Hace 60 años, un trozo de cartulina con unos números sobreimpresos revolucionó la forma de los pagos en los ciudadanos. Hoy, podemos pagar con un reloj y los bancos centrales emiten monedas digitales para facilitar el acceso a efectivo de sus ciudadanos en zonas remotas o complicadas por un desastre natural. Bienvenidos a la era del dinero digital.
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“La digitalización de los pagos está viviendo un proceso similar al de otros sectores como el audiovisual o el de la música. El pago se ha desmaterializado, ha perdido su soporte físico a medida que nos hemos movido hacia un entorno de consumo digital”, afirma a Forbes Alberto López, director de Ciberseguridad y Soluciones Digitales de Mastercard.
A principios de 2020, Mastercard tenía claro que el pago sin contacto o contactless era una tendencia al alza. El 55% de los consumidores optaron por esta modalidad, 12 puntos más que el año anterior, y el comercio electrónico seguía creciendo en todos los tramos de edad, siendo el móvil una de las vías favoritas para las compras online.
La pandemia ha acelerado esta penetración de los pagos sin contacto, tanto por la ventaja que supone desde un punto de vista higiénico como por su comodidad. “Era una tendencia clara antes del covid, habíamos crecido mucho, pero la reducción del uso de efectivo ha empujado hacia la adopción de pagos digitales. El 75% de los pagos realizados en España en el último año han sido sin contacto, más del doble de lo que teníamos el año anterior”, destaca López. Hacia delante, añade , aún se verá crecimiento porque “los usuarios han mostrado que están cómodos y hay un claro deseo de reducir el uso de efectivo”.
Además, comenta López, España está en los primeros puestos a nivel europeo en penetración de pago sin contacto, y se ha duplicado el uso de pagos móviles. En esto, además de la pandemia, influye la llegada al mercado de terminales de gama media que ya tienen incorporada la tecnología NFC necesaria para el pago contactless.
Pero más allá de la agilidad que supone hoy en día pagar con un gadget como un reloj, el acelerón que ha generado el convulso año de pandemia presenta a los actores del sector financiero el desafío de aprovechar el impulso para desplegar todo el potencial que los avances tecnológicos pueden ofrecer a los consumidores y empresas.
El futuro de los pagos digitales lo pavimentan las soluciones diseñadas para ser “sencillas, cómodas y seguras”, como explica el director de Ciberseguridad de Mastercard. De la digitalización del pago pasaremos a hablar de los pagos invisibles. ¿En qué consiste eso? Piensa en la manera en que utilizas una aplicación para pedir un taxi. Solicitas un servicio y sabes su precio, pero no realizas un acto de pago con la persona que se encarga de realizarlo. El pago queda desmaterializado. Esto se puede trasladar a distintas experiencias en consumo, como hacer la compra sin pasar por caja y que mediante inteligencia artificial y algoritmos se detecte qué productos llevas en la cesta y se cobren automáticamente en tu cuenta al dejar el establecimiento.
“Mastercard participó el año pasado en Madrid in Motion, el hub de movilidad urbana de la capital, con un proyecto de pago por voz desde el coche”, recuerda López. La iniciativa, con socios como la startup Newport-ims, Seat, Repsol y Telpark, permite al conductor realizar pagos mientras conduce, evitando la distracción de consultar el teléfono o sacar la cartera para pagar. “Conduciendo no se pueden hacer muchas cosas, pero imagina que quieres anticiparte y pagar una reserva de parking, el tiquet de la hora o la gasolina que acabas de repostar. Con este sistema se podría hacer vía voz de forma rápida, sencilla y segura”, subraya el directivo de Mastercard.
El abanico de pagos digitales no deja de ampliarse. Este pago por voz se puede trasladar al auge de los altavoces inteligentes. Comprar entradas para un espectáculo o encargar la compra simplemente hablando en voz alta en casa. ¿Y el pago? Invisible, digitalizado, seguro. Y, al tiempo, totalmente reconocible para el usuario gracias a un sonido concreto, el “Sonic Brand” que ha desarrollado Mastercard para que sus clientes sepan cuándo han finalizado una transacción.
Y combinados con la potencia del 5G y la revolución del Internet de las cosas (IoT), los pagos digitales nos transportan un paso más adelante, hacia ese futuro casi de película en el que la nevera se encarga de hacer la compra por ti porque sabe lo que consumes y a qué ritmo.
