Interpol anunció su «mayor operación contra la trata de seres humanos», que permitió detener a más de 2.500 personas y rescatar a más de 3.000 posibles víctimas en el mundo, desde granjas en Argentina a discotecas en Europa.
La operación «Liberterra II» tuvo lugar en 116 países y territorios entre el 29 de septiembre y el 4 de octubre, indicó en un comunicado la organización de cooperación policial internacional con sede en Lyon, este de Francia.
Entre las «3.222 potenciales víctimas» rescatadas, hay menores obligados a trabajar en granjas en Argentina, mujeres migrantes en discotecas de Macedonia del Norte, mendigos en Irak y trabajadoras domésticas en Oriente Medio.
La operación condujo a la identificación de «17.793 migrantes ilegales» y a la detención de 2.517 personas, de las cuales 850 por trata de seres humanos o de migrantes, indicó Interpol, precisando que se trata de datos preliminares.
«La trata de seres humanos y el tráfico de migrantes se vinculan cada vez más a otras formas de delincuencia, usando a menudo las mismas redes y rutas delictivas» para «ampliar los beneficios y el poder de los grupos criminales», agregó.
«Implacable afán de lucro», advierte Interpol
Los investigadores descubrieron centros de estafa en línea que explotaban a las víctimas. En Filipinas, la policía allanó un almacén donde más de 250 personas, en su mayoría chinos, se dedicaban a estafas sentimentales a gran escala.
«En muchos casos, las víctimas son atraídas con falsas promesas de empleo y son retenidas mediante intimidaciones y abusos», afirma el comunicado de prensa.
En Malí, la operación permitió identificar a 24 mujeres de Togo retenidas contra su voluntad y obligadas a participar en un fraude comercial. Llegaron allí con falsas promesas de un empleo en el extranjero.
En Costa Rica, se detuvo a la líder de una secta por explotación de menores, trabajos forzados y violencia física y psicológica.
En Brasil, una investigación sobre una red de narcotraficantes reveló que sus miembros también trabajaban para ayudar a migrantes en situación irregular a cruzar las fronteras hacia Estados Unidos.
«En su implacable afán de lucro, los grupos criminales organizados siguen explotando a hombres, mujeres y niños, a menudo de forma reiterada», lamentó el secretario general de Interpol, Jürgen Stock, para quien «sólo una acción coordinada puede contrarrestar estas amenazas».
Stock, que finaliza su segundo y último mandato, pasará el testigo al brasileño Valdecy Urquiza, en la asamblea general anual de la organización, que se celebra actualmente en la ciudad escocesa de Glasgow.