Guatemala está colocada territorialmente como paso entre México y Sudamérica, situación que los narcotraficantes locales han aprovechado para asociarse con los cárteles mexicanos y colombianos para formar su propio imperio y ayudar en el trasiego de cocaína cuyo destino final es comercializarla principalmente en Estados Unidos.
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El principal grupo criminal identificado que lleva a cabo dicha tarea es conocido como “Los Pochos”, organización que es considerada la heredera de los Chamalé, quienes mantenían el monopolio de la ruta para que la cocaína de Colombia llegará a territorio mexicano para su distribución tanto en el país como por todo el mundo.
Los Pochos se asociaron con el Cártel de Sinaloa de Joaquín “El Chapo” Guzmán, para ser ellos los encargados de recibir y transportar las drogas ilícitas provenientes de Colombia. El líder de la banda criminal era un alcalde de la municipalidad de Ayutla en el departamento de San Marcos, Erick Salvador Súñiga mejor conocido como “El Pocho”.
Salvador Súñiga dio a conocer su perfil criminal luego de entregarse a la agencia del control de drogas de Estados Unidos (la DEA, por sus siglas en inglés) tras firmar un acuerdo con dichas autoridades para esclarecer su participación en la recepción, compra, transporte y distribución de cocaína desde Guatemala hacia la Unión Americana, según documentó la fundación dedicada al estudio y a la investigación de amenazas para la seguridad en América Latina, Insight Crime.
“El Pocho” se entregó tras haber sido identificado por la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de Estados Unidos como líder de Los Pochos, que según con las autoridades estadounidenses, el grupo criminal movía toneladas de cocaína entre Guatemala y México al Cártel de Sinaloa, quien luego llevaba la droga hacia Estados Unidos.
Desde su posición como alcalde en el año 2008, Erick Salvador Súñiga controlaba las actividades del narcotráfico en la frontera guatemalteca, para ello se valía de funcionarios corruptos que aceptaban los sobornos millonarios que el capo les ofrecía, los cuales brindaban apoyo logístico y seguridad para garantizar el transporte de la droga.
La negociación de “El Pocho” con la DEA
Una vez que el exalcalde fue descubierto por la DEA, éste comenzó con las negociaciones para ser un informante. Según medios locales como Prensa Libre, las negociaciones duraron alrededor de ocho meses desde abril de 2019. El expolítico habría utilizado recursos legales para retrasar la solicitud de extradición a Estados Unidos, intentando extender la inmunidad política de la que gozaba en Guatemala.
Dentro de la organización, también figuraba el hermano y un medio hermano de “El Pocho”. Según las investigaciones de la DEA, Los Pochos lograron su ascenso gracias a los contactos que Erick Salvador Súñiga tenía en la política, por lo que su influencia creció hasta ser la organización criminal más grande en Guatemala.
Sin embargo, “El Pocho” había sido parte de Los Chamalé y en 2018 la DEA le suguió la pista desde que interceptaron una conversación telefónica entre «El Pocho» y Juan Alberto Ortiz López, alias «Juan Chamalé«, el fundador del entonces máximo grupo del crimen organizado en Guatemala y que ya fue extraditado a Estados Unidos acusado por narcotráfico.
Según medios locales, «El Pocho» y «Juan Chamalé» tenían un vínculo desde años atrás. Hasta antes de haber sido arrestado en 2011, Juan Alberto Ortiz era el grupo criminal más importante de Guatemala ya que desde la década de 1990 operaba de la mano con los cárteles mexicanos, principalmente.
Con los Chalamé fuera tras caer su líder, «Los Pochos» tomaron el control de la frontera entre Guatemala y México a través del estado de Chiapas y por las costas del Pacífico para seguir con la ruta de las entregas colombianas al Cártel de Sinaloa, mientras «El Pocho» seguía con su influencia sobre políticos, que entre ellos, estaba Sandra Torres Casanova, ex candidata presidencial quien fue encarcelada por presunta financiación ilícita durante su campaña en 2015.