A medida que aumentan los canales por los que realizar pagos la seguridad gana aún más relevancia. Según López, en los próximos años veremos también cómo las medidas de biometría a las que nos estamos acostumbrando aún como son el uso de la huella dactilar o el reconocimiento facial dan paso a capas extra de seguridad gracias a esos gestos repetitivos que todos hacemos.
“La biometría mira aspectos físicos de una persona, la cara, la huella, la voz o incluso el pulso, pero queremos dar un paso más allá. Queremos usar lo que llamamos biometría del comportamiento«, explica este experto. Esto consiste en el análisis de esos gestos cotidianos y repetitivos que definen a cada persona y que, al tiempo, son su clave de seguridad más potente. Desde la manera en que sujetamos el teléfono hasta la velocidad a la que tecleamos las distintas contraseñas que utilizamos a diario.
“Por original que se crea una persona, siempre repite una serie de patrones y gestos que generan un perfil único. Es lo que aporta ahora Mastercard para ayudar a tener una capa adicional de seguridad en los pagos”, añade López haciendo referencia a la necesidad de proteger a los usuarios ante los frecuentes ataques cibernéticos e intentos de fraude por distintas vías de comunicación. ¿Por qué es útil? “Porque si alguien averigua mi usuario y contraseña para acceder a alguna de mis cuentas, como el resto de parámetros no los puede suplantar porque no se comporta como yo, no va a poder acceder ni reemplazar tu identidad”, remata.
Además, en esta revolución de los pagos, la multinacional mira por el prisma de la innovación con un enfoque inclusivo. “Mastercard quiere acercar la tecnología y los medios de pago a cualquier ciudadano y en cualquier entorno”, subraya López. “Uno de nuestros objetivos para 2025 es, precisamente, conseguir la inclusión financiera de más de 1.000 millones de personas y más de 50 millones de comercios a nivel mundial que ahora mismo no tienen acceso a la tecnología de pago y que tienen que hacerlo a través de efectivo”, añade.
El futuro de las divisas digitales
Las criptodivisas se han hecho un hueco en la conversación diaria y Mastercard tiene claro que “como empresa tecnológica, el objetivo es facilitar los pagos y que la gente pague con lo que quiera pagar”, afirma López. Su misión es facilitar la tecnología, segura de extremo a extremo, para que los clientes paguen “con lo que quieran, de forma rápida, sencilla y segura”.
El experto reconoce que en este terreno queda mucha tela que cortar: desde la definición de un marco legal que garantice los derechos de los consumidores o blinde ante el blanqueo de capitales, hasta ver si la propia evolución de las criptodivisas les hace dar el salto desde su rol de activo de inversión actual hasta convertirse en monedas de pago ordinario.
Aun así, la tendencia ha abierto una brecha a la que prestar atención: el potencial de las monedas digitales. En este sentido, López pone como ejemplo la experiencia de la moneda digital que emite el banco central de Bahamas, el Sand Dollar. Dada la característica geografía del archipiélago, con sus más de 700 islas y cayos, y la complicada infraestructura, desastres como el que provocó el huracán Dorian hace apenas dos años ponen contra las cuerdas la capacidad de distribuir dinero en efectivo para que sus ciudadanos puedan acceder a él.
La situación ha llevado a que el banco central apueste por el Sand Dollar y los ciudadanos podrán utilizar esta divisa digital para pagar en los puntos habilitados para ello. “Mastercard proporcionó la tecnología para que el banco central pudiera insertar esa moneda digital y los ciudadanos pudieran usarla con las tarjetas que ya tenían en los puntos facilitados para ello”, explica el directivo.
Una oportunidad para acelerar
Las monedas digitales, la ciberseguridad o el apoyo al turismo tras un año devastador serán algunos de los temas que se abordarán en el Mastercard Innovation Forum Spain 2021 que se celebrará este jueves, 24 de junio. Debido a la situación sanitaria, la compañía se ha decantado por un encuentro virtual y reducido que, “sin perder un ápice de interés”, como destaca López, mostrará las tendencias del sector y varios proyectos y soluciones que está impulsando Mastercard.
La compañía ha preparado esta cita anual, en la que participarán la directora general de Mastercard en España, Paloma Real, el futurista Brett King, o la hacker y experta en ciberseguridad Keren Elezari, entre otros expertos del sector, para compartir con clientes y miembros del ecosistema los avances de los pagos digitales y experiencia del usuario, así como las tendencias clave en ciberseguridad que marcarán los pasos futuros.