La amenaza de la libra, la emergente criptodivisa de Facebook y la necesidad de adelantarse a las innovaciones en nuevos sistemas de pagos, han acelerados los planes.
Antilavadodedinero / El País
Lo que hace varios años parecía imposible hoy está cada vez más cerca de hacerse realidad. Los grandes bancos centrales, que llevan años alertando de los riesgos de las criptodivisas para la estabilidad financiera, estudian cada vez más en serio la creación de monedas digitales respaldadas por ellos mismos.
La necesidad de adelantarse a las innovaciones en nuevos sistemas de pagos antes de que lo hagan empresas privadas –y extranjeras- ha llevado a un número creciente de bancos centrales a analizar los riesgos y beneficios que aportarían estas divisas del siglo XXI.
Los bancos centrales de España, Inglaterra, Japón, Canadá, Suiza y Suecia, se unieron para anunciar la creación de un grupo que estudie los argumentos que justifiquen estas emisiones y analice las distintas opciones de diseño de las monedas digitales para los bancos centrales.
“La velocidad de la innovación tecnológica es muy rápida. Dependiendo de cómo evolucione el sistema de pagos, la demanda para una moneda digital central podría aumentar en Japón. Tenemos que estar preparados si eso ocurre”, dijo a finales de enero, Masayoshi Amamiya, subgobernador del Banco de Japón.
Debate
El Banco Central Europeo (BCE) no va tan avanzado como otros, pero está analizando los pro y contras de una iniciativa así. Christine Lagarde, presidenta del BCE, estudiará en los próximos meses si es aconsejable lanzar lo que podría ser el eurocoin, y en caso de que la respuesta fuera afirmativa, analizar qué tipo de moneda digital sería. Ni el BCE ni el resto de bancos centrales quieren quedarse atrás en la innovación en los sistemas de pagos. Pero la institución con sede en Fráncfort tampoco quiere dañar a la banca europea, que ya atraviesa por bastantes problemas, y fomentar un proceso de desbancarización de los clientes.