El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, recibió en el Palacio de Planalto a gobernadores de todo el país para discutir estrategias de combate al crimen organizado.
En su discurso, el presidente defendió un «pacto» entre los gobiernos federal, estatales y municipales para enfrentar el crimen organizado.
«Pronto, el crimen organizado va a estar participando en concursos, indicando jueces, fiscales, políticos, candidatos. Y esto es algo casi incontrolable si no establecemos un pacto federativo que incluya a todos los poderes, involucrados directa o indirectamente en esto», afirmó Lula.
A su juicio, la criminalidad organizada está «creciendo» tanto dentro como fuera de las prisiones.
«De vez en cuando escuchamos sobre (los grupos delictivos) Comando Vermelho, el PCC (Primer Comando de la Capital). Están en casi todos los estados, compitiendo en elecciones y eligiendo concejales», declaró el presidente.
Durante el encuentro, el ministro de Justicia, Ricardo Lewandowski, presentó una propuesta de enmienda a la Constitución (PEC) que busca promover cambios estructurales en el área de seguridad.
Lewandowski señaló que el modelo de seguridad establecido en la Constitución de 1988 ha quedado «absolutamente superado» ante el avance del crimen, que ahora opera a nivel nacional y transnacional.
Por su parte, Rui Costa, ministro de la Casa Civil, resaltó la importancia de mantener el diálogo con los estados para identificar qué modificaciones legislativas son necesarias y «encontrar soluciones concretas» para enfrentar esta amenaza.
Actualmente, en Brasil, las competencias de seguridad están divididas: el Gobierno federal es responsable de la defensa, mientras que las fuerzas de seguridad locales, como la policía civil y militar, recaen en los gobiernos de los diferentes estados brasileños.
La propuesta del pacto nacional será enviada al Congreso para su análisis, en un esfuerzo por mejorar la coordinación entre las autoridades nacionales y estatales.