de activos.
Sin embargo, este ajuste monetario lento y anunciado en su hoja de ruta no logra controlar la inflación en el medio plazo, lo que empieza generar cierto nerviosismo en el seno de una Fed que empieza a creer que puede ser necesario un aumento de los tipos de interés a mediados de 2022. Ante unos ratios de valoración muy elevados de las acciones estadounidenses, los aumentos acelerados de los tipos de interés son suficiente para desencadenar un fuerte ajuste del mercado de valores. Dado el alto número de inversores minoristas que se ha alcanzado recientemente, la caída de los precios de las acciones afecta considerablemente el gasto de los consumidores, posiblemente deteniendo la recuperación económica de EEUU y acercando al país a una nueva recesión.
-Escenario tres: una crisis inmobiliaria en China conduce a una fuerte desaceleración económica
El gigante inmobiliario chino, Evergrande, está agonizando. Parece cuestión de tiempo que esta firma entre en default y se vea obligada a vender activos (inventarios). Ante la fuerte presencia de esta empresa en la economía china, su posible incumplimiento representa un grave riesgo de contagio financiero. El estado controla estrictamente los mercados financieros de China. Además, Pekín tiene las herramientas para aislar estos problemas concentrados en algunas empresas y algunos sectores, lo que reduce las probabilidades de que se produzca una crisis financiera a gran escala.
Sin embargo, muchas de las empresas inmobiliarias de China están igualmente sobreapalancadas. Si la confianza se deteriora en el sector inmobiliario se puede producir una serie de incumplimientos/impagos que serían mucho más difíciles de contener. Como mínimo, esto conduciría a un colapso de los precios de la vivienda, con la contracción de la inversión, el gobierno tendría que rescatar a los bancos y hogares más expuestos y, en muchos casos, la riqueza de los hogares se vería afectada de manera significativa (la vivienda es el principal activo de las familias chinas).
Esta combinación podría lastrar el crecimiento del PIB real de China muy por debajo de la zona del 6% (un crash al estilo español reduciría el crecimiento del PIB hasta el 1% a finales de 2022). El crecimiento débil, a su vez, instigaría una recesión económica mundial, y los exportadores de materias primas se verían particularmente afectados por un período de demanda mucho más débil de China.
-Escenario cuatro: unas condiciones financieras nacionales y mundiales más estrictas hacen descarrilar la recuperación en los mercados emergentes
Por ahora, las presiones inflacionistas provocadas por la recuperación de los precios de las materias primas ya han llevado a algunos mercados emergentes, incluidos Brasil, México, Rusia, Sri Lanka y Ucrania a subir los tipos de interés en 2021. En un contexto en el que los países se han endeudado para luchar contra el impacto de la pandemia, la normalización de los tipos de interés se traducirá en mayores costes del servicio de la deuda para los gobiernos. Esto, a su vez, podría aumentar la presión para que se produzca una consolidación procíclica agresiva (aprovechar el crecimiento para reducir el déficit y la deuda) que, en última instancia, frenaría la recuperación de los países emergentes.
En particular, el potencial de que los rendimientos de los bonos estadounidenses aumenten más rápido de lo esperado en los próximos meses podría generar primas de riesgo más altas en los mercados emergentes, lo que amenazaría con provocar salidas de capital en los países más vulnerables. Esto no es algo nuevo, siempre que los rendimientos suben en EEUU se produce una ‘fuga’ de capitales de los países emergentes hacia EEUU (que empieza a presentar una ecuación rentabilidad/riesgo más atractiva). Los riesgos serán especialmente elevados en países donde el endeudamiento en moneda extranjera es particularmente alto, por ejemplo en Argentina y Turquía, donde las liquidaciones de bonos podrían desencadenar crisis monetarias y / o de deuda.
