Miles de personas marcharon este sábado 02 de octubre en la Ciudad de México en conmemoración a la masacre de Tlatelolco de 1968 y pidiendo justicia después de 53 años sin una respuesta institucional contundente.
Antilavado de Dinero / DW.
La marcha -a la que acudieron sobrevivientes de la masacre, jóvenes, familiares de los 43 estudiantes de Ayotzinapa desaparecidos en 2014, sindicatos y organizaciones civiles- transcurrió de manera tranquila desde el lugar de los hechos hasta el Zócalo capitalino, donde se ubica el Palacio Nacional, residencia presidencial. Aun así, hubo momentos de tensión cuando la policía capitalina encapsuló a un grupo de varias decenas de personas, que terminaron por entregar una bolsa con cadenas y petardos para poder seguir avanzando.
La masacre estudiantil de Tlatelolco, el 2 de octubre de 1968, cumplió este sábado 53 años. Más de cinco décadas sin soluciones ni culpables y con sobrevivientes y organizaciones clamando por la justicia ante un Estado al que acusan de pasivo. Reclamaron este sábado, como cada año, el fin de la impunidad por este «crimen de Estado» y por todos los que siguieron, como la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa.
En este aniversario de la masacre de Tlatelolco no ha habido avances en las investigaciones por parte de la Fiscalía General de la República (FGR). Según informaron organizaciones presentes en la marcha, no se han dado pasos «sólidos» desde hace 14 años.
El Comité 68 aseguró en este aniversario en un comunicado que, además de la no resolución del caso, el Estado mexicano continúa «perpetrando violaciones a los derechos humanos o faltando a su responsabilidad de proteger esos derechos».
Por su parte, la jefa de Gobierno de la capital, Claudia Sheinbaum, dijo en una ceremonia de conmemoración que la masacre del 2 de octubre «no se olvida». La mandataria afirmó que «un estado autoritario fue capaz de acribillar y encarcelar a jóvenes que pedían democracia, que exigían la no represión, que estaban en contra de un estado autoritario y que lo que recibieron frente a la exigencia de diálogo fue una traición y fueron balas».
Durante el verano de 1968, miles de estudiantes organizaron huelgas y masivas manifestaciones para denunciar el autoritarismo del Gobierno mexicano, dominado por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), que reprimió a tiros la movilización para evitar altercados durante los Juegos Olímpicos. El saldo fue de más de 300 muertes y otros cientos de personas desaparecidas según organizaciones civiles, aunque las autoridades sólo reportaron 37 decesos.
El movimiento ha exigido durante años un juicio a quien señala como responsable de la masacre: el expresidente Luis Echeverría (1970-1976), de 99 años actualmente, quien en la fecha era secretario de Gobernación del presidente Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970), ya fallecido.