A los funcionarios del consulado estadounidense en la ciudad fronteriza de Matamoros, México, se les ordenó refugiarse por la violencia armada del narcotráfico.
“A los empleados que se encuentran bajo orden de refugio en el consulado de Matamoros debido a la violencia armada en la ciudad, le recomendamos que se queden en casa y estén atentos a las noticias locales para obtener actualizaciones sobre el conflicto en su área”, escribió el consulado en su cuenta de X.
La violencia entre los carteles de droga ha aumentado en lo últimos días en esa zona fronteriza con Estados Unidos.
Los enfrentamientos entre las bandas del narcotráfico y los funcionarios policiales han dejado al menos cuatro muertos. Esta ciudad fronteriza mexicana se encuentra al lado del Río Bravo, desde Brownsville, Texas.
Cuatro civiles muertos
Las autoridades mexicanas informaron que las cuatro personas que murieron eran civiles, pero no emitieron más detalles.
La Secretaría de Comunicaciones del estado de Tamaulipas informó que el enfrentamiento se produjo durante un operativo relacionado con la investigación de un secuestro. Dijo que cuatro civiles murieron.
Las autoridades recuperaron armas y radios. Ningún agente de la marina mexicana resultó herido.
La ciudad de Matamoros tiene altos índices de violencia debido al contrabando de droga y los enfrentamientos entre bandas del narcotráfico.
En Matamoros fueron secuestrados cuatro estadounidenses en marzo, dos de ellos fueron asesinados, después de que aparentemente fueran confundidos con rivales del cartel de droga.
Uno de los estadounidenses asesinados, Shaeed Woodard, había viajado a México para que su prima, Latavia McGee, pudiera hacerse una abdominoplastia. El otro estadounidense asesinado, Zindell Brown, estaba en el mismo grupo.
El cártel del Golfo tiene su base en la ciudad fronteriza de Matamoros y el cártel de Jalisco (nueva generación) también está activo en esa ciudad.
Los secuestros y asesinatos provocaron protestas en Washington, y algunos legisladores, como la senadora republicana Lindsey Graham, pidieron que los cárteles sean denominados organizaciones terroristas nacionales extranjeras.