México es centro de operaciones de israelíes, rusos y chinos

Los israelíes Azulay Alón y Ben Sutchi, como a la mayoría de los mafiosos internacionales han hecho de México su centro de operaciones.

Habían instalado tiempo atrás una empresa fachada, según datos divulgados por la Fiscalía General de la República. Bucay Soluciones Empresariales, surtía papelería y brindaba asesoría legal a primera vista, pero su verdadero negocio, según los indicios, era el tráfico de droga, armas y “giros mercantiles de alto impacto” aún imprecisos.

Y todo en un paseo de impunidad entre la capital mexicana ––considerada la cuarta mejor ciudad del mundo por el World´s Best Award 2019––, la ciudad de Oaxaca, que ocupa número cinco del mismo ranking, donde tenían montada su compañía, y en Guadalajara.

Entre México e Israel hicieron alianzas con cárteles como el de Sinaloa, los Beltrán Leyva, desde al menos el año 2000, y más recientemente con Jalisco Nueva Generación, de acuerdo con el documento “Organizaciones Delincuenciales Internacionales en México”, elaborado en 2018 por la entonces Procuraduría General de la República (hoy FGR) y “Panorama Estratégico Final”.

“La balacera en Artz reveló operaciones de mafias extranjeras del crimen organizado que en algún momento estuvieron en el radar, pero a las que nadie les dio seguimiento”, lamentó Carlos Ramírez, analista político fundador de la página especializada Indice Político.

El análisis de las autoridades mexicanas en 2018 lo dejó claro: los israelíes no son los únicos. Entre las mafias más fuertes se encuentran también rusos, chinos, coreanos, colombianos, venezolanos e italianos con centros de operaciones en la CDMX y paraísos turísticos como Cancún y la Riviera Maya o Puerto Vallarta. O en ciudades fronterizas como Tijuana. Así controlan drogas, precursores químicos, armas, mercancía de contrabando, tráfico y trata de personas.

Los rusos, por ejemplo, tienen nexos con prostíbulos de lujo a los que ingresan mujeres de la extinta Unión Soviética, roban automóviles para exportar ilegalmente a Africa, manejan pornografía infantil y tráfico de migrantes, cocaína y armas. Hay cuatro mafias detectadas de nacionalidad rusa con presencia en México: los Solntnezkaya, los Mazukinskaya, la célula de Izamalovskaia y los Podoskaya.

De los israelíes se sabe, a través de la prensa de su país, que en México tienen tentáculos dos de las principales bandas criminales de Israel que crecieron por el descuido de este tipo de asociaciones frente a la prioridad al conflicto con los árabes: los Cohen y los Mosle.

Los chinos también tienen los suyos: Triángulo de Oro, Bambú Unidos, 14-4, Flying Dragons y Triada China. La Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA) reveló el año antepasado que las cuatro mafias juegan un papel clave en el lavado de dinero de los cárteles mexicanos desde las principales ciudades de Estados Unidos.

El informe Panorama Estratégico Final fue mas detallado: “los chinos se manejan bajo el disfraz de ejecutivos honorables, pero es solo el barniz  para negocios a gran escala en Estados Unidos e incipientemente en México, a través de las colonias asiáticas o Tongs”.

Otras mafias con menos fuerza, aunque también reportadas en el estudio, son: la venezolana (para prostitución, principalmente, aunque también para tráfico de droga); la coreana (con fines ilícitos disfrazados de karaokes) y la colombiana para venta de droga y blanqueo de dinero y usura a través de empresas.

Para analistas de seguridad como Jaime López, coautor del libro sobre seguridad Pública “La Maldita Estrategia” a pesar de que la captura de criminales no acaba con la violencia del país sí es importante que “sean perseguidos y capturados” porque, de lo contrario se sigue enviando un mensaje al mundo que atrae a otros mafiosos. “La impunidad da lugar a todo tipo de incentivos”.

ALD/Laopinion

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