-Escenario cinco: surgen nuevas variantes del covid-19 que demuestran ser resistentes a las vacunas
La vacunación ha demostrado ser clave para contener a la pandemia. Ahora mismo se puede ver cómo los países con menores tasas de vacunación (con pauta completa) están sufriendo los rebrotes más intensos, que están forzando a algunos gobiernos a recuperar algunas de las restricciones que ya parecían haber quedado en el baúl de los recuerdos.
Por ello, uno de los principales riesgos para la recuperación global es que las nuevas variantes de covid-19 más agresivas resulten resistentes a las vacunas actuales. Algunas, en particular las variantes Delta y Mu, parecen escapar en parte de la protección que ofrecen algunas vacunas. Además, las vacunas no parecen bloquear la transmisión de la variante Delta, lo que aumenta el riesgo de que personas asintomáticas transmitan el virus.
La continua propagación del covid-19 en algunas partes del mundo podría ‘dar alas’ a este riesgo. Por lo tanto, los fabricantes podrían acabar entrando en un ciclo perpetuo en el que tienen que actualizar sus vacunas, creando un escenario en el que una variante resulte altamente resistente. En la actualidad ya existen varios virus para los que aún no se ha desarrollado una vacuna eficaz a pesar de una extensa investigación, advierten los economistas de EIU.
-Escenario seis: un malestar social generalizado pesa sobre la recuperación mundial
El impacto de la pandemia en los ingresos y la calidad de vida ha sido notable, sobre todo porque el mayor ahorro se ha concentrado en los déciles más altas de renta, mientras que el impacto en el mercado laboral se ha concentrado en los trabajos que ya eran más precarios. Todo ello amenaza con incrementar la desigualdad y generar una fractura social. Incluso en los estados occidentales tradicionalmente estables y los regímenes autoritarios podrían estar e peligro.
Los países donde las tensiones políticas ya son altas parecen estar especialmente en riesgo, pero también lo están aquellos cuyas economías se vieron más afectadas por la pandemia. Regiones como Oriente Medio, África y América Latina están particularmente en riesgo. Los tres regiones ya estaban experimentando intensas tensiones sociales ante de los confinamientos y las profundas recesiones. Los disturbios podrían conducir a un colapso del gobierno, aterrorizar a los inversores y provocar salidas de capital desestabilizadoras. A medio plazo, esta tendencia podría generar cierta aversión al riesgo de los inversores y mayores primas de riesgo político, frenando la recuperación mundial.
-Escenario siete: el conflicto estalla entre China y Taiwán, obligando a EEUU a intervenir
La creciente presión de China sobre Taiwán desde finales de 2020 ha aumentado el riesgo de un conflicto militar en el Estrecho de Taiwán. Desde EIU esperan que China se abstenga de iniciar deliberadamente un conflicto directo con Taiwán, ante el riesgo de que este movimiento ‘despierte’ a EEUU. Además, la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, ha rechazado declarar la independencia como un objetivo político explícito.
Sin embargo, la creciente tensión en las relaciones entre EEUU y Taiwán ha llevado a China a realizar incursiones regulares en la zona de identificación de defensa aérea de Taiwán (ADIZ). Estas maniobras han aumentado el riesgo de un error de cálculo militar, como una colisión accidental entre aviones de combate chinos y taiwaneses. Un conflicto acabaría con la economía de Taiwán, incluida su industria de semiconductores, de la que dependen las cadenas de suministro globales. También se correría el riesgo de que EEUU, Australia y Japón entrasen en el conflicto, lo que podría crear un caldo de cultivo perfecto para desatar una guerra global con consecuencias económicas catastróficas.
-Escenario ocho: los lazos entre la UE y China empeoran significativamente
La Unión Europea impuso sanciones contra China por violar los derechos humanos de los uigures en la región de Sinkiang. Esta es una población de unos 21 millones de personas establecida en el noroeste de China. La UE acusa a Pekín de tratar de forma denigrante esta población de mayoría musulmana que tiene su propia cultura y forma de vida. China ha considerado este movimiento como una intromisión en asuntos nacionales, por lo que Pekín aprobó también algunas sanciones de represalia contra algunas organizaciones de la UE, lo que ha provocado un deterioro importante de las relaciones UE-China.
Estos problemas se podría intensificar. La UE se erigido como adalid de la libertad y la democracia, mientras que Joe Biden está buscando el respaldo de sus aliados para presionar a China. El escenario base de los analistas de EIU es que Europa continuará aplicando un enfoque independiente en sus relaciones con China, pero existe el riesgo de que la UE decida aplicar sanciones contra las empresas con sede en Sinkiang, replicando las prohibiciones de importación e inversión existentes que ya ha implementado EEUU.
Este movimiento también se podría producir como respuesta a las políticas que está aplicando Pekín ‘contra’ Hong Kong y el Tíbet (y potencialmente en Taiwán). En tal escenario, si se restringe el acceso de China a los flujos financieros europeos, las empresas asiáticas sufrirían una mayor interrupción operativa, mientras que las empresas de la UE que operan en China estarían en el disparadero, siendo muy vulnerables a represalias (como un boicot o ser incluidas en una lista negra) por parte de Pekín. Es difícil determinar hasta dónde podría llegar esta ‘guerra’ de represalias.
-Escenario nueve: sequías severas provocan una hambruna
El clima está cambiando y todo hace indicar que nos dirigimos hacia un mundo dominado por los extremos: inundaciones, temperaturas muy elevadas en verano, periodos de gran frío en invierno, sequías, rachas de viento… Además, los modelos que analizan el cambio climático apuntan a que las sequías se producirán como mucha más frecuencia. Hasta ahora, estos han sido eventos esporádicos en diferentes partes del mundo, pero podrían comenzar a ser fenómenos globales y a ocurrir de forma sincronizada y por un periodo de tiempo más prolongado. Ahora, si hay sequía en Brasil y la cosecha de café es mala, se puede recurrir en parte a otros productores. ¿Qué pasaría si la seguía es generalizada? Quizá no habría suficiente café para cubrir la demanda.
Los eventos climáticos extremos son solo uno entre muchos riesgos. La escasez de agua en el sur de Europa, el Mediterráneo, el suroeste de los Estados Unidos y el sur de África, los graneros del mundo, tendría consecuencias a corto y largo plazo para la economía mundial. Varias malas cosechas harían subir los precios mundiales de los productos básicos, muy probablemente de cultivos que necesitan grandes cantidades de agua como el trigo, el maíz y el arroz. Tal situación impulsaría la inflación mundial y afectaría el crecimiento y la confianza mundiales, asegura el informe de Economist Intelligence Unit .
-Escenario diez: una ciberguerra entre países paraliza la infraestructura estatal en las principales economías
Mientras los estados luchan por obtener ventaja tras la pandemia de covid-19, la competencia geopolítica continuará calentándose en los próximos años. Dados que los conflictos militares directos tendrían hoy en día un coste muy elevado y gozarían de escasa aprobación popular (entre los gobiernos que los promoviesen), los ataques cibernéticos podrían ser la vía más sencilla y efectiva para dañar la economía de otros países y como represalia a posibles conflictos internacionales.
La dificultad para identificar a los perpetradores de los ataques cibernéticos hace que sea más probable que cualquier escalada de la tensión militar adopte la forma de guerra cibernética. Esto podría desencadenarse tras un choque diplomático entre las principales potencias (por ejemplo, entre EEUU y China o Rusia), lo que provocaría una serie creciente de ataques cibernéticos (ojo por ojo y diente por diente) dirigidos en última instancia al software que controla la infraestructura estatal. En el entorno actual, con las economías aún sufriendo los efectos negativos de la recesión global generada por la crisis del coronavirus, el cierre o bloqueo de infraestructuras básicas (puertos, aeropuertos, seguridad…) que necesitan del mundo digital interrumpiría gravemente la economía, las operaciones comerciales… creando una incertidumbre que pesaría en la confianza de los inversores, sentencia el informe de EIU